Nadie controla las islas y los incendios ya son “costumbre”
Desde fines de la semana pasada las densas columnas de humo provenientes de las islas y empujadas por el viento hacia la ciudad, re instalaron un tema que no parece tener solución.
Fuegos artificiales en el horizonte, un espectáculo para quien se entretenga con una máquina de fotos y algo lamentablemente común, para la mayoría de los sampedrinos.
Los entrerrianos están muy ocupados con lo que ocurre en la costa del Río Uruguay y con la defensa ecologista resistiendo la instalación de las papeleras, como para darse cuenta que en el otro extremo de la provincia, el fuego impuesto por quienes buscan con él, limpiar y renovar terrenos, también provoca un impacto ambiental lamentable.
Entre rumores y pocas certezas sobre nuevos dueños de importantes fracciones de tierra en la zona, la mayor angustia del fin de semana se produjo al ver que algunas viviendas isleras estaban rodeadas de fuego.
También surgió la preocupación de quienes poseen colmenas o animales en algunos sectores, y que aún sabiendo que esto puede ocurrir de vez en cuando, se vieron desbordados por el cambio de vientos que convirtió a zonas supuestamente excluidas del fenómeno, en centros de fuego.
Las llamadas de los vecinos, la llegada de la prensa y el atardecer con cielo despejado que presentaba las llamas como pintadas en el horizonte, provocaron la tibia reacción oficial, sin que ésta logre demasiado al menos por ahora.
Los funcionarios del Ejecutivo Municipal salieron rápidamente a decir que “todo estaba bajo control” y que no había familias en riesgo. Defensa Civil se ocupó de aquello que se debe atender luego de una emergencia declarada pero del problema de fondo, pocos se ocupan. Con Prefectura se constató que no estuviesen dentro de alguna de las viviendas rodeadas, familias que pudieran ser atrapadas por el fuego. Sin emabargo, poco se dijo sobre el tremendo daño a la fauna, la flora y el medio ambiente.
La lista de organismos a los que se puede recurrir es amplísima pero todos tienen la excusa de la jurisdicción para eludir la queja.
Además existe una ley entrerriana que permite la utilización del fuego como instrumento para eliminar los pastizales.
Para ambas provincias existe una zona gris en la que siempre “la culpa es del otro” y así se observan zonas liberadas, no sólo para la quema de malezas para renovar pasturas, también para decidir la propiedad y el afincamiento.
Preguntas sin respuestas
Para algunas pueden surgir más facil en los lectores que en la redacción de este semanario, porque los rumores no tienen fuerza de noticia aunque la evidencia es contundente. Si las mismas preguntas se las formularan quienes deben intervenir, algunas de las situaciones desagradables de las últimas semanas podrían evitarse.
* ¿Quien son los verdaderos responsables?
* ¿Quiénes son los verdaderos dueños de las tierras?
* ¿A alguien le preocupa realmente la subsistencia de los isleños?
* ¿Quién controla el pago de impuestos sobre riquezas, ganado y producción en la isla?
* ¿Quiénes son los que incendian y qué prenden?
* ¿Hay nuevos dueños en la zona que están arrasando con todo?
* ¿Podrían estar tan secas las pasturas como para semejante foco?
* ¿Alguien conoce a algún productor que haya recibido una multa por prender fuego?
* ¿Por qué todos se lavan las manos?