Luz, cámara… ¿y acción?
El Sábado por la noche se presentó un video sobre los operativos de nocturnidad. Allí se observaron diferentes situaciones en las que el alcohol se apoderaba de los chicos. “Algunas cosas impactan”, dijo Barbieri. Desde que se implementó la medida, las estadísticas de ingreso al hospital descendieron. Los padres, una vez más brillaron por su ausencia.
Desde que en Noviembre del año pasado se anunció oficialmente desde el Departamento Ejecutivo la creación de una Ordenanza que regulara los horarios de la nocturnidad, nada fue igual. Es que a pesar de que los Concejales se hayan tomado cerca de cuatro meses para debatir el tema e incluso desde la intendencia aplicaron igual la medida durante el final del verano, los jóvenes no llegan a acostumbrarse y los padres parece que descubren ahora cosas que siempre han pasado.
Cuando el Intendente anunció la implementación de los sistemas de control, que incluían poner un horario a la noche (5.30 en verano y 4.30 Hs. en invierno), también comentó que habría un equipo filmando cómo se desarrollaba la nocturnidad local. El objetivo final era el de poder analizar ello y trabajar puntualmente en algunos aspectos tomando como base lo grabado. Finalmente así fue y el pasado Sábado el mandatario local convocó a algunos padres que desde el inicio de las “vigilias” vienen participando y por lo medios se difundió la convocatoria. Sin lugar a dudas, cuantos más fueran los ojos adultos, mayor el compromiso y por ende la solución. “Necesitamos una búsqueda de mayor participación, sobre todo a los jóvenes”, decía Barbieri en una nota realizada en La Radio la mañana previa a la presentación. .
El video
Un equipo de empleados municipales, principalmente del área de Cultura, fueron los encargados de trabajar en esta parte del proyecto. Las tomas se efectuaron durante las cuatro noches de los sábados de Marzo, Abril y dos de Mayo. En cada oportunidad se tomaron imágenes por un lapso de dos horas y media con un sistema de cámara “casi oculta”. El aparato era pequeño, similar al de uso casero, pero se encontraba envuelto en una prenda de ropa, por lo que sólo era visible si se miraba directamente a lo que el camarógrafo llevaba en sus manos. En caso contrario, el artefacto pasaba desapercibido, más cuando las filmaciones eran desde un automóvil.
El objetivo, según fundamentaron desde el Municipio, era el de no perder la espontaneidad de los jóvenes y que las tomas reflejaran la realidad. Igualmente se aclaró que ninguna de las tomas tiene un primer plano o un acercamiento de algún chico. Sin embargo, uno de los encargados del proyecto dijo: “Algunos estaban en un estado que ni siquiera se daban cuenta que pasaba un auto”.
El video, presentado en el despacho del Intendente, contaba con un resumen de todas las noches de guardias en 18 minutos y 29 segundos. Las imágenes acompañadas por un fondo musical mostraron algunos de los operativos —indicando a través del horario en pantalla el momento de los mismos—, el estado en el que los jóvenes salen de los boliches y sus consecuencias tales como: orinar en las puertas de comercios, casas o espacios públicos, el tránsito descontrolado por las personas caminando en las calles o motos que llevan gente sin casco y bebiendo alcohol, accidentes, menores a altas horas de la noche y hasta adolescentes dormidos en las calles. Lo que el video no muestra en ninguno de sus tramos es alguna riña.
El compromiso y las conclusiones
El debate podría haber sido mucho más rico de lo que fue al finalizar la proyección realizada en pantalla grande. El problema es que, una vez más, fue mayor la concurrencia de funcionaros que de padres. Los adultos autoconvocados eran nada más y nada menos que los que desde el comienzo de las guardias y controles acompañan a las autoridades y lamentablemente podrían ser contados con los dedos de las manos.
El compromiso es el que luego da lugar al reclamo. Es que si un padre asiste, ve el trabajo y luego no ve soluciones o accionar puede quejarse, pero ciertamente es más fácil desde el hogar exigir a las autoridades mayor control, cuando ni siquiera se tiene un panorama de lo que sucede.
El debate y la “acción” deben darse entre los mayores que deberán comprometerse, por que lo básico se enseña en casa. “No se sientan mal por que seamos pocos. Los que estamos, estamos preocupados”, dijo Barbieri. Sin embargo, los padres presentes tenían otras posiciones: “Esto va a cambiar si podemos llegar a toda la comunidad… Muchos padres pueden decir ‘quién no lo hizo’, pero esta es otra realidad”. “Esos chicos en su gran mayoría no son huérfanos. Los padres deben acompañarlos, organizarles la previa”, afirmó uno de los presentes.
