“Me tratan de ladrón pero no tengo antecedentes policiales”
El empleado de Desarrollo Humano acusado de robar materiales en una casa de las 291 viviendas, explicó su versión. Dijo que el vecino que lo acusa, primero había apuntado a otro joven del barrio como responsable. Y que ahora está aprovechando la presión para que el municipio reponga el material robado. “Al comisario le dije que me siga investigando”, dijo Sierra. Sobre la falsificación de documentos del fútbol infantil, dijo que “Me suspendieron por lo que dije en La Radio, pero el año pasado me reintegraron”.
En la misma mañana en que se publicó la noticia en la que se vio involucrado en un robo, Javier Sierra se presentó en este medio para ofrecer su descargo.
Sierra es un viejo empleado municipal, que se desempeña en el área de Desarrollo Humano que dirige la Lic. Martha Perret; fue contratado por Mirta Atrip a poco tiempo de asumir en ese cargo con el Intendente Barbieri. Es beneficiario además, de una casa en el barrio de las 291 viviendas. A mediados de Febrero, un vecino lo acusó de robarle varias cajas de cerámica que estaban a punto de ser colocadas.
“Un sábado a la mañana este muchacho Sergio Troche, se me presenta en mi casa, diciéndome que tenga cuidado con el pibe mío, por si andaba jugando por la casa de él, porque le había puesto electricidad a las puertas y ventanas porque le habían robado”, contó Sierra.
El empleado de Desarrollo Humano se extrañó por la visita y por eso entendió que no era casual. “Me pareció que desconfiaba de mí, por eso lo invité a pasar a mi casa para que viera que no tenía nada, pero no quiso”, agregó. El lunes siguiente, la policía llegó para allanar su vivienda y así, Sierra se enteró que Troche lo había denunciado. Tal como figura en la denuncia policial, el damnificado primero sembró sospechas sobre un joven del mismo barrio a quien “lo vió renguear”. Pero luego cambió su versión porque supuestamente hubo testigos que lo señalaron a Sierra.
“Después lo encontré en la cancha de El Porvenir. Lo paré y le pregunté por qué me había mandado la policía. Me dijo: “Yo no te denuncié Sierra, fue un vecino que me dijo”. Troche hizo otras ampliaciones a la misma denuncia, en las que dijo que otros testigos le habrían comentado que las cerámicas robadas estaban en la casa de un cuñado de Sierra. “Yo no tengo cuñado, mi mujer tiene solamente un hermano de 10 años”, aclaró el acusado. “Ellos mencionan a un tal “Chocolate” que es en realidad el tío de mi señora, pero vive con nosotros”, dijo sorprendido Sierra.
El acusado comentó haber tenido problemas con un grupo de jóvenes que suelen reunirse en la esquina de Ruffa y Hermano Indio, en uno de los límites del barrio San Miguel. Con ellos mantuvo algún que otro enfrentamiento cuando los escuchó insultándolo sin motivo alguno.
“Siempre me pasaron estas cosas. Yo me crié en el Instituto Sarmiento y cuando salí siempre viví en barrios donde hay chorros y malandras. Como a mí me dieron laburo en la Municipalidad, estoy mal visto”, dijo con lágrimas en los ojos. “No tengo antecedentes policiales, y sin embargo para todo el mundo soy un chorro”.
“A mí no me defiende el Intendente, como algunos dicen. Me dio laburo pero nada más. Quiero que se investigue, le dije al Comisario que me siga investigando”, dijo Sierra confirmando que después de ser denunciado recibió una citación de la Secretaría de Gobierno que dirige Juan Almada. A partir de ese encuentro, Sierra dejó su puesto como cuidador del flamante Centro Integrador Comunitario y tomó sus vacaciones. “Justo me tocaban”, se excusó.
Para Sierra, la principal motivación de la familia Troche es recuperar las cerámicas que les faltan, y por eso presionan a los funcionarios municipales. “Esta gente habló con Perret y con Peiró… Están presionando para que les devuelvan los materiales”, dijo.
“Pagué por todos”
El nombre de Javier Sierra trascendió hace tres años, cuando fue acusado de cometer otro delito diferente al de robo. En esa ocasión, ya trabajaba como empleado de Desarrollo Social pero el problema se suscitó dentro del Fútbol Infantil donde se desempeñaba como técnico de un club. Lo señalaron como quien había adulterado varios documentos de identidad de niños para que pudieran ingresar a distintos equipos a los que no podían por su edad. La liga infantil lo sentenció a una suspensión de por vida.
Sierra asegura que todavía, cuando suele transitar por la ciudad hay quienes lo identifican por este caso. “Me gritan: loco, los documentos…”, explicó. El año pasado, los clubes decidieron la reincorporación de Sierra a la actividad. “A mí me suspendieron por lo que dije en La Radio, más que por lo de los documentos porque en realidad no tenían pruebas”, dijo a este medio. “Hubo muchos que taparon todo”, agregó con expresión resignada.