Murió Jorge Rafael Videla: Testimonio de un sampedrino que fue su custodio
El militar que encabezó la dictadura más sangrienta de la historia del país falleció este viernes en su celda de condenado en el penal de Marcos Paz. Un sampedrino fue custodio suyo durante el servicio militar, cuando el dictador gobernaba. Un testimonio único.
A las 06.30, en la celda del penal de Marcos Paz donde cumplía condena por delitos de lesa humanidad y el plan sistemático de apropiación de bebés. Jorge Gerini, un sampedrino que fue custodio del dictador brindó su testimonio a La Radio y La Opinión.
“Videla era un hombre de muy pocas palabras, ordenes concisas y nada más”, dijo Gerini, que cumplió el servicio militar en Bahía Blanca, cuando le tocó ser custodio de Videla. “Además de ser militar y de carácter fuerte, era un hombre que te trataba muy mal”, aseguró.
Tenía 19 años y “pertenecía a un comando denominado Boinas Verdes, creado para contrarrestar a la subversión y custodiar a los altos jefes”. Contó que le tocaba ir a donde iba Videla, “pegados a él” y que también custodiaban “el edificio en el que vivía, día y noche”.
“Yo trato de anular esa etapa en mi cabeza, porque enfrentar a una persona que sabíamos que no nos representaba. Cuando salimos de ahí fue como respirar aire fresco. Me costó mucho volver a mi vida cotidiana, estuve años tratando de sacarme de la cabeza la forma de vida que no impusieron, nos perseguían las constantes órdenes”, recordó Jorge.
“Sabíamos y veíamos que las cosas que hacían eran atroces”, aseguró y detalló: “Éramos como sus cadetes, llevábamos carpetas con órdenes de desalojar villas y lugares suburbanos y expulsar a la gente. Cuando esas órdenes las cumplíamos lo que pasaba era tremendo”.
“Al que se resistía, lo baleaban”, relató y agregó: “Era una locura pensar en disparar contra otra persona. Yo decidí que no iba a disparar nunca ni una sola bala”. Indicó que quien no obedecía era castigado: “Fui a parar varias veces al calabozo. Sino te estaqueaban en el pasto de un parque, o un campo y te dejaban noche y día, al sol y al rocío de la noche”.
“Nosotros no teníamos mucho acceso a la información. Si veíamos que la gente por miedo cumplía con las órdenes que le daban los milicos”, dijo y lamentó: “Sufrí el flagelo de cumplir órdenes en contra de mi voluntad”. Jorge Gerini reflexionó: “Todavía hay gente que piensa como pensaba este hombre” y pidió: “Ojalá que esto no pase nunca más”.