No cesan los robos en la zona del km 80 de la ruta 9
El viernes por la noche atacaron una combi contratada por un grupo que había viajado al Luna Park a ver a Luciano Pereyra. Aunque no les robaron, les hicieron estallar los vidrios de las ventanillas y pasaron un momento terrible. El sábado, una familia contó sus peripecias en la misma zona, cuando un ataque tipo piraña los desvalijó.
Los robos en la zona que va del km 80 al 85 de la ruta nacional Nº 9, a la altura de Campana, no cesan y la preocupación es cada vez mayor: en la región, la gente recomienda no pasar de noche en ese trayecto porque los episodios delictivos se transformaron en moneda corriente.
La semana pasada, un nuevo hecho violento con víctimas sampedrinas se registró en ese tramo de la autopista nacional en la que para quien conduce en dirección Buenos Aires – Rosario deja de haber iluminación pública para el camino.
En esta ocasión no robaron, pero el mal momento fue inolvidable para quienes lo protagonizaron. Además del temor, hubo una persona herida a raíz de la rotura de ventanillas de un vehículo de una empresa de servicio de transporte de pasajeros que recibió elementos contundentes arrojados desde el exterior.
Sucedió el sábado, alrededor de la 1.30 de la madrugada, cuando dos combis de la empresa Ru – Car que habían sido contratadas para personas que fueron al recital del cantante Luciano Pereyra emprendían viaje de regreso a San Pedro.
Eran 19 personas las que habían alquilado el servicio de transporte para asistir al concierto. De regreso, en inmediaciones del km 80, escucharon un “estallido” que despertó a los pasajeros, que en su mayoría venían durmiendo.
“Eran más o menos las 1.30, cuando a la altura de Campana nos tiraron un piedra o botellazo y nos reventaron el vidrio”, contó a La Opinión Mabel, la mujer que estaba a cargo de la organización del viaje. Un joven que viajaba del lado de la ventanilla que estalló resultó con un corte en la pera.
El chofer no detuvo la marcha. Una pasajera le advirtió que había un grupo de jóvenes al costado de la ruta, y que cuatro de ellos se habían cruzado. Todo indicaba que tenían intenciones delictivas.
“Seguimos hasta la primera estación de servicio, pedimos ayuda. Nos dieron unos cartones para la ventanilla y unos chicos de Toyota nos ayudaron con gasas y curitas para curar al chico”, relató Mabel el sábado en Sin Galera.
Ese mismo día, tras escuchar el testimonio de lo ocurrido con la combi, María Inés se comunicó para relatar que hace dos meses, un viernes, alrededor de las 19.00, con mucho tráfico, su yerno, su hija y sus nietos circulaban en sentido a San Pedro cuando en esa misma zona se encontró con una piedra de gran tamaño que trató de esquivar y lo obligó a detenerse, al límite de volcar.
“Inmediatamente vinieron estos muchachitos, tipo pirañas, el auto se le hizo pedazos en la parte de abajo. Los chicos contaban que al padre le pusieron un revólver en la cabeza y le sacaron todo, todo”, contó.
Llamaron al concesionario de la autopista y los llevaron al parador Atalaya, donde esperaron una grúa que trasladara el auto a San Pedro. Los chicos lloraban y en el parador, donde los contuvieron, les contaron que no era la primera vez, que era “moneda corriente” que tuvieron que ayudar a personas con el mismo problema en esa zona de la autopista nacional Nº 9.
“Atrás venía otro hombre que paró en el auto y se bajó con un machete, porque tenía una hija con discapacidad y pedía que no le tocaran a la hija, cuando la señora quiso usar el celular para avisar a la familia la agarraron de los pelos, mi hijo trató de contener a los chicos, fue una situación muy fea”, relató.