Misteriosa desaparición de joven Baraderense
El Domingo por la madrugada se vio por última vez al joven Andrés Martín, de Baradero. Hasta el cierre de esta edición, a las 22 horas del Martes, continuaba intensamente su búsqueda en toda la región.
“Es casi como si se lo hubiera tragado la tierra” dijo una de las autoridades. Es que el Joven Andrés Martín desapareció de Baradero sin dejar el más mísero rastro.
A pesar de la intensa búsqueda, a más de 60 horas de su desaparición, no se han producido novedades con respecto al paradero de este joven de 21 años que fue visto por última vez en la madrugada del domingo.
El hijo de Fabián Martín y Fernanda Genoud, una pareja de comerciantes reconocidos de Baradero y propietarios de una firma maderera, había concurrido con sus amigos a disfrutar del baile de la primavera al Club Atlético Baradero, ubicado en pleno centro de la ciudad, y según fuentes cercanas a la organización de la fiesta, se habría retirado alrededor de las 5:20 de la mañana. Después de eso, nunca más volvió a ser visto.
Según se supo, una persona de seguridad del mencionado club, habría observado que Martín se retiró en su auto Fiat 147 color crema patente TVO 805 y desde ese mismo momento se perdió toda clase de contactos. No solamente desapareció el joven, sino que tampoco se ha podido dar con el auto y su teléfono celular está continuamente apagado. Familiares y amigos han insistido con los llamados, pero nunca contestó.
La búsqueda empezó poco después de que el mismo Domingo, resultaran infructuosos los intentos a su teléfono celular. Sus padres comenzaron contactando uno a uno a todos sus amigos, intentando dar con su paradero. Desesperado por esta conducta poco habitual en su hijo, Fabián Martín ya esa noche sobrevolaba la ciudad en una avioneta, para intentar obtener algún rastro sobre el paradero de Andrés.
Al día siguiente, durante la mañana del Lunes, la familia organizó una cadena de e-mails que recorre con tal velocidad los contactos, que hasta una familia amiga de los Martín que reside en Italia, llamó por teléfono para solidarizarse. A pesar de esto, el Lunes la búsqueda continuaba infructuosamente.
“El Domingo a la tarde cuando no aparecía, empezó la preocupación. A la noche comenzó la desesperación. Después, la búsqueda desesperada” decía el tío del joven a “La Opinión”.
La Búsqueda
El Martes, ya con todo el apoyo de la policía de Baradero, se llevó la foto de Andrés a varias instituciones de Baradero. En una escuela de Santa Coloma (una localidad perteneciente al Partido), una alumna dijo haberlo visto el Domingo a las 3 de la tarde. A partir de ese dato, se realizó un intenso rastrillaje en ese pueblo, que tampoco arrojó resultados positivos.
Cerca del medio día en la casa de la familia Martín, se organizó el operativo de búsqueda coordinada por el Capitán Gómez en Baradero y la región. La casa ubicada en San Martín y Araóz, fue un verdadero hervidero de gente, que se ofreció voluntariamente a colaborar en la pesquisa.
Estuvo además, toda la cuadra repleta de jóvenes, que esperaban por novedades. Al salir del colegio o del trabajo, todos parecían recalar ahí en búsqueda de algún dato esperanzador.
En el improvisado “centro de operaciones”, se juntaron las personas que iban participar en el operativo. Los dueños de los vehículos particulares se pusieron a disposición junto a sus acompañantes, la policía y la prefectura. El Capitán Gómez, jefe de la policía comunal coordino todo el operativo.
“Comenzamos una búsqueda por agua, aire y tierra” dijeron las autoridades. La estrategia, fue dividir el partido en 18 zonas, a las que se le asignaron un vehículo, y un responsable.
Un momento desgarrador, se vivió cuando en el pasillo que da a la calle, se tomó lista a cada uno de los encargados de cada una de las 18 zonas, quienes fueron levantando su mano al grito de presente, justo antes de salir a ganar la calle.
Algunos comerciantes de la ciudad, cerraron sus negocios para ayudar en el rastrillaje, que requirió de tantos voluntarios como fuera posible.
En las áreas urbanas se toco timbre casa por casa con la fotografía de Andrés Martín en mano, consultando si alguien lo había visto y se empapelaron todos los comercios de la ciudad.
En las áreas rurales, se revisaron según se dijo “absolutamente todos los caminos”, e incluso el interior de cada uno de los galpones de los campos, intentando encontrar al menos una pista de la ubicación del auto del joven.
Después de que algunos testimonios dijeran haberlo visto durante la tardecita del domingo en Villa Lía junto a otras cuatro personas, se sumó esta localidad al rastrillaje, como así también las de Portela y Alsina.
En los peajes, se establecieron controles para corroborar si en los videos de seguridad, aparecía el automóvil de Andrés.
Además, como no se descarta que haya traspasado las fronteras provinciales, se mantuvieron contactos con autoridades policiales de toda la región, incluyendo la Policía Distrital de San Pedro, que ha sido afectada a la búsqueda.
Sin embargo, nada de eso, hasta el cierre de esta edición, había dado resultado. En Baradero reina el temor y la incertidumbre pues han pasado ya muchas horas desde la última vez que fue visto, sin ningún tipo de novedades.
Además de no registrarse llamadas con su celular, se comprobó que tampoco se han efectuado operaciones bancarias ya que no ha utilizado su tarjeta de crédito. A pesar de que aseguran, solo llevaba unos 10 pesos en el bolsillo.
Al momento, en la causa trabajan en conjunto la Fiscalía Nº 5, la Policía Comunal de Baradero y la Policía Vial. Además se remitieron colaboraciones a todas las dependencias policiales de la región.
La súplica de toda la comunidad, es que el joven aparezca sano y salvo, quedando todo en un mal recuerdo. Sobre todo, teniendo en cuenta la cantidad de versiones sobre cuales fueron los motivos de su desaparición. Con respecto a una posible fuga, Federico, su primo, dijo a “La Opinión” que “de él no me espero una cosa así. Si hubiera querido desaparecer, a alguno le hubiera avisado”.
Quizás, la frase mas repetida por estas horas en Baradero, sea la pronunciada por la tía de Andrés y que resume el sentimiento de la comunidad: “No perdamos las esperanzas”.