A mi papá
Cuando yo era pequeña tu siempre me reprendías y muy serio me decías: ¡hacele caso a mamá! Si vas a a hacer los mandados, tratá de llegar temprano que te acompañe tu hermano y conforme la dejás. Yo me imaginaba cosas como persona mayor pero si sentía un dolor si me llamabas mocosa. Si le llegaban visitas, tenía que cebarles mate con espuma y sin chorrearte, pero me faltaba arte en hacerlo todo igual. Así fui creciendo y un día he logrado ser mamá, me di cuenta que papá puso su grano de arena para educar esta nena que mocosa me llamabas, mamá me aterrorizaba ¡mirá que a papá le digo! Viejito de canas blancas así yo te vi partir, de muy poco sonreír hoy yo quisiera abrazarte y pedirte mil perdones si algún día no te hice las tareas que me mandaste. Irene Sofía