Negaron excarcelación a Sampol y su pareja está prófuga
La consejera escolar acusada de “narcodocente” seguirá detenida y su pareja es buscada por la policía. La Defensa de Sampol plantea que “no hay elementos” que la vinculen con la venta de drogas, pero el Fiscal entiende lo contrario. El nexo con el caso Gomila sigue firme hasta tanto lleguen los resultados de las pericias. El relato del hijo de la acusada.
El Juzgado de Garantías que interviene en la causa por “tráfico de estupefacientes para su comercialización” por la que permanece detenida la consejera escolar Silvina Sampol, que asumió junto a la lista del intendente Cecilio Salazar, denegó el pedido de excarcelación de su Defensa, por lo que la acusada de “narcodocente” seguirá tras las rejas.
Su situación es complicada luego del resultado de un allanamiento ordenado en su casa a consecuencia de indicios que permitían sospechar que podría haber elementos vinculados al crimen del viverista Ariel Lido Gomila, en cuyo desarrollo la policía encontró 54 gramos de cocaína 1,2 kilos de marihuana y una balanza de precisión.
Sus abogados defensores -la patrocina Soledad Galarza para el estudio de Hugo Lima (h), quien formuló declaraciones en los medios pero no figura en el expediente- plantearon que no hay escuchas telefónicas, videofilmaciones u otros elementos que permitan señalarla como vendedora de drogas y que, en todo caso, podría ser considerada “encubridora”, en relación a la condición de adictos que adjudicó a quienes compartían la vivienda de Balcarce al 1200.
Durante la primera semana de marzo, el Fiscal deberá decidir si solicita la prisión preventiva para Sampol, sobre lo que se expedirá luego el Juzgado. Manso entiende que la detenida deberá “dar explicaciones” acerca del hallazgo de estupefacientes.
Ulises, el prófugo
El hombre con quien Silvina Sampol compartía su vivienda, identificado como Ulises Fernández, pareja de la acusada desde hace siete años, permanece desaparecido.
El Fiscal Marcelo Manso confirmó a La Opinión que tiene “orden de captura activo” por la cantidad de droga secuestrada en el allanamiento y por lo que le adjudica la misma imputación respecto del delito de “tráfico de estupefacientes para su comercialización”.
Fernández permanece prófugo de la Justicia. Se fue de su casa momentos antes del allanamiento y se sospecha que alguien le habría avisado que la policía se dirigía a su domicilio. El operativo fue ordenando en el marco de la investigación del crimen de Ariel Lido Gomila, primo de la acusada de “narcodocente”, quien incluso estuvo en su velatorio antes de ser detenida.
De esa vivienda, la policía secuestró una campera con manchas de sangre que serán peritadas para establecer si guardan relación con las muestras tomadas en el campo del productor asesinado.
Entre los investigadores existe la sospecha de que el marido de Sampol habría escapado de la casa con una herida y que puede estar escondido, con alguna asistencia médica.
Por el caso Gomila hubo una serie de operativos de relevancia, donde la policía detuvo a delincuentes ligados con otras causas (ver páginas 12 y 13).
“No estaba herido”
La Opinión recibió en su redacción a Tadeo, el hijo de Silvina Sampol. De 19 años, se reconoce adicto a la cocaína y la marihuana; trabajaba hasta el lunes con un distribuidor de carne que prescindió de sus servicios “por merma en el trabajo”, aunque sospecha que fue despedido a raíz del hecho por el que fue detenida su madre.
En diálogo con este medio, Tadeo dijo que el sábado por la mañana, horas después del asesinato de Gomila, estuvo en la casa de su madre -vive con sus abuelos- y que alrededor de las 10.30 de la mañana, Ulises Fernández “se levantó y lavó el auto” de la consejera escolar.
Con insistencia y varias veces durante los 25 minutos que duró la conversación con dos periodistas de este medio, Tadeo Sampol repitió que ese día vio a Ulises “de pantalón corto, en cuero y de ojotas” y que “no tenía ninguna herida”.
“No tenía nada de nada, estaba lo más bien. Mucha gente lo vio, toda la gente del barrio”, dijo Tadeo. En la cuadra de la casa de Sampol no recuerdan con precisión ese dato pero el joven repitió que Ulises: “No estaba preocupado porque lo buscaran y menos herido”.
“Dónde está, no lo sé. Si supiera, se lo diría. Lo que sí puedo decirle es que no estaba herido ni nada”, insistió, quien dijo no haber visto nunca nada raro en la casa de su madre y que Ulises “fumaba” marihuana, “pero nada más”.
Sobre la campera manchada con sangre hallada en la vivienda, dijo que “lo que se llevaron era una (prenda) que estaba en un cesto de basura, manchada con pizza, yo se lo puedo asegurar”, y que su madre “había comido pizza con las amigas y se la había manchado con salsa”.
El Fiscal Manso no emite opinión sobre si puede ser salsa o sangre y espera los resultados de las pericias que ordenó, que son las que permitirán aclarar el panorama.
Entre los investigadores del caso sonrieron ante la consulta respecto de la posibilidad de que las presuntas manchas hemáticas no sean más que el resultado de un asunto culinario. “Puede que los policías
confundamos sangre con salsa de pizza, pero me parece que conocemos bien ambas cosas como para no darnos cuenta”, consideró un hombre de la fuerza.