“A mi hijo lo mataron a sangre fría”
La madre de Diego Guilmen negó una relación amorosa entre su hijo y la mujer de “El Nicoleño”, detenido por el crimen. “Ellos se conocían de chicos, ella venía a tomar mates”, dijo. “Ese asesino lo mató a mansalva, y encima regresó y me preguntó por Dieguito”.
En Alvarado 890 vive Genara Monsalvo, la madre de Diego Guilmen, el joven que murió diez días atrás tras recibir una feroz golpiza.
Genara tiene 74 años y llora ahora la segunda muerte de un hijo varón. “Tengo una hija mujer de 54 años, y tuve cinco hijos varones pero uno murió hace tiempo”, dijo a La Opinión. Diego es uno de los más chicos, porque este 8 de Mayo hubiera cumplido 30 años.
“Es mentira que mi hijo andaba con esta chica “Nino”. No es como dicen los diarios ni la policía”, dijo Genara a este medio. “Ellos se conocían de chicos, ella venía a tomar mates a casa conmigo”, dijo. “Cuando ella estaba en pareja con Leone, un chico que también mataron hace dos años, ella siempre venía”.
La joven a quien menciona Genara como “Nino”, es Nadia Rojas, pareja de “El Nicoleño” Edelmiro Chávez. Según la policía había confirmado, Chávez se habría dirigido a la casa de Guilmen movilizado por los celos y utilizando un arma “tumbera”, de fabricación casera, lo azotó salvajemente. En ese momento, la víctima estaba en la puerta de su casa, escuchando música. Fue el pasado jueves 19 alrededor de las 11 de la noche.
Genara dijo que ese mismo día, durante la mañana, había visto a Chávez en una casa ubicada frente a la suya. “El estuvo con mi hijo, pasó por acá cuando la andaba buscando a ella. Después la vi a la chica sentada en la puerta, enfrente de mi casa. Este chico llegó y le pegó con el fierro ése del arma en la panza. Un chico que vendría a ser cuñado de ella, porque es hermano del fallecido Leone, la defendió. A la chica la tuvieron que llevar al Hospital e internarla porque está embarazada”, relató Genara.
“Cómo van a decir ahora que fue un crimen pasional. Ese asesino lo mató a mansalva. Le robó el centro musical que todavía no lo podemos recuperar”, dijo la madre del occiso.
“Lo levanté, y vomitaba sangre”
Monsalvo relató con dolor lo ocurrido en la puerta de la casa en la que vive.
“Mi hijo estaba escuchando música sentado en la vereda. Diez minutos antes salí afuera, y le dije por qué no entrás el centro musical y venís, porque era tarde, más de las once”.
“El no estaba en estado de ebriedad, tomaba un jugo de manzana Cepita”.
Cuando el “Nicoleño” y su cómplice, Jacobo Lescano, lo atacaron, Genara estaba dentro de la casa. “Cuando lo ví, estaba a la miseria. Del primer fierrazo que le pegó este asesino, le volteó todos los dientes. Después lo agarraron con el otro a patadas en el suelo. Cuando lo levanté, Dios mío, vomitaba sangre…”; dijo la mujer entre sollozos. “En el hospital se bajó caminando, a sacar la tomografía fue caminando, a todos lados fue caminando pero no alcanzó a llegar a la terapia”. “Ese tipo no tiene corazón para hacer lo que hizo, ni dejó que Dieguito se defienda. Una vecina estaba afuera y vio todo, pero este tipo la amenazó con el arma para que no gritara ni llamara a nadie”. Según Genara, es probable que Chávez atacara a su hijo por celos, pero las sospechas eran infundadas. “Quizá pensaba algo o alguien le dijo alguna cosa, no sé. Yo no sabía quién era, no sabía que era el marido de esta chica, quién iba a pensar semejante cosa. Ese día le dije a Nino cuándo la ví: qué hacés acá? Andamos paseando, me dijo…”, reiteró la mujer.
Con indignación, recordó que esa noche, después de la violenta agresión hacia su hijo, el “Nicoleño” se presentó otra vez en su domicilio. “Tuvo la osadía de venir a mi casa otra vez. Tenía ese fierro que es un arma y otro revólver. Me preguntó: Y Dieguito? Casi le digo, pero si vos casi lo mataste!”, relató. “No me di cuenta de llamar en ese momento a otro de mis hijos, que es policía”.
Monsalvo aseguró que su hijo Diego era trabajador, y que actualmente aguardaba que lo convocaran para tareas en el embalaje de fruta. “El siempre trabajó en los galpones fruteros. El martes que pasó, lo llamaron de lo Scadutto, para trabajar en el kiwi. Desde los 17 años trabajó en la fruta. En lo de Gomila, y después en lo Fojo. Cuando terminaba el durazno, se iba para lo Scadutto”.
Era padre de dos niños de 7 y 3 años, que ahora están a cargo de su madre, y al cuidado de la familia de Genara. “Estoy operada de las dos piernas, tengo un by pass en el corazón, y ahora perdí a mi hijo”, dijo la mujer.