Los presos amotinados sampedrinos se atrincheraron en Campana
La semana pasada, el miércoles por la madrugada, detenidos de la Unidad Penal N° 41 de Campana se comunicaron con La Opinión para informar que estaban “atrincherados” en un calabozo, en “malas condiciones” de detención y, según aseguraron, con riesgo de ser “lastimados” por el personal del Servicio Penitenciario.
Los reclusos son Carlos Escobar y Facundo Andrade, dos de los tres presos sampedrinos que el 17 de enero tomaron rehenes en la cárcel de San Nicolás, luego de ser acusados, junto al líder del motín, Gabriel “Gaby” Mendoza, de atacar sexualmente a otro preso.
Desde el Servicio Penitenciario Bonaerense confirmaron que “los que hicieron lío fueron Andrade y Escobar, en el pabellón 12. Ellos dos generaron un atrincheramiento con armas blancas que fabricaron y amenazaron al personal. Lo que hizo el personal fue reducirlos y separarlos”.
“Estamos en el pabellón 12, necesitamos que vengan los derechos humanos, porque estamos en riesgo de muerte, porque el jefe del penal nos dijo que nos van a lastimar”, dijo uno de los detenidos en un audio que envió a este medio, junto con las fotos que ilustran esta nota.
“La policía nos quiere lastimar, de acá no vamos a salir hasta que no venga alguien y nos saquen bien. No queremos que nos lastimen, no queremos que nos maten”, dice en otro audio y agrega: “Estamos en un calabozo que da asco”.
Carlos Armando Escobar Villarruel tiene 25 años y fue condenado en el mismo juicio que Gaby Mendoza, aunque a él le tocaron cinco años menos: el Tribunal lo sentenció a 13 años de prisión. Marcos Facundo Andrade Arpía tene 26 y está detenido acusado de robo calificado.
Nélida Andrade, madre de uno de los detenidos, dialogó con Lilí Berardi a través de APA. Informó que su hijo y Escobar “están juntos” y que “Mendoza está aparte”. Consultaron a su abogado defensor, que se está ocupando del tema, aunque “no puede hacer nada”.
“Ellos quieren cumplir su condena bien, no así como están, que los tiene como perros”, se quejó la mujer. “Están en esos calabozos que les llaman buzones”, contó y agregó que su hijo estaba próximo a obtener el beneficio de salidas transitorias en marzo.