Muchas quejas de la gente por un bar sin habilitación
Durante la semana fueron varios los vecinos que se quejaron por el bar “La Gata”. Dicen que son varias las actividades que rozan lo ilícito que allí se realizan. El dueño del lugar admitió no tener la habilitación necesaria.
El bar “La Gata” es como tantos otros emprendimientos en el que los vecinos de los barrios prefieren “ver que pasa” y luego arreglar los papeles, habilitación y demás trámites. Pero esto es distinto cuando se trata de un bar, en el que la música está hasta altas horas de la noche, al que concurre mucha gente, se venden bebidas alcohólicas y según dicen los vecinos concurren los menores. El juego se desarrolla cotidianemente y hasta hay algo más que chicas con ganas de conocer gente.
Esto, se produce en cercanías del barrio Bajo Puerto, y según dicen se escucha desde la costa. “La música no se pone fuerte” se defiende ante las quejas Juan Cariaga, el propietario del lugar, adujendo que las quejas deben ser de alguien que le tiene “envidia”, porque ningún vecino se acercó para quejarse ante él directamente.
Sin habilitación
El propietario del centro de diversión nocturna, comentó a La Radio que tiene abierto el lugar los fines de semana, principalmente los Viernes y que es un ambiente tranquilo, que cualquiera podría ir, “es familiar” detalló, aunque el horario sea nocturno.
Lo cierto es que además admitió que el local no posee la habilitación correspondiente de la Dirección de Inspección General, ya que “quería ver como le iba” dijo Cariaga, aunque admitió “estar probando” hace tres meses.
Como si fuera poco, son varias las quejas de los aledaños y no tanto, por los ruidos molestos del lugar. “Parece que tenés el parlante metido en la pieza” dijo una comerciante de la zona que pidió mantenerse en el anonimato.
“Yo quejas de los vecinos nunca tuve” dijo el dueño, que admitió que la música estuvo muy alta sólo dos veces “en la fiestas 24 y 31 puse unos parlantes bastante fuertes afuera, pero nunca más”, comentó, a lo que agregó que “normalmente la música está adentro, yo me puse afuera y no se escucha la música desde afuera. De la esquina para acá ya no se escucha” dijo.
Juego y chicas
El lugar se llama “La Gata”, según comentó su propietario en honor al sobrenombre que el tenía cuando era joven, aducido a las “travesuras” que llevaba a cabo. “Sólo con el nombre no hay nada más que preguntar” sostuvo otro habitante del lugar.
Esto viene a colación, como consecuencia de lo que los vecinos denominan como “servicios extras” que se dan en el lugar. Si bien el comercio no tiene ninguna denuncia oficialmente realizada en su contra, la gente asegura que el lugar es una cueva de juegos y encuentros sexuales y que Inspección ha llegado al lugar para “pedir que bajen el volumen de la música”.
“No se realiza ninguna clase de juego, sólo de vez en cuando algún partidito de pool” dijo Cariaga desmintiendo los dichos.
Por otra parte, se refirió también a las acusaciones de lo que un alto funcionario de la Municipalidad describió como “un quilombo” ante el reclamo de los vecinos. Dijo que allí no se ejerce la prostitución, que va mucha gente y muchas chicas, pero que nadie “regentea” a ninguna persona.
En concreto, más allá de las versiones que pueda ofrecer el propietario del lugar, es cierto que dio la cara y enfrentó las acusaciones de los vecinos, que siguen insistiendo en que “La Gata” maúlla muy fuerte.