Metamorfosis
“Que pena que este camino sea de muchísimas leguas, que siempre se repitiera, los mismos tiranos, los mismos farsantes, los mismos poetas...” - Los Olimareños -
Siempre se nos espeta a los que hacemos política y entiendo esto en el sentido más lato del término, cual es intentar cambiar -para bien- una sociedad determinada, que “ustedes estuvieron antes con Fulano y Zutano, por lo tanto ahora no sé por qué están con Perengano…” Es una forma solapada de desacreditar a la militancia. Utilizan el desdén y una mirada desde la crítica cómoda, utilitaria y servil las más de las veces. Como si la política fuera un totem inmodificable, estratificado, sin transformaciones. “Los únicos que no cambian son los idiotas o los dioses” dijo alguien antes que yo y tenía razón. El hombre, como ser humano con conciencia, puede legítimamente hacerse una autocrítica y rectificar su conducta.
He visto a ladrones convertirse en hombres de bien y al revés, he visto a muchísima gente común que, con poder o con plata revelan su auténtico rostro: se convierten en seres fatuos, arbitrarios, pagados de sí mismo y hasta practican alguna forma de delincuencia o, directamente, usan su altura y el miedo que generan como una manera de dominación.
La simbólica mateada en el cruce a Papel Prensa creo ha sido un hito en las manifestaciones populares en San Pedro. El periodismo lo puede considerar de diversas maneras: lo importante es que se siga visibilizando que esta importante empresa para nuestra zona, esconde graves antecedentes en su conformación final como sociedad anónima en manos de dos medios nacionales. Osvaldo Papaleo lo patentizó algunos días atrás. Alguna vez me contó detalles escalofriantes de su detención y torturas Irma Roy, a la sazón su esposa de aquel entonces. Cuando Irma transitaba despachos oficiales de la dictadura militar reclamando por la aparición con vida de su esposo, apareció una tumba en Avellaneda con su nombre artístico y no el verdadero. Era una forma aviesa de avisarle que se quedara quieta y no moviera más las aguas.
Carolina Papaleo (hija de ambos) y ella la fueron a ver y se encontraron con un montón de gente llorando y poniendo flores sobre una lápida falsa. Carolina se espantó naturalmente pero la madre le dijo: “quedate tranquila hija, por lo menos sé fehacientemente que mucha gente me va a llorar cuando falte, en cambio a estos dictadores no los llorará ni su madre…”
Cuando se escriba sin pasión y con equilibrio la historia de estos días, los que participaron de este cruce de pancartas alusivas aparecerán en alguna foto sepia o vaya uno a saber de qué color y se sentirán orgullosos de ser agentes activos de una protesta popular. Recuerdo en este sentido que en los finales de la década del 60’ y principios de los 70’, desde el periódico Actualidad que dirigía Enrique Delfor Gaido, mantuvimos varios cruces con otro periódico de Zárate, se llamaba Delta y propiciaba que Papel Prensa se radicara en aquella localidad. Alentábamos a Muntané y a Martínez Faltado (apellido popular que le había agregado la gente en contraposición de otro con dinero), en sus ingentes gestiones para traer la fábrica a San Pedro. Mor Roig, Ministro del Interior de Lanusse con fuertes vínculos en San Pedro, hizo el resto. Celebramos alborozados esa exitosa gestión en la que tuvieron el apoyo de la CGT, el Centro de Comercio, etc. Esa fue la historia o la prehistoria de lo que luego se vivió en años posteriores con vicios y hasta con muertes dudosas. Una metamorfosis para mal. Pero la fábrica está y es y será muy importante siempre para nosotros…
Por Elvio Macchia