MI escuela
Pese a ser sampedrina y querer mucho a mi ciudad de origen, leo La Opinión rápidamente y de manera muy esporádica, las circunstancias de la vida han hecho que me encuentre muy lejos de San Pedro en el espacio y en el tiempo… y me da una gran nostalgia constatar que prácticamente ya no conozco a nadie ni nada de por allí. Eso disminuye mi motivación para leer tan importante periódico de mi ciudad. Hace más de 45 años que sólo he ido a San Pedro de pasada, muy de tanto en tanto, para abrazar algunos viejos amigos de la familia, a los que tanto quiero. Pero ayer leí una frase en la sección Comunicandonos : « El 5 de diciembre, en la toma simbólica de la Escuela…» que me dejó pensando: ¿Qué pasará en esa querida Escuela Normal ? ¿Encuentros? ¿Recuerdos? Este año 2008 fue para mi un año pleno de recuerdos de infancia y adolescencia en los cuales MI escuela estuvo siempre muy implicada. Y no quiero que pase el año sin enviar unas líneas para adherir al acontecimiento que parece prepararse. En 2008 muchos recuerdos se presentaron en mi corazón y en mi cabeza casi permanentemente, porque es el año del centenario de mi querido Papá. El compartió el amor por su familia con el amor por la escuela, sus alumnos, su personal y sus colegas. Mi Papá, Emmanuel Dumrauf (Don Manuel, como casi todo el mundo lo llamaba) fue profesor de matemática y… tal vez transmitió algunos conocimientos de matemática…pero sobre todo nos dejó a familia, alumnos, amigos y a todos quienes lo conocieron, un legado de gran valor: su ejemplo de honestidad, amor al prójimo, comprensión, justicia, tolerancia, y un gran sentido del cumplimiento del deber. Amó a esta Escuela Normal y nos la hizo amar. Cuando tuvo que dejarla, no lo soportó, sufrió mucho moral y físicamente, y en menos de tres años nos dejó para siempre. Hizo 38 años hace unos pocos días. Pero no quiero que estas líneas sean un homenaje a mi Papá, sino un homenaje a MI escuela, donde hubo tantas personas como mi Papá, que ayudaron a forjar nuestra personalidad, apoyando el amor y el modelo de nuestros padres. Para mi todo eso constituyó la base para forjar la continuación de mi vida, que poco a poco se vuelve una larga vida… soy de la promoción 1956… Deseo manifestar -sin dar nombres y de la manera más objetiva posible- las personas que contribuyeron, durante esos trece años pasados en la Normal, a hacer de mi lo que soy hoy. Tal vez utilizaré términos que ya no se utilizan… En la escuela primaria: éramos recibidos con gran cordialidad por los ordenanzas (también se los llamaba porteros); íbamos a proximidad de la sala de clases. El contacto era rápido con las maestras (y una vez para mi también un maestro! en sexto grado… había sido nuestro practicante originario de Baradero. Teníamos los practicantes, que se aplicaban para enseñarnos de la manera más motivante posible tantos conocimientos!!! Algún pasaje por la Regencia. Mi recuerdo se mezcla entre la primaria y la secundaria en lo que se refiere a Secretaria, Vice dirección y Dirección, y también Biblioteca. En la secundaria, vaya mi recuerdo profundo para todas las celadoras, con sus cálidos y acertados consejos…Y los profesores que tantos conocimientos nos inculcaron. Aprovechando al máximo sus conocimientos, el material de la Escuela y del medio ambiente. Y que nunca dejaron pasar una oportunidad propicia para un consejo, un ejemplo, una idea de valores humanos. Y mi recuerdo sumamente afectuoso para mis compañeros, con quienes ya casi no tuve oportunidad de contactarme… salvo con mi «comadre» (de verdad) que también está lejos de San Pedro (en distancia, no sé en recuerdo) y una o dos ex-compañeras que sé aún viven en San Pedro. Y vaya muy especialmente el recuero de los ex-alumnos de mi Papá, que fueron parte primordial de su vida (y la de su familia, aún ahora para mi…). La última vez que estuve en San Pedro vi a dos de ellos. Al recordarlo mis ojos se nublan. Los que me conocen saben que me he vuelto «una vieja llorona» como lo digo siempre… a causa de las emociones… Y no dejo de olvidar las fiestas, el salón de actos, los preparativos de fiestas patrias o de fin de año. Ni los desfiles hasta el busto de San Martín o de Fray Cayetano… Ni tampoco las fiestas deportivas en el patio de la escuela o en el estadio… Ahora me encuentro en la ciudad de Calvino (donde formé mi familia desde hace muchos años)… cuyo colegio mucho soñé cuando estudiaba Historia de la Educación tanto en la Normal como en la Universidad, incluso viendo fotos en los libros. Mi marido hizo su bachillerato en el único Colegio secundario que entonces existía aquí: «le collège Calvin», en la misma época que yo. Pero él «envidia» todo lo espiritual, afectivo y hasta intelectual que nosotros aprendimos en nuestra Escuela Normal. Ahora mismo, pensando en pedir a La Opinión de publicar mis sentimientos, mi vista no está clara… quiero pensar que es de alegría… no una imagen de fin de vida… Disfruten ese encuentro que imagino, por que no sé bien de qué se trata. Me encuentro llena de imágenes visuales, auditivas, afectiva...para el pasado tengo una gran memoria. Debe ser porque ese pasado me dejó una fuerte impronta. Estoy con todos Ustedes, tanto en las imágenes de todo tipo, como en la afección y la amistad profunda. Irma Burri-Dumrauf (…entonces todos me llamaban Irmita Dumrauf) N de la R: Estimada Irma, la toma “simbólica” de la Escuela Normal es una iniciativa de la Cooperadora de la escuela, apoyados por nuestros medios y la suma de egresados, profesores, alumnos de todos los tiempos, empresarios, comerciantes, etc. El objetivo principal es defender y seguir luchando por la EDUCACIÓN PÚBLICA. Entonces, el 5 de Diciembre haremos, entre todos, una gran fiesta en la escuela y allí estará la memoria intacta de todos aquellos que pasaron por allí. Irma Dumrauf: ¡presente!. No sólo es una invitación sino el deseo de que algún descendiente de aquel genial maestro de matemáticas camine por los pasillos de ese monumento a la igualdad de oportunidades.