Milagro Eucarístico: habló Juan, el hombre que recibió la hostia que sangra
Juan tiene 60 años. Es quien recibió la hostia que sangra y que hoy es investigada para ver si se trata de un milagro eucarístico. Nació en Tucumán, vivió en José León Suárez y desde hace 14 años reside en Baradero. En exclusiva para La Opinión contó, por primera vez ante un medio, que lo que hoy concentra la atención en él ya le había sucedido y que esta es la quinta hostia con sabor a sangre que comulga. Desde que se acercó a la religión, considera que su vida está signada por sucesos increíbles. La explicación de la Iglesia para el fenómeno.
El protagonista de lo que hoy la Iglesia investiga como un “milagro eucarístico” que habría sucedido en La Emilia, San Nicolás y que concita la atención de fieles creyentes que peregrinan hacia la parroquia donde sucedió, pero también de quienes se sorprenden, escépticos, ante lo que se analiza por estos días se llama Juan. Tiene 60 años. Nació en Tucumán y vive en Baradero desde 2002. Sostuvo que esta es la primera vez que accede a hablar con un medio de comunicación.
Cuando empieza a contar su historia, se define: “Toda la vida fui católico”, dice, pero aclara que su acercamiento a la religión sucedió el 18 de abril de 1998. Eran las seis de la tarde. Le habían regalado una virgen a la que describió como “muy hermosa y única”. La imagen apareció con la cara manchada con sangre. Consultó a su hija, que en ese momento era pequeña, si le había hecho algo para que la figura esté así y ella respondió con una negativa.
Emocionado, contó que hasta ese momento “era creyente pero no sabía rezar ni nada. Yo iba a los casamientos, a las comuniones, bautismos, pero nada más”. A partir de ese instante se encontró con cosas extrañas: una botella “que se llenaba sola” y cuya agua, asegura, tenía poderes “sanadores”.
Las hostias de Juan
El protagonista de esta historia aseguró que esta es “la quinta” hostia con sabor a sangre que tiene en la boca. “Yo las tragaba, porque sacarse la hostia de la boca es un sacrilegio”, señaló y sostuvo que en todas esas ocasiones había gente que estaba a su alrededor, que lo pudo comprobar.
Enumeró que le pasó en “Santos Lugares, en 1999; en la Inmaculada, de José León Suárez, en 2006; en la Capilla de Luján, también de José León Suárez, en 2009 ó 2010”. Allí, en esa ciudad del partido de San Martín, vivía Juan antes de mudarse a Baradero.
La hostia de La Emilia la recibió durante un viaje que hizo después de Pascuas, en 2014. Quien le ofreció la eucaristía es un cura de Polonia, que estaba en la capilla. “Cuando él me da la hostia, yo sentí el mismo gusto- a sangre-, saco la lengua y le muestro a una chica que tenía al lado. Estaba manchada en sangre”, contó. La joven sacó un pañuelo y la envolvió. “La guardamos y no dijimos nada”, relató Juan.
Aun conmovido, el creyente indicó que la enmarcaron para conservarla mejor. “La sellamos bien. Ese cuadrito anduvo dando vueltas por todos lados”, agregó. Con el tiempo, el “cuadrito del milagro” comenzó a recorrer distintos hogares que sintieron el privilegio de tenerlo en mano. Lo extraordinario se hacía todavía más increíble cuando “en algunas casas sangraba, como que se ponía como carne la hostia, y sangraba”, todo dentro del marco donde la habían colocado. “A mi mujer le pasó”, aseveró Juan.
Un año más tarde, en 2015, volvió a La Emilia y habló con el Obispo de la diócesis, Monseñor Héctor Cardelli, y le mostró el cuadro. “Esto es un milagro, hable con algún cura de Baradero porque esto es un milagro”, recordó Juan a este semanario que fueron las palabras del religioso, aunque consideró que no fue escuchado por el párroco de la ciudad vecina, al que acudió.
Un “milagro” público
La historia continúa este año, momento en el que se hace conocido y aparece en todos los medios de la zona, que contaban que había un hombre de San Pedro involucrado, porque así lo había señalado en San Nicolás el Obispo. Tras un arduo trabajo de este semanario, se logró llegar al protagonista de la historia que tal como lo señaló un sacerdote sampedrino, reside en Baradero.
“En el año 2016, llevo a unos chicos a San Nicolás y paso a dejarle el cuadrito a la familia Corbalán”, recordó y mencionó que Sandra, la mujer a quien le dejó la “hostia del milagro” también estaba el día en que la recibió y que, ya con el cuadro en su poder, “lo llevó a capilla de San Benito y allí lo dejó”.
