Más testimonios comprometen a Graciela Ojeda en la causa por estafa en la Universidad del MIJD
Dos docentes de la Universidad Popular testificaron en su contra en la causa que lleva adelante el Fiscal Manso, iniciada tras la denuncia del Dr. Gallo. Confirmaron el pago de la cuota de 80 pesos y dieron cuenta de una serie de irregularidades que notaron y comunicaron, por lo que fueron expulsados de la casa de la coordinadora académica de la sede local, donde vivían. Ojeda insiste con que entregará títulos. La denuncia ya está en los Ministerios de Educación nacional y provincial.
La coordinadora académica de la Universidad Popular del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (Mijd), Graciela Ojeda, está cada vez más comprometida en la causa por estafa que el Fiscal Manso lleva adelante en su contra, presentada en la Justicia por el Dr. Pablo Gallo, director de la carrera de enfermería, luego de que tomara conocimiento de las múltiples irregularidades descubiertas en Chaco, donde estaba la sede central de la casa de estudios.
Hasta el momento, Manso tomó declaración testimonial al Director del Hospital Pablo Pichioni –quien repitió lo que dijo a La Opinión semanas atrás: que funcionarios de los ministerios de educación provincial y nacional le informaron que la Universidad no está habilitada– e hizo lo propio con dos actores fundamentales del proceso que derivó en un verdadero escándalo.
Se trata de los licenciados Hernán Iturgay y María del Carmen Sapoliti de Iturgay, quienes formaron parte del staff docente local durante los últimos meses, luego de ser impulsores de la Universidad en la provincia de Santa Fe. Aquí, como huéspedes de Graciela Ojeda, notaron varias irregularidades que forman parte de su testimonio ante la Justicia.
De Norma Plá a San Pedro
Ambos docentes, de dilatada trayectoria militante relacionada con la educación en el país y el mundo, conocieron a Raúl Castells cuando éste era chofer de Norma Plá, la histórica dirigente que luchaba por los derechos de los jubilados.
Con el Mijd se encontraron en el humilde barrio Empalme Graneros, de las afueras de Rosario, donde dictaban clases de apoyo escolar a integrantes de pueblos originarios que habitan esa excluida zona de la ciudad que gobierna el Partido Socialista de Hermes Binner desde 1989.
Su encuentro fue con la Diputada Ramona Pucheta, quien se alejó de Castells luego de que el referente del MIJD la acusara de recibir sobornos por votar a favor del Presupuesto, lo que valió denuncias penales de la mujer en su contra. Con ella, aquella vez en Rosario, estaba Graciela Ojeda.
A Hernán Iturgay y Carmen Sapoliti les ofrecieron coordinar la Universidad en la provincia de Santa Fe y aceptaron. El año pasado, cuando el movimiento decidía sus candidatos para las Paso, volvieron a verse con Ojeda, quien los invitó a dar clases en San Pedro.
En esa ciudad santafesina, cuando entregaron alrededor de setenta títulos “provisorios”, les hizo el mismo ofrecimiento y aceptaron. Vinieron a vivir en la casa de Ojeda, quien según su declaración les ofreció vivienda, comida, hacerse cargo de los gastos y hasta 200 pesos de viáticos por semana, que habría pagado pocas veces.
Fin de la relación
Alguna vez, ambos docentes, en ocasión de consultar temas de la Universidad en internet se toparon con la problemática de Chaco y le contaron a Ojeda. Ella les dijo que se trataba de “una persecución política” y eligió el silencio hacia adentro de la sede local.
A Hernán y Carmen Iturgay no les gustaba que les cobrara los 80 pesos por mes a los alumnos. “Se supone que esto es popular y gratuito”, le dijeron en más de una oportunidad. Ellos hacían polladas y rifas para reunir el dinero necesario para solventar los gastos de alquiler.
“Ella nunca rindió cuentas, más que de palabra”, aseguraron. Varias veces le pidieron que lo hiciera, porque las dudas crecían entre el alumnado. Llegaron a escuchar frases como “si no pagás, te vas”, dichas a los gritos y delante de todos.
Un día Graciela Ojeda los llamó por teléfono para decirles que estaban “despedidos” como docentes de la Universidad. Estaban en la Biblioteca, leyendo material para compartir con sus alumnos. Cuando se dirigieron a la casa de calle Belgrano casi Riobamba donde vivían junto a la coordinadora académica del Mijd, se encontraron con sus pertenencias tiradas en el patio, custodiadas por el dueño de la vivienda de adelante.
Ambos docentes confirmaron que Ojeda daba clases en la carrera de Enfermería y que lo hacía con fotocopias que le preparaba su hijo, Rodrigo Ponzoni, enfermero profesional que estaba a cargo de una gran cantidad de materias. Cuando las alumnas le preguntaban algo que no entendían, les decía: “Eso pregúntenselo a Rodrigo cuando venga”, porque no sabía la respuesta.
“Nosotros nos quedamos en San Pedro, porque no queremos ser cómplices”, sostuvieron los docentes, que llegaron a la ciudad hace alrededor de tres meses.
Huéspedes de Graciela Ojeda, aseguraron que en su casa había “títulos de auxiliar en blanco” y que “un flete se llevó cosas” luego de que el tema explotara a través de La Opinión. Por la causa, no hubo allanamiento alguno, hasta ahora.
La “coordinadora académica” habría cobrado 100 pesos a alumnas en condiciones de recibir su título, en concepto de “fiesta de graduación”. Alumnas y docentes señalaron que a su hijo le reunirían 450 pesos cada vez que venía, en concepto de viáticos.
Dónde está Castells
Raúl Castells aseguró el 29 de mayo pasado que en un mes estarían los títulos. Fue cuando vino a inaugurar el ciclo lectivo, dos meses después de que comenzara, y a instancias de una pregunta delante de todo el alumnado que le hiciera Pablo Gallo.
A La Opinión le dijo la semana pasada que “no estaba al tanto del tema” y luego no volvió a atender las llamadas de este semanario.
Se suponía que vendría el viernes a reunirse con autoridades del Hospital, pero no lo hizo. Quien sí estuvo fue Nina Peloso, quien se reunió con Ojeda y le dijo que todo seguía “normal”, como si nada.
El lunes había una reunión a las 16.30 en la sede de la Universidad, pero las pocas personas que se acercaron no encontraron a nadie. Supieron que hubo un encuentro a las 10.00 de la mañana, pero no saben quién fue.
El escepticismo crece entre el alumnado, esperanzado en que haya una solución. Esperan los títulos, la posibilidad de homologar en otra casa de estudios, alguna respuesta. Resignadas a los 80 pesos que pagaron durante años, su preocupación es la carrera, en la que ingresaron en procura de una posibilidad de trabajo.
Los títulos, ¿el fin de semana?
Ojeda dijo que viernes o sábado entregará los títulos y que vendrán “del Chaco”. No se sabe qué títulos. Acaso, no más que papel pintado, ya que no tienen avales de los ministerios de educación provincial o nacional, donde ya tienen copias de la denuncia en su contra.
En declaraciones a FM Génesis dijo que “todos los alumnos de la Universidad tienen garantizado el dictado de clases y todo como estaba programado”.
Los de primer año no tenían libreta ni certificado de alumno regular. Las materias Sociología e Interacción Humana y Bioestadística nunca fueron dictadas, a pesar de que figuran en el plan de estudios. La sede no tiene habilitación municipal ni de Afip. Ese es el panorama.