Navidad solidaria: Huellas entregó más de 400 juguetes en comedores
El grupo que colabora con comedores y merenderos reunión cientos de juguetes, los clasificó, los reacondicionó y, junto a Papá Noel, los distribuyó en seis espacios sostenidos por vecinos en los que se les da de comer a chicos con familias en situación de vulnerabilidad social y económica.
La agrupación Huellas volvió a reunir juguetes se para distribuir entre los comedores y merenderos a los que asisten chicos de familias en situación de vulnerabilidad social y económica que durante el ciclo escolar comen al mediodía en la escuela pero a la noche no tienen un plato de comida en sus mesas.
Tras una campaña de recolección en la que colaboraron los vecinos y comercios en los que dejaron cajas para que quienes quisieran dejar juguetes podían hacerlo, se abocaron a la ardua tarea de clasificar, limpiar, reacondicionar y acomodar cada uno para entregarlos en las mejores condiciones.
Los chicos que concurren a los merenderos y comedores de los de los barrios 2 de Abril, San Miguel, La Unión, en el Bajo Puerto y en la localidad de Gobernador Castro fueron los beneficiarios. Con cada uno, Huellas colabora a diario para que puedan cumplir con la tarea alimenticia solidaria cotidiana.
El viernes, además, van a ir al Hospital a entregar juguetes en el sector de Pediatría, donde hay niños internados, como hicieron el año pasado.
"Fue una movida impresionante, se repartieron alrededor de 400 juguetes", contó a La Opinión Alejandro Bagnolo, uno de los activos integrantes de Huellas el martes, víspera de Navidad, mientras compañeros del grupo terminaban de llevar algunos elementos a diversos barrios.
"Primero eran 300, pero siempre aparecen más en cada comedor. Por el relevamiento que hicimos eran 230 chicos, después se sumó otro merendero, con 70 chicos más, pero en cada uno dejamos entre 20 y 30 juguetes más, porque siempre hay más chicos", señaló.
La tarea previa implicó hacer un relevamiento de la cantidad de niños y niñas que había. Los separaron en edades de 0 a 3, de 3 a 5, de 5 a 8 y de 8 a 13 años, para que cada uno tuviera un juguete acorde a la trayectoria de vida.
. "El trabajo fue mucho, pero se traduce en la sonrisa de un chico, que es algo que, la verdad, no tiene precio", dijeron desde Huellas, contentos por la tarea desarrollada para esta Navidad.