“Un día voy con ella a San Benito, me voy con este grupo, estábamos todos en la capilla. Estábamos comiendo y hay un chico, Jano se llama. Y dice que sale sangre del vidrio”, expuso Juan sobre el momento crucial para que esta historia salga a la luz.
Ante el asombro de todos, ya que la sangre era tanta que desbordaba el marco en la que estaba resguardada, propuse que le pongan “una estampita”. Allí vieron cómo la imagen “se manchaba” con líquido hemático.
“Había muchísima gente viéndolo”, dijo para sostener su credo sobre un “milagro” que ocurrió delante de los asombrados ojos de fieles que estaban en el templo.
Juan sostiene que hubo gente que estaba muy enferma y que sanó tras el contacto con la hostia milagrosa. “Yo vi un hombre que era muy viejito, y estaba muy enfermo, pero después lo volví a ver y lo vi bien”, aseveró.
La revolución en San Benito
El Padre Gustavo Forestieri, encargado de la Capilla San Benito de San Nicolás, aseguró que desde que este caso salió a la luz hay gran cantidad de concurrencia de “fieles” a la misa de los sábados. Aunque, en declaraciones al diario El Norte, se mostró conforme con el nivel de asistencia, se cuestionó que “la duda es si vienen a ver el fenómeno o hay una cuestión de fe real”.
A la capilla, ubicada en el Barrio 7 de Septiembre, ahora acuden fieles de toda la ciudad y no sólo de esa zona. Incluso personas que no viven en San Nicolás se han acercado para apreciar el fenómeno con sus propios ojos. Pese a que la Iglesia pide cautela hasta que culminen las investigaciones que emprendieron los creyentes, aseveran: “Para nosotros es un milagro”.
Investigar el fenómeno
“Desde hace tiempo no tengo contacto con la hostia, lamentablemente no la tengo más”, contó Juan, para informar que hay un estudio de peritos en curso.
“Ahora está en estudio. La bioquímica dijo que es sangre humana. Llevaron un pedacito de la hostia a Estados Unidos y dicen que la sangre está dando el mismo resultado que dio la ‘Sábana de Turín’”, dijo en relación al Santo Sudario, una tela de lino en la que misteriosamente apareció la imagen de un hombre que presenta marcas y traumas propios de una crucifixión, que se cree sería Jesucristo. Actualmente este manto -el que la Iglesia no admite ni desmiente como milagro- está depositado en la capilla real de la catedral de San Juan Bautista, en Turín, Italia.
Un milagro eucarístico es un hecho sobrenatural relacionado con la Eucaristía, lo que normalmente llamamos Misa, particularmente con la consagración del Pan y del Vino, que se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, según la liturgia católica.
Los ejemplos más comentados son cuando se dan casos, muy especiales, en los que la Hostia pasa de ser “pan” a ser parte de un tejido de carne, o el vino pasa a convertirse en sangre.
El caso más conocido en nuestro país es uno que fue investigado por el Papa Francisco cuando era Arzobispo de Buenos Aires. Sucedió en agosto de 1996, en la parroquia de Santa María. Al comulgar, a una persona se le cayó la hostia de la mano y, como consideró que estaba sucia, la dejó. Detrás suyo, otra persona la puso a un lado y le avisó al párroco, que la colocó en un depósito de agua y en el tabernáculo, de acuerdo a la normativa religiosa, que indica que si una hostia consagrada tiene algún incidente debe ponérsela en agua para que se disuelva y luego echar el agua en una planta viva. A los 11 días, al ir a buscar la hostia, la encontró con manchas rojizas que luego se extendieron a todo el cuerpo.
La palabra del Obispo de la Diócesis
“Hace un año se me acercó un hombre oriundo de San Pedro- aunque ahora se sabe que es de Baradero- que me manifestó que el año anterior había ido a la Parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de La Emilia y allí recibió una hostia que al metérsela en la boca tenía gusto y emanaba sangre. Se la sacó y la guardó”, manifestó el obispo en declaraciones a los medios nicoleños.
Cardelli manifestó que este hombre volvió a acercarse este año, cuando oficiaba misa en la parroquia San Benito, y le llevó la misma hostia, que ahora espera para ser evaluada en el marco de lo que, entienden, podría ser “un milagro”.
“Hay un médico especialista, que había propuesto Bergoglio cuando todavía era obispo de la ciudad de Buenos Aires, que se encarga de evaluar estas cuestiones. Pero es muy probable que algunos exámenes se hagan fuera del país”, dijo Cardelli y señaló que algunos estudios ya se hicieron en San Nicolás.
El religioso confirmó que lo que analizan “es una hostia cubierta con sangre, que representa el cuerpo y la sangre de Jesús”.