Una especialista social presente, y que según explicó tiene contacto con los jóvenes, dijo: “Hay que escucharlos a ellos. Dicen que los padres están en otra y no los escuchan”. Durante un importante tramo de la charla, el tema giró en torno a los padres y la conciencia sobre estos temas. “Si uno hila fino, la droga o el alcohol es una ausencia del que está cerca, de los padres. Hay que generar la conciencia y despertar a los padres. El que se droga grita que le falta algo y ese lugar lo puede suplir otro, como un abuelo. Este lugar hoy tendría que haber quedado chico”, dijo el Concejal Luciano Juhant.
“La edad difícil es de los 14 a los 18, pero los límites salen de nosotros”, comentó una mamá acompañada por una de sus hijas. “Ahora se ven padres, pero se los ve hasta las 2 ó 3 de la mañana, después, cuando salen, no están. No les dan mucha importancia”, dijo otro padre.
El Intendente, por su parte, luego de que los padres se retiraran del despacho oficial, cerca de las 3.15 Hs, dialogó con La Opinión sobre las conclusiones que hizo del encuentro. “Las imágenes impactan, pero no es tan grave. El problema es que antes eran 500 los que salían, ahora son 5.000. Me preocupa mucho el alcohol en los menores por que no pueden discernir”, comentó el mandatario. En cuanto a la reacción de los padres presentes, opinó: “Algunas cosas impactan. Hay gente que cree que esas cosas pasan sólo en Policías en Acción”. Sin embargo, el Jefe Comunal resaltó su máxima preocupación: “Lo que más me preocupa es el tránsito. Se puede ver a chicos caminando por la calle al lado de los autos o frenándolos para pasar”, expuso mientras gesticulaba situaciones que seguramente ha visto. Barbieri dejó en claro durante la charla e hizo pública su decisión de llevar este video a las escuelas: “La idea es ir a las escuelas a charlar con los padres sobre esto, una o dos veces por semana, ver el video, charlar y ver qué nos podemos aportar”.
Según comentaron fuentes oficiales, estos encuentros comenzarían la próxima semana y se podrían dividir en dos. Por un lado en clase y con los alumnos. “Pensamos en llevar a un profesional que les explique las consecuencias de estas situaciones”, comentó un funcionario, a lo que agregó: “Pensamos que les podríamos mostrar el video para que lo vean, nos digan qué opinan y se dé un dialogo con intercambio”. Por otra parte, se dará el encuentro con los padres sin la participación de los chicos para debatir sobre las imágenes y la realidad. “La idea es que nos usen de confesionario”, dijeron desde la Municipalidad.
Los cambios desde los controles
Uno de los funcionarios que desde el primer fin de semana está presente en cada operativo es el Inspector General Domingo Bronce. Él mismo organiza cómo será cada noche, los lugares a recorrer y es el nexo entre las fuerzas de seguridad y el Municipio. La Opinión dialogó con él para evaluar si es que hubo modificaciones en la conducta de los jóvenes.
“A prácticamente tres meses del comienzo, los resultados son positivos. Las primeras tres semanas incautábamos entre ocho y nueve autos por alcoholemia, ahora tenemos la suerte que desde hace un tiempo no incautamos ninguno”, dijo quien cada Viernes y Sábado recorre en el móvil de alcoholemia cada calle del centro de la ciudad. “Los controles dan negativo o entre 0.18 o 0.20 —el nivel permitido de alcohol en sangre para conductores de autos es de 0.50—, los jóvenes están tomando conciencia”, agregó.
Bronce además comentó algunos casos de las últimas semanas, que para el marcan una clara tendencia de cambio: “Yo colocaba el móvil de alcoholemia en lugares estratégicos, porque al principio no todos querían hacerse el control. Ahora hay 4 ó 5 que van a pie a hacérselo voluntariamente. Nos dicen ‘ese que está allá es mi auto, quiero saber si puedo manejar. Si estoy alcoholizado me voy en taxi o remisse’. Eso es un buen signo”, afirmó el Director de Inspección.
“Hay más conciencia y tranquilidad. Ya no existen las picadas en el centro, el fin de semana secuestramos dos autos por eso, pero no estaban alcoholizados. Los de alcohol lo controlamos en al menos un 90%”, explicó.