Más denuncias por violencia y discriminación en boliches

La denuncia de un testigo casual que dijo ver cómo un guardia de un boliche maltrataba a un joven el pasado sábado a la noche, desató una nueva polémica por el trato que dispensan los llamados patovicas a los jóvenes que concurren a los lugares nocturnos.
En la mira vuelve a estar la discoVendetta que ahora funciona en el ex cine frente a la plaza Belgrano y que es el lugar elegido por la mayor parte de los jóvenes tanto de San Pedro como turistas. Pero los dueños del lugar aseguran que el trabajo de los guardias es siempre el mismo, y que el objetivo jamás es discriminar sino controlar el acceso de personas que son conocidos por sus antecedentes violentos y delictivos. “Todo se magnifica”, explicaron sin ganas de dar más explicaciones. Uno de los propietarios consultado por La Opinión dijo que los guardias tienen que lidiar todos los fines de semana con gente muy difícil y que existen muchos interesados en perjudicarlos.
Quizá una solución podría ser colocar un patrullero en forma permanente pero ni la policía ni las autoridades municipales les ofrecen demasiadas soluciones a una situación que se torna cada vez más difícil.

El testimonio
El pasado sábado a las cuatro de la mañana, un vecino que había concurrido a buscar a su hijo a un ciber que funciona en el centro, fue testigo de la golpiza que un guardia de seguridad le propinó a un joven. Según explicó, había estacionado frente al pub para esperar a su hijo arriba del auto y en ese momento vio cuando una persona robusta que estaba oficiando de patovica le pegó en la espalda a un chico que se encontraba en evidente estado de ebriedad. El golpe fue tan violento que el chico cayó sobre la vereda, situación que el guardia aprovechó para patearlo en la cabeza. “Estaba vestido con una campera deportiva azul, era un chico morocho, pero no sé cómo se llama…”, explicó el testigo sobre la supuesta víctima indicando que además era una persona casi indefensa por lo borracho que estaba. Esta no fue la única situación violenta porque el hombre también pudo ver cómo el patovica maltrataba a otros jóvenes que se encontraban en la entrada a la disco.
Por ese motivo, se dirigió a la Comisaría. Primero la policía intentó dar con el joven golpeado no pudiendo localizarlo, y por eso el hombre regresó a la plaza Belgrano. Le preguntó a un cuidador de autos y éste le indicó una de las esquinas donde se encontraba la víctima tirada boca arriba. “Lo llevaron y lo tiraron ahí”, dijo el testigo, quien volvió a avisar a la policía y logró así que una ambulancia recogiera al joven.
“Yo salgo de testigo pero no sé quién es el golpeado. Pero esa persona es irracional y no puede trabajar ahí”, explicó.
La respuesta de los responsables del boliche es que si bien consultaron a los empleados, los guardias desmintieron una situación semejante. “Hicieron un pacto de silencio o no ocurrió así”, dicen.
Sin embargo, hay otros testimonios que hablan de maltratos de los patovicas. Una mujer explicó a través de una carta que el anterior fin de semana, su hijo de 28 años había sido injustamente agredido por los guardias y que a pesar de eso la policía lo había detenido. La respuesta es invariable por parte de quienes están al frente de Vendetta: “La gente nunca se pone del otro lado, hay que ver cómo trabaja el personal de seguridad, y cómo los basurean y amenazan personas que no pueden entrar por sus antecedentes. Nos cansamos de hablar con la policía, pero nadie hace nada”.