Los políticos y la farándula
¿Qué es la farándula? Según la Real Academia española, en nuestros países se llama así al “Mundillo de la vida nocturna formado por figuras de los negocios, el deporte, la política y el espectáculo”. Aclaremos, dijo Lemos. No es el mundo de los negocios, el deporte, la política y el espectáculo. Es el mundillo de la vida nocturna de esos elementos. Un mundillo que se caracteriza por su frivolidad, su falsedad y su hipocresía. Nada recomendable para gente honesta y sincera, humanamente aceptable. ¿Parece muy fuerte, no? ¿Será resentimiento pensar así? No lo es, apenas la verdad dicha sin ambigüedades. La farándula es el fruto de una sociedad HIPÓCRITA, que trastoca los valores humanos más nobles por otros no tan nobles. El éxito, la fama, la individualidad, el estrellismo, la fastuosidad, la artificialidad, la superioridad, etc. etc. no valen una mierda. El brillo de las lentejuelas, el “glamour”, las benditas apariencias, ¿a quién quieren engañar? ¿Qué mensaje pasan para los otros? ¿Qué valores expresan?
Pero hay algo más grave en este asunto de la farándula: es crear una burbuja que ignora y se mata de risa de un mundo sufriente de todo tipo de injusticias, donde hay una desigualdad inmensa de oportunidades y donde los que están “arriba” se cagan en las patas si los de “abajo” suben. Hagamos un ejercicio de imaginación: en una de esas fiestas en mansiones lujosas, con marquesinas y maniobristas, autos importados y personas muy bien vestidas, con manjares refinados regados con bebidas caras, imaginemos a un grupo de niños harapientos que miran desde la calle. ¿Será que los que están dentro de la burbuja perciben lo que hay afuera? Ni soñando, y si lo percibiesen, se sentirían molestos, porque les están arruinando la fiesta. O lo que es peor, alguno para mostrar su “sensibilidad social” les arrojaría migajas del banquete, para eximirse de culpa. La famosa pizza con champán que caracterizó al menemato.
La Real Academia incluyó a los políticos, me permito discrepar. Políticos de segunda, de tercera o de cuarta, sí. Pero políticos de primera, con P mayúscula, no tienen cómo sentirse cómodos en semejante ambiente. El político es aquel que asume un papel transformador en la sociedad, que asume la política como una herramienta para cambiar las cosas jodidas, y crear condiciones más justas para todos. Farandulizar la política es bastardearla, prostituirla. La TV ayuda a eso, y hay mucha gente que consume veneno diariamente sin percibirlo, y sin pensar con su cabeza. No se necesita ser muy instruido, es sólo usar el sentido común. Y no aceptar lo que nos dicen como verdad absoluta. Los que farandulizan, o no tienen ideas, o las tienen pero son impublicables.
Frente a todo el brillo farandulesco de las divas y divos, es bueno recordar aquella frase bíblica: “Acuérdate que vienes del polvo, y al polvo volverás”. Todos sin excepción, vamos a parar a San Martín al fondo. Donde impera la fría belleza de los mármoles cubriendo la normal descomposición de los cuerpos. Este mundo nuestro está lleno de sepulcros blanqueados, imagen cuya autoría es de un tipo llamado Jesús de Nazaret.
Eduardo Flores
DNI 4.685.785