Malvinas: a 37 años de la guerra, el teniente coronel Vercesi recordó a su amigo Mateo Sbert, cuya tumba ya tiene su nombre
José "Tano" Vercesi vino el sábado a San Pedro para una nota en exclusiva con Sin Galera. Durante una hora, repasó la decisión que él y otros camaradas tomaron de ofrecerse como voluntarios para desembarcar en Malvinas, donde protagonizar el famoso combate de Top Malo House, donde murió el sampedrino Mateo Sbert, su amigo, subordinado y "consuegro post mortem". Maximiliano Sbert y una de sus hijas estuvieron en la isla, donde la tumba del sargento ya tiene su nombre, tras haber sido identificado el año pasado.
El sábado pasado, a las 8.30 de la mañana, el teniente coronel retirado José Vercesi llamó por teléfono a un periodista de La Opinión para avisar que la entrevista pautada para el programa Sin Galera sería personalmente: estaba a punto de viajar hacia San Pedro. Así lo prefería.
El militar retirado, que continúa saltando en paracaídas a los 68 años, condujo desde Buenos Aires y trajo canciones alusivas a la guerra de Malvinas en la que combatió como voluntario y a la que arribó en un Hércules el 27 de mayo de 1982, una semana después que los ingleses.
Vercesi era el capitán a cargo de la compañía que protagonizó la batalla de Top Malo House en la que murió el sargento sampedrino Mateo Sbert. El "Turco" era su amigo. Habían compartido destino en Córdoba como miembros del Ejército.
Sabía que venir a San Pedro era para hablar de ese amigo, cuyo hijo Maximiliano ahora es su yerno, esposo de su hija María Gracia, "Chachi". Cuando habla de él y de sus subordinados caídos en combate se refiera a "mis muertos" y no vacila: "Estaban bajo mi responsabilidad".
Vercesi recordó la noche en la que Maximiliano Sbert golpeó a su puerta. Un joven alto le extendió la mano y le dijo que era teniente primero. Fue a contarle que él también era militar. Vercesi lo alojó en su casa, mantuvo largas charlas con el hijo de Mateo, que ya había ido a Malvinas.
Se habían visto en 1982, cuando el jefe de la compañía en la que murió el sampedrino se ocupó personalmente de darles la noticia a sus familiares. Maximiliano tenía 8 años y era el mayor de tres hermanos, todos con un nombre que empieza con ma, como Mateo: Martín y Marcos, el menor, que falleció el año pasado tras padecer leucemia.
La primera vez que fue a las islas, Maximiliano Sbert estuvo en Top Malo House, donde murió su padre. El 13 de marzo partió de Ezeiza, junto a una de sus cuatro hijas, hacia el cementerio de Darwin para llegar a la tumba, que ahora tiene nombre y apellido.
Cuando surgió el proyecto humanitario, los veteranos y familiares temían que los restos volvieran al continente. La decisión fue que permanezcan en las islas. “Es una forma de marcar que murieron defendiendo eso”, dijo Vercesi.
Esa tumba tenía una placaque decía "soldado argentino sólo conocido por Dios". Desde octubre del año pasado, cuando el Equipo Argentino de Antropología Forense lo identificó en el marco del Proyecto Plan Humanitario Malvinas, Sbert es uno de los 112 identificados. Todavía quedan 10 NN en el cementerio de Darwin, donde fue tomada la foto que ilustra esta página.
En la foto, junto a Maximiliano Sbert y su hija está Mauricio Fernández Funes, el veterano de guerra que dirige la Fundación Criteria, que acompañó a unos 60 familiares para rendir homenaje a los caídos, en sus tumbas, también miembro de la Compañía de Comandos 602.
Dos familiares por cada héroe volaron la madrugada del 13 de marzo a las islas. Era el segundo viaje de estas características desde que comenzó el Plan Proyecto Humanitario Malvinas. Novias, madres, hermanas, padres, hijos, nietas fueron al cementerio con una certeza: ahora saben cuál de esas cruces blancas es ante la que deben llorar.
Los testimonios son similares en cada caso: la experiencia fue sanadora, les dio paz interior, el dolor encontró su cauce. Médicos, psicólogos y asistentes sociales los acompañaron. Emplazaron 20 losas con los nombres de soldados identificados.
Antonia "Tona" Sbert no pudo ir. No se sentía bien de salud. Sabía que su sobrino y una de las hijas irían. Estaba satisfecha con eso. Para ella, su hermano Mateo sigue siendo "el hermano querido que no veré jamás", como escribió en la carta que los veteranos sampedrinos dejaron en el sitio exacto en el que dejó su vida en combate.
El sábado, esos mismos veteranos se reunieron para acercarse a APA y esperar que el programa Sin Galera terminara, para saludar a José Vercesi, el teniente coronel retirado que era capitán a cargo de la compañía que protagonizó el combate de Top Malo House.
Se abrazaron. Vercesi, que había estado una hora al aire repasando aquel combate y hablando de su amigo “el Turco”, los destacó. Ellos celebraron al teniente, su sentido del honor y la responsabilidad. Antes de que se fueran, Juanita y Ángel, los chicos que juegan al periodismo en La Opinión & Sin Galera intentaron entrevistarlos. Sólo hicieron una pregunta cada uno. La emoción los sobrepasó, como a todos. Lloraron y se abrazaron a los veteranos. Sabían ante quienes estaban y así los llamaron: héroes.