Los residuos patogénicos enterrados en cualquier lugar representan un peligro
La crisis económica del Municipio, tiene al servicio de salud como una de sus víctimas más complicadas. Por problemas con el proveedor de oxígeno estuvieron “por cerrar”. La semana pasada, enterraron residuos biológicos en el cementerio, porque la empresa que hace esa tarea no se lleva las cajas desde hace dos semanas por falta de pago. Los médicos anunciaron un nuevo paro.
Con las ordenanzas fiscal e impositiva aprobadas (ver página 3), el Hospital espera lograr un respiro frente a la crisis sin precedentes que atraviesa. Cada semana se agrega un nuevo problema y parece de nunca acabar. Si hace diez días Sualdea amenazó con “cerrar” el nosocomio porque no podían pagar el oxígeno, de allí hacia adelante nada parece extremo. Los médicos pararon 48 y 72 horas las últimas dos semanas y anunciaron una nueva medida que comenzará hoy.
Cuando Marcelo Marelli dijo el miércoles pasado, casi como al pasar, que en el Hospital “están sacando los residuos patogénicos en bolsas de nylon común” porque “no viene la empresa a retirarlos y lo llevan al cementerio, con un manejo fuera de la ley”, su sentencia “es preocupante” contagió a muchos.
Parte de lo que dijo Marelli fue confirmado a La Opinión por Roberto Borgo: llevaron residuos patogénicos al cementerio. Aunque la versión del Administrador del Hospital difiere de la del sindicalista, que habló de transporte en ambulancia y actividades ilegales.
“Son residuos biológicos con riesgo de descomposición”, aclaró Borgo. Del total de patogénicos, depositaron en el cementerio el que sale de los servicios en bolsas rojas, es decir los que no son corto punzantes. “Había que sacarlos “, sostuvo el funcionario.
Cavar la fosa
“Se utilizó una ambulancia que está asignada para mantenimiento, no se lleva nada ahí. Se hace un pozo, se deposita y se entierra”, informó Roberto Borgo y detalló: “Lo que está pendiente de retirar está en un área aparte; lo que no se puede dejar de retirar es material biológico en riesgo de descomposición”.
El Administrador explicó además el procedimiento: “Esto se hace con autorización del Subsecretario y con participación de Obras Públicas, no a escondidas; se hace una fosa con una retroexcavadora y se tapa en el momento”.
El concejal Américo Quintana recordó que una ordenanza de su autoría estableció la creación de un crematorio municipal en el cementerio, que nunca se cumplió. El Administrador del Hospital reconoció que los residuos biológicos que arrojaron a la fosa bien podrían ser incinerados en un horno de esas características, aunque no los cortopunzantes.
No es lo mismo el tema del horno crematorio, el incinerador de residuos patogénicos es diferente; sí se podría comprar un horno y conseguir las habilitaciones, pero es muy engorroso, no es un trámite fácil”, detalló.
El reparto de los residuos
Los residuos patogénicos que se producen en el Hospital y los centros de salud tienen un protocolo de tratamiento. Los cortopunzantes (jeringas, agujas, etc.) van a un contenedor rígido; el resto (gasas, vendas, etc.) se dispone en bolsas rojas. Todo ello se recolecta fuera de cada servicio, va al área de mantenimiento, donde es compactado y depositado en las cajas que la empresa Econorba provee para retirar.
El retiro tiene lugar una vez por semana. El miércoles se cumplirán dos semanas que no se llevan nada por falta de pago. Ese día, si firman el acuerdo de palabra que ya tienen, retirarán unas 25 cajas de 20 kilos cada una que están acumuladas.
Por lo general, cada semana se llevan unas 14 cajas en invierno, momento de mayor internación, y entre ocho y diez en verano.
Econorba es una empresa radicada en Pilar. Por las distancias, es la única en condiciones de operar en la zona sin que la logística implique erogaciones imposibles de afrontar. En lengua romance diríamos que es a la que le habría tocado el reparto de esta región en un negocio que cuesta mucha inversión pero que deja buenos dividendos si se aceitan las palmadas en la espalda de algunos funcionarios provinciales.
La empresa cobra alrededor de 17 mil pesos mensuales para retirar una vez por semana las cajas. En realidad ese es el promedio que paga San Pedro, con la cantidad de residuos descripta. Es que Econorba factura cada mes por la cantidad de cajas que se lleve sumando las semanas.
Hoy, la deuda que mantiene el Municipio con la firma que retira los residuos patogénicos asciende a aproximadamente 90 mil pesos. Son cerca de cinco meses en total. ´
Monopólica al fin, Econorba se cansó y quiere el dinero, por ello cortó el servicio hace quince días. Además, esa condición hizo que fueran aumentando el precio a medida que pasó el año, sin que haya mucha posibilidad de pataleo.
El Gobierno municipal les hizo una propuesta de pago que mucho no les gustó, por lo que pidieron otra, la que aceptaron de palabra y un tanto a regañadientes, casi como dejando en claro que hacían un favor.
Algo así hizo Air Liquid, la empresa holandesa proveedora de oxígeno, a la que el Estado local le debía 200 mil pesos, el doble del margen que habían acordado para mantener una deuda, y que la semana pasada aceptó la renegociación de un plan de pago.
A Econorba, un poco menos tolerantes, les iban entregando pagos de a poco, para evitar amontonar deuda. Sin embargo, en los últimos tres meses no recibieron un peso. No sólo hay poco margen para discutir sino que además presionan para que haya un contrato de provisión, ya que se quejan de lo engorroso de facturar cada mes.
La ley y la venda
Los decreto 403/97 y 450/94 reglamentaron la Ley 11.347 de Residuos Patogénicos. Allí queda establecido que “el transporte de los residuos patogénicos Tipo B deberá realizarse en vehículos especiales”, con “una dotación de vehículos compuesta por dos unidades como mínimo, aptos, que aseguren la no interrupción del servicio”.
Esos vehículos deben ser de uso exclusivo para esta tarea, con caja de carga completamente cerrada, blancas, identificadas y con una baliza luminosa, giratoria y de color amarillo.
Los “tipo B” son vendas usadas, residuos orgánicos de parto y quirófano, necropsias, morgue, cuerpos y restos de animales de experimentación y sus excrementos, restos alimenticios de enfermos infectocontagiosos, piezas anatómicas, residuos farmacéuticos, materiales descartables con y sin contaminación sanguínea, anatomía patológica, material de vidrio y descartable de laboratorio de análisis, hemoterapia, farmacia, etc.
Mucho de ello fue transportado por la ambulancia de mantenimiento a la que hizo referencia Borgo. Al menos hasta donde se conoce el tipo de vehículos del Hospital, no cumpliría con los requisitos de ley.
Antes de que finalice el período ordinario de sesiones, la concejala Cecilia Vázquez presentó un pedido de informes sobre el tema, tras “quejas de varias personas” que “afirman que en más de una oportunidad fueron víctimas de heridas con objetos corto punzantes y se encontraron con otros desechos de quirófanos en el basural de nuestra ciudad”.
Consultada por La Opinión, Vázquez señaló: “No respondieron el pedido de informe, como no responden ninguno”. La edil recordó que en febrero del año pasado, apenas asumida, habían recorrido el Hospital por la misma problemática.