Milagro en Baradero
Un niño de 12 años cayó en un pozo cuando jugaba en un terreno baldío. Permaneció allí toda la noche hasta que una perra de nombre “Chicha” lo halló.
Los milagros existen. Si no lo cree puede preguntarlo a los vecinos de Baradero, quienes en la mañana del viernes vivieron una situación angustiante. A muchos se les vino a la memoria aquel 21 de marzo de 1998, cuando un niño de 5 años llamado Cristian Quiroz cayó a un pozo abandonado en una obra en la ciudad de San Nicolás y tras 33 horas de desesperación el cuerpo del niño fue rescatado sin vida.
En este caso, tras una encomiable tarea del cuerpo de Bomberos Voluntarios de Baradero se logró rescatar sano y salvo a Nicolás Castro, un niño de 12 años que se encontraba jugando en un terreno baldío.
El niño había caído a un pozo en un predio ubicado en Malabia y Pringles en el Barrio Plan Federal. El pozo en el que cayó el menor, tenía unos diez metros de profundidad y unos 90 centímetros de diámetro. A unos 6 metros, el chico quedó calzado en una curva, pero el pozo era aún más profundo y se desconoce cuantos metros más.
Lo particular del caso es que en la noche anterior, alrededor de las 23 horas, Nicolás Castro se encontraba jugando en el lugar cuando desapareció. Nadie sospechó que el niño podría haber caído en el pozo ya que aparentemente nadie sabía de su existencia.
Como no regresaba a su casa lo buscaron incansablemente toda la noche inclusive por el mismo lugar pero nadie lo advirtió.
Con la primera luz del día, cerca de las 6 horas, un policía advirtió que la perra de la familia olfateaba y se quedaba en el terreno baldío. Fue allí donde el servidor público se acercó y divisó el lugar además de escuchar gritos. Allí entabla una breve charla con el chico y da aviso de inmediato para que comience el operativo rescate.
Luego de tomar contacto con el menor, se confirmó que el mismo se encontraba bien y con movilidad. Allí los auxiliares armaron un aparejo, con sogas y poleas de rescate, mientras que un bombero junto a un familiar mantenían el diálogo con Nicolás. De esta forma, uno de los voluntarios descendió y rescató al niño que había pasado toda la noche sumergido en un pozo ciego.
El chico fue trasladado al hospital de Baradero donde se le efectuaron las curaciones necesarias, se lo higienizó y fue entregado a sus familiares.
La perra “Chicha” fue la verdadera guía para que el milagro del rescate se produzca.