Hace unos días a Lilí le tocó despedir a una pasajera en la nueva terminal de ómnibus y tras recorrer el lugar, concluyó que el estado del edificio le daba vergüenza. “Baños sucios, pisos sin barrer, maceteros con plantas moribundas, caca de paloma por todos lados”, describió.
El jueves por la tarde, una oyente que pasó por la zona vio que trabajadores estaban cortando el pasto y escribió: “Tras la vergüenza van a arreglar”.
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