Medidas “correctivas o expulsivas” para la telefonista que no atendió un caso de urgencia
La Dirección de Asesoría Letrada lleva adelante un sumario contra una empleada municipal que no quiso derivar una llamada urgente del Servicio de Emergencias provincial para el traslado de una paciente grave. Ella declaró ayer y harán lo propio los principales testigos. Podrían considerar al hecho como una “falta grave”.
La Secretaría de Salud solicitó el inicio de un sumario contra una telefonista del servicio 107 que se negó a pasar un llamado telefónico del servicio de emergencias sanitarias provincial al área de derivaciones del Hospital porque estaba “de paro”, lo que casi provoca una situación aún más complicada para una chica que estaba por parir un niño prematuro y necesitaba ser trasladada con urgencia.
La empleada fue citada por el Director de Asesoría Letrada José Ignacio Macchia, quien instruye el sumario, para ofrecer su descargo (ver recuadro), mientras que los principales testigos lo harán en los próximos días.
Macchia debe llamar a declarar a un chofer de ambulancias que trabaja como bombero y de casualidad estaba en el cuartel cuando el operador del servicio de emergencias provincial llamó desesperado ante la respuesta negativa por parte de la trabajadora respecto de pasar la llamada.
Además, deberá hacer lo propio la Jefa del área de Derivaciones del Hospital, quien recibió el llamado desde Bomberos para ponerse en contacto con la Dirección provincial a la que le habían solicitado el traslado urgente de la paciente.
Si hay pruebas,
habrá sanciones
Asesoría Letrada procura recabar las pruebas suficientes para establecer que los hechos sucedieron como fueron denunciados en el expediente que firmaron el Secretario de Salud Javier Sualdea, el Director del Hospital Pablo Pichioni y el Jefe de Personal del nosocomio, Hugo Albouy.
Además de las declaraciones de los que tuvieron contacto con el caso, en el marco del sumario el Municipio consultará a la Dirección de Emergencias Sanitarias si registra las llamadas que salen desde su central de operadores.
Si las pruebas son suficientes para incriminar a la empleada tal como está planteada la denuncia, le podrían caber penas “correctivas o expulsivas”, de acuerdo a lo que dice la ley del estatuto del trabajador municipal.
La falta puede ser considerada “grave” y entre los que la denunciaron habría voluntad de “despido” si es que logran probar con todos los elementos lo sucedido. El problema es que para ello puede correr mucha agua bajo el puente.
Despedir a un empleado público no es sencillo. Además, hay muchos elementos que se ponen en juego, como los antecedentes del agente en cuestión. En este caso, se trata de un legajo “limpio” y con muchos años de antigüedad.
En el caso extremo de despido, hay que tener en cuenta que la empleada tendría la posibilidad de recurrir a la Justicia. “Te sale más cara el agua que los fideos”, metaforizó un abogado.
Qué sucedió
El martes pasado, alrededor del mediodía, una menor de edad embarazada ingresó al Hospital con “amenaza de rotura de membrana que podría derivar en un parto prematuro”, según informó el Director Pablo Pichioni.
Los profesionales de Maternidad solicitaron su derivación y esperaron la respuesta de la Dirección Emergencias Sanitarias de la Provincia de Buenos Aires. El traslado fue dispuesto en unos quince minutos.
El operador de Provincia llamó al servicio 107 para informar que estaba todo listo y allí habría recibido la respuesta negativa de la empleada. Según consta en el expediente, la operadora de turno le dijo que no podía pasar la llamada porque estaba “de paro”.
Tras cortar, llamó a Bomberos para avisar. Allí estaba el chofer de ambulancias y voluntario del cuartel, quien informó al área de Derivaciones, que se comunicó con la Dirección de Emergencias Sanitarias provincial para el traslado de la paciente.
La operadora del 107 contó su versión
La telefonista acusada de “no derivar un llamado porque estaba de paro” declaró ayer en el marco del sumario administrativo que solicitaron las autoridades del área de Salud.
En su declaración, habría señalado que la situación no fue como la contaron Sualdea, Picchioni y Albouy, sino que, por el contrario, el que le cortó el teléfono de mala manera fue el operador de la Dirección de Emergencias Sanitarias.
Lo que sí habría hecho es explicarle al empleado provincial que el Hospital estaba de paro, pero que aun así iba a canalizar la llamada para que, como ha sido su trabajo durante años, el traslado y la derivación se produjeran.