Más de 130 testigos propuestos para el juicio por el homicidio de Nicolás Sabanés
Hasta mañana jueves se desarrollará el juicio oral y público contra Mariano Falcón y Ramón Monzón, los imputados por el asalto a la planta de chacinados de Santa Lucía, ocurrida en Diciembre de 2002 y que terminó con la muerte de uno de los propietarios, Nicolás Sabanés. Fuentes del Tribunal confirmaron que las partes habían citado a 130 testigos para declarar, aunque muchos finalmente no lo harán. Los Dres. Alomar, Martínez y Aramburu decidirán ahora la pena para los dos acusados de homicidio en ocasión de robo. «Ojalá recapaciten sobre lo que pasó, porque a nosotros nadie nos devuelve lo que perdimos», dijo la madre del joven fallecido.
Este lunes se inició, en el recinto del Tribunal Criminal Nº 1 de San Nicolás, el juicio oral y público contra las dos personas imputadas como responsables del asalto a la planta faenadora La Esperanza ubicada en la localidad de Santa Lucía, y que terminó en una balacera en la que perdió la vida Nicolás Sabanés, uno de los propietarios del lugar que tenía entonces 22 años.
El debate oral se extenderá hasta mañana jueves, según estimaron fuentes del Tribunal que componen los Dres. Alomar, Martínez y Aramburu, los tres jueces responsables de tomar declaración a la importante cantidad de testigos que fueron citados. Según se informó, las partes propusieron a 130 personas diferentes, pero en la primera jornada tanto la fiscalía como la defensa desistieron de convocar a 15 de ellos, por lo que se suponía que finalmente muchos menos se presentarán en el recinto para testimoniar.
Mariano Falcón y Ramón Alberto Monzón son los dos únicos imputados en esta causa caratulada como «Homicidio en ocasión de robo» que instruyó la fiscalía entonces a cargo de la Dra. Belén Ocariz, y ahora de la Dra. Franca Padulo. Ambos acusados son oriundos de San Nicolás y fueron detenidos en diferentes circunstancias pero existirían pruebas suficientes para determinar su responsabilidad en el trágico hecho que vivió la comunidad de Santa Lucía. La madre de la víctima fatal de este caso, la Sra. Estela de Sabanés, dijo a La Opinión que todos los miembros de su familia están pendientes del juicio pero mantienen su posición de no ofrecer declaraciones sobre lo que ocurrió. «Somos de perfil bajo. Nunca hemos declarado nada. No sé si hicimos bien o no en no hablar. Pero todo nos duele», dijo. Con respecto al desarrollo de la investigación, la mujer aseguró que «al menos nuestro caso bastante esclarecido está» y dijo que deseaba que los detenidos «recapaciten sobre lo que pasó». «Igualmente, nadie nos devuelve lo que perdimos», comentó.
Balacera y un «entregador»
La muerte de Nicolás Sabanés tuvo lugar en la madrugada del 9 de Diciembre de 2002. El y su hermano Germán, quien será uno de los principales testigos del juicio que se desarrolla en San Nicolás, llegaron como todos los días para trabajar en la planta ubicada sobre la avenida Constitución, en el acceso a la pequeña localidad, dedicada a la faena de cerdos y corderos. Los continuos viajes y la inseguridad a la que regularmente se enfrentaban, los había decidido un tiempo atrás a contratar un custodio armado, que esa mañana los acompañaba. Pero cuando llegaron, tres ladrones los esperaban agazapados en los galpones de su propiedad. Habían tomado a dos camioneros de la firma como rehenes, los maniataron y amordazaron. El guardia que custodiaba a los hermanos intentó resistir el asalto pero en la balacera que se desató, los dos jóvenes Sabanés resultaron heridos. Nicolás, alcanzado por un proyectil que le deparó la muerte. Germán también recibió un disparo en el tórax por lo que fue hospitalizado más tarde.
Los testimonios y la investigación policial, posibilitaron que uno de los detenidos pueda ser atrapado horas más tarde. Se trataba de Mariano Falcón, de 25 años, quien también resultó herido durante la balacera. Aparentemente, el joven había huido malherido a pie y en Colonia Velaz consiguió que lo transportara una camioneta, luego un automóvil y así llegó hasta el Hospital San Felipe de San Nicolás.
Los médicos tuvieron que operarlo porque el proyectil lo había herido entre el corazón y un pulmón. Días más tarde, Falcón ocupaba nuevamente las páginas policiales porque había logrado huir del Hospital a pesar de que su habitación estaba fuertemente custodiada.
El mismo día en que la policía logró recapturarlo, se realizaron otros dos allanamientos en la vecina ciudad. En estos operativos cayó Ramón Alberto Monzón, de 28 años, y supuesto cómplice de Falcón. Monzón fue hallado en su casa de la calle Santiago del Estero 468, entre San José y Carlos Gardel, después que la división de investigaciones realizara una serie de escuchas telefónicas, y filmaciones encubiertas. Después, se supo que el acusado también había sido herido durante el tiroteo pero había escondido las lesiones en una pierna con un falso yeso.
El tercer cómplice nunca fue detenido, pero la hipótesis de la fiscalía es que podría haber otra persona implicada que actuó como instigador o actor intelectual del hecho. Este «entregador» sería quien proporcionó a los maleantes de San Nicolás la información precisa para que esperaran esa mañana a los hermanos Sabanés para asaltarlos, sabiendo que llegarían con una suma aproximada de $ 8.000 destinada a la compra de animales.
Toda la investigación se centró en esta hipótesis, pero por el momento, el Tribunal sólo juzgará a dos de los autores materiales de este hecho trágico que enlutó a Santa Lucía.