Los planes sociales se cobrarán con tarjeta
Serán más de tres millones de pesos anuales que ingresarán al circuito económico local. El reempadronamiento comenzará con la próxima entrega del SAF y se estima que los plásticos podrían llegar en dos meses.
No hay muchas instrucciones pero sí especulaciones. Desde que el Gobierno de la Provincia anunció que todos los beneficiarios de planes sociales recibirán una tarjeta magnética que les permitirá gastar cien pesos por mes, todas son preguntas.
La semana que viene, personal de Desarrollo Humano tendrá que comenzar un reempadronamiento cuando entregue las 3.464 bolsas del Sistema Alimentario Familiar.
Los beneficiarios serán divididos en tres categorías, tras el llenado de planillas que hasta ayer no habían llegado a manos de quienes tendrán a su cargo el relevamiento.
Una vez cumplidos los requerimientos, los 139.000 pesos mensuales que llegan para comprar la mercadería que compone la entrega a los beneficiaros, dejará de llegar a las cuentas del Municipio y se adjudicarán tarjetas magnéticas para comprar alimentos en forma directa en los comercios.
Si todo sale de acuerdo a lo anunciado por el Gobierno Bonaerense, el beneficio será doble: por una parte será más transparente y directo y por la otra ingresarán al circuito económico local más de 340.000 pesos al circuito económico cada 30 días. Se estudian mecanismos para que el plástico no pueda ser utilizado para otros destinos, pero todo dependerá de la buena fe de comerciantes y beneficiarios.
El problema de los comercios
Si bien en la actualidad el sistema sólo beneficia a los mayoristas que, en muchos casos ni siquiera son de San Pedro, el cambio para el comercio local estará dado por la necesidad de instalar el servicio de Post Net. Ni más ni menos que los aparatitos que registran de manera automática los pagos con tarjeta. El Banco de la Provincia tendrá a su cargo la administración del sistema que permitirá depositar una vez al mes, 100 pesos para cada beneficiario. Una gran ventaja estará dada por la eliminación de una gran estructura burocrática que hoy distrae no sólo a los agentes de la Provincia sino de los Municipios que son quienes organizan los operativos, llaman a concurso de precios y destinan personal para las entregas que duran algo más de una semana.
Aún no se han precisado detalles para que los almacenes y comercios de barrio, accedan a la posibilidad de atender esta demanda que, hoