Más de 100 venezolanos que viven en San Pedro siguen de cerca la situación de su país
Venezuela atraviesa un tenso momento político, económico y social, con Nicolás Maduro, proclamado presidente tras las elecciones de 2018 y Juan Guaidó, titular de la Asamblea Nacional que lo proclamó presidente a cargo, disputando el poder. En San Pedro hay más de 100 venezolanos que, como en toda Latinoamérica, llegaron en busca de una realidad distinta a la que se vive en su país.
La semana pasada, la comunidad internacional se vio sacudida, una vez más, por hechos ocurridos en Venezuela. Tras la asunción de Nicolás Maduro para un segundo mandato que obtuvo en las elecciones de 2018, el presidente de la Asamblea Nacional, el diputado opositor Juan Gaidó, fue proclamado por ese cuerpo legislativo como "presidente a cargo", porque entienden que el triunfo del chavismo se produjo en "comicios fraudulentos".
Ese día, en la plaza Constitución de San Pedro, decenas de residentes venezolanos, con banderas de su patria, expresaron su apoyo a Guaidó. Son parte de la importante comunidad de ese país que forma parte de la sampedrina.
Si se tiene en cuenta la información oficial del INDEC, que deberá ser renovada el año próximo, los venezolanos superarían en cantidad de residentes locales a la comunidad paraguaya, que era la que más presencia tenía, según el último censo nacional.
Adriana Manso, una de las venezolanas que trabaja activamente por su comunidad, contó a La Opinión que junto a su esposo, Ángel, están hace más de tres años en la ciudad, desde donde colaboraron para ayudar a otros compatriotas que decidieron irse del país en busca de una realidad mejor a la que les tocaba vivir.
Su esposo, Ángel, es uno de los primeros venezolanos que se instaló en San Pedro. Ingeniero mecánico, vino a la Argentina solo y comenzó a buscar trabajo. Tras varias entrevistas en distintas empresas, recaló en Papel Prensa. Su experiencia en papeleras venezolanas le facilitó el camino.
Cinco meses más tarde, Adriana y su pequeño hijo, que ahora tiene 9 años, volaron desde Venezuela. "Gracias a Dios consiguió un buen empleo y pudimos venir toda la familia y eso nos ha ayudado muchísimo a ayudar a nuestras familias en Venezuela", contó.
Desde entonces, agregó la joven, se ocuparon de ayudar a otras personas a transitar el camino del autoexilio. "Yo ayudé a varios familiares a que viniera acá, los alojábamos en nuestra casa hasta que conseguían donde vivir, y luego venían otros amigos y amigos de amigos", relató.
"Se vienen de a poco, viene uno y luego van trayendo a su familia, porque no es fácil", explicó Adriana. Ella y Ángel fueron padres de una niña en San Pedro. Aunque les gustaría regresar a su país, creen que en el mediano plazo no estarán dadas las condiciones para hacerlo.
La familia de Ángel y Adriana se siente cómoda aquí. "Tenemos bastante recepción, acá en San Pedro estamos muy contentos, nos han tratado muy bien desde que llegamos. La mayoría hemos tratado de hacer un buen rol aquí, para ser bien vistos. No te voy a decir qeu todos son buenos, siempre hay una manzana podrida, pero la mayoría somos buenos, trabajadores y respetuosos, y nos hemos ganado el respeto de la gente de San Pedro", aseguró.
"A mí me gustaría regresar, porque es mi país, pero ya estamos haciendo vida aquí, tenemos nuestros hijos, sí de visita, porque tenemos muchos familiares, en un futuro, cuando venezuela realmente se estabilice, probablemente volvamos, pero ahora no creo", señaló la mujer.
En ese sentido, explicó: "No se van a arreglar las cosas de un día para el otro, ha sido un gobierno muy traumático para mucha gente, nosotros hemos perdido familiares y no tenemos ganas de volver ahora", aunque analizó: Nosotros estamos entusiasmados porque vemos que hay un cambio, distinto a los de otras veces que se ha querido cambiar al presidente Nicolás Maduro".
"Este es un fenómeno que lleva 20 años, esta miseria en Venezuela. El presidente Chávez estaba desde el 99, así que son 20 años, pero grave, grave estamos hace 6 años", dijo Adriana. Esos seis años coinciden con la transición entre el gobierno de Hugo Chávez y el de su sucesor, Nicolás Maduro.
El año pasado hubo elecciones en Venezuela, en las que se elegía al nuevo presidente, que asumiría este 10 de enero. La oposición consideró esos comicios como fraudulentos. El oficialismo se apoya en los veedores internacionales para proclamar la validez del triunfo de Maduro, en una elección con baja participación.
La semana pasada, la Asamblea Nacional (AN) —equivlente al Congreso argentino—, controlada por la oposición, consideró que la asunción de Maduro para un nuevo mandato estaba reñida con la constitución bolivariana. Ante una multitud, el titular de la AN se autoproclamó "presidente encargado de Venezuela para lograr el cese de la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres".
Maduro calificó de "títere de la Casa Blanca" al líder opositor y denunció un "golpe de Estado". Allí comenzó el alineamiento internacional con uno u otro, según la consideración política de cada cual. Rusia, China, Cuba, Turquía, México, Uruguay, entre otros, revalidaron al chavista; Estados Unidos, España, Brasil, Argentina, Chile, entre otros, reconocieron a Guaidó.
“Le digo a la comunidad internacional: estoy listo una vez más, para en Venezuela o donde sea, iniciar una ronda de conversaciones, diálogo, negociaciones con la oposición venezolana donde, como y cuando quieran”, dijo, una semana después, Maduro. Guaidó, por su parte, dijo que "todas las opciones están sobre la mesa para lograr el cese de la usurpación”, como llama a la continuidad del chavismo en el poder.