Mónica presentó, presenta y es presentada
El domingo y en “su lugar en el mundo”, Mónica Cahen D’Anvers se sentó en el jardín de La Campiña para charlar con amigos, periodistas e invitados sampedrinos sobresus cincuenta años con el periodismo, una profesión nada distinta a su vida y a la de quienes comparten la mirada y experiencias de tiempos en los que buscar información requería de viajes, preparativos, presencia e intuición para llegar más allá de los entrevistados y las historias.
Para César Mascetti, Mónica “es única”, así arrancó el “periogaucho” la presentación que comenzó junto a la caída del sol y que refiere al significado del nombre de su compañera de vida. Han sido únicas también las páginas del libro editado por Planeta, que conjugan historias, reflexiones y contrastes extraodinarios sobre episodios de la historia mundial en los que ejerció la profesión en el seno de una familia paqueta, representó un franco desafío.
Tres sillones sencillos, una mesa y una sombrilla sirvieron de marco para un atento repaso que incluyó el rol del periodismo actual y los medios digitales como paradigma de una nueva era.
“Sentí que podía cambiar un poquitito el mundo”, dijo Mónica a poco de andar y cuando recordó su primer móvil en una villa de emergencia. “Tuvimos la suerte de trabajar en lo que nos gusta y encima, que nos vaya bien”, dijo la cara más conocida del clásico Telenoche que la llevó desde la descripción de la llegada del hombre a la luna, al periodista que con su investigación destapó el caso Watergate en los Estados Unidos, al advenimiento de Irán y a su decepción cuando llegó para entrevistar a la Madre Teresa de Calcuta y le informaron que había sido internada por su grave estado de salud. Mónica considera que esa es la única nota que le quedó sin hacer dentro de los cientos que relata en el compendio que trazó en el libro al que ya denomina “broche de oro” de su carrera.
Los cuarenta años que comparte con César los llevan a fundir también sus experiencias en un relato compartido, aunque él nunca deja de destacar el talento natural y la intuición a la hora de preguntar lo que la gente quiere saber y la de opinar o decir, lo que el público desearía expresar.
“La Campiña es el hijo que no tuvimos con César”, repitió una vez más ante el público que conoce más de “El Independiente” en su edición papel que como nombre del primer establecimiento rural donde pusieron en marcha sus planes de inversión. Mascetti es un apellido ilustre en la historia local de la prensa escrita y César no duda en describir la profesión de periodista desde la perspectiva de un ejercicio que requiere de conductas transparentes y responsables, una pretensión cuasi inexistente para las generaciones que hoy requieren leer en un teleprompter la nota que van a presentar sin haberla visto o analizado.
Sandra Mihanovich, hija de su primer matrimonio cantó con armoniosa humildad la estrofa sin melodía que cualquier madre sueña escuchar: “Estoy orgullosa de mi mamá”.