#NiUnaMenos: Masiva movilización en San Pedro
Cientos de mujeres, hombres y jovenes se sumaron a la convocatoria del grupo de mujeres Minerva Mirabal. Marcharon hasta las puertas del Municipio. En un año y medio en San Pedro se registraron más de 500 denuncias por violencia de género.
Bajo la consigna nacional #NiUnaMenos en San Pedro alrededor de mil personas se sumaron a la marcha contra la violencia de género y el femicidio.
En San Pedro la concentración fue en la Fiscalía, ubicada en Mitre al 2600. Quienes asistieron recorren las calles de la ciudad para finalizar en la Municipalidad.
Además de cientos de vecinos anónimos se encuentran presentes representantes de agrupaciones feministas y sociales. Entre los políticos que adhirieron a la marcha se encuentran Juan Cruz González y militantes de la Kultural; el Secretario de Desarrollo Social Nicolás Macchia, el de Gobierno Martín Baraybar y el de Salud Daniel Creus; el Director de Tránsito Raúl Manchone; los ediles Ariel Ramanzini, Norberto Atrip y Mauricio Preiti.
También dijeron presente la exconcejal Noemí Bordoy quien desde la banca impulso la creación del protocolo de Violencia de Género, Maltrato y Abuso infanto-juvenil y el exsecretario de Desarrollo Humano Gustavo Díaz.
Además adhirieron el Consejero Escolar Jorge D’ Andrea; Karina Chiarella del Socialismo y Ademar Marabert del Frente de Izquierda.
Los precandidatos a Intendentes que se sumaron fueron Sergio Rosa, Eduardo "Ñato" Estelrrich y Germán López. Lo propio hicieron los sindicalistas Chipi Benitez y Juan Cruz Acosta.
Durante la marcha y frente a las puertas de la Comisaría local y la Escuela Nº 1 marcaron la silueta de una mujer que sostenía un cartel que rezaba: “Si digo no, es no”.
En la Municipalidad el Intendente, que se sumó a la marcha en la Comisaría, hizo uso de la palabra: “Recibirlas era lo menos que podía hacer. Me llevo una impresión grata que nos llena de satisfacción”, dijo y se comprometió inaugurar “a la brevedad” la Comisaría de la Mujer.
Nadia Quiroga representante de Libres de Miedo fue la encargada de leer el documento de la agrupación que convocó en San Pedro y que por la tarde se conoció a través de las redes sociales: “3 de Junio. Yo voy. Voy porque estoy viva, pero me morí ya mil veces. Y mil veces intenté despertar soñando que había soñado. Morí con #Candela, que a los 11 años se convirtió en cenizas, y comprendió, a los porrazos, que lo del Ave Fénix es un cuento que no le responde a las pobres, a las indefensas, a las nadie. Morí con #Ángeles, que aún no descansa de su última clase de educación física, y le quedaron pendientes las fiestas de quince, por convertirse a la fuerza en basura. Acuné a#Martina la noche en que su madre #Paola perecía en una alcantarilla, y el asesino se fue silbando bajito, como quien se deshace de un montón de mierda. Morí ese día. Morí mil días. Conocí el fondo del riachuelo, asfixiada en la misma bolsa en la que estaba #Melina que, por pobre y puta, mereció su destino. Morí también con #Melisa, con quien alguna vez compartí la identidad de la escuela. Su pequeña#Nicole no va a saber nunca quién es la seño Coca, ni todo lo que se puede hacer en un patio diminuto. Todavía respiro del mismo gas que las durmió para siempre, y – más que el gas- me ahoga la libertad de los impunes. Se me estruja el pecho con toda la tierra que me tiró encima el novio de #Catherine, y también el de #Chiara. Siento que en mi vientre se muere su hijo, que también es el hijo de una sociedad indiferente, que ampara a los hijos de puta. La pesadilla es eterna, y en las imágenes aparece #Lola, a quien le entumecieron las alas, antes de que pudiera aprender a volar. Morí también con #Andrea, que, con el derecho de las putas, volvió a enamorarse, y dejó su cuerpo en algún cerro de las sierras. Las llamo para encenderlas, las nombro para que no terminen de irse. Pero la memoria es un bicho que nos pica a pocos. Los hipócritas prefieren quedarse ahí, justificando lo injustificable, caminando con los pasos mudos, esquivando la mirada de los que cuestionan. Por eso voy. Para extender el#NuncaMás con el que se nos llena la boca y se nos calma la vida. Porque estoy cansada de alimentar la crónica roja con mi sangre pisoteada, que muere y vuelve a morir. Porque me harté del escupitajo ajeno; del dedo que señala; del tipo que -por tipo- es incapaz de respetar a la madre, a la abuela, a la hermana, a la esposa, a la hija, que les grita y los ensordece, pero no registran. Me harté del puño cerrado que siento en mi cara cuando me muero con ellas. Porque cada vez que una se va, el útero se me esconde y se me hace chiquito en algún lugar de las entrañas. E imagino que yo los parí y me avergüenza que hayan crecido dentro mío, que soy mujer, que soy todas. #NiUnaMenos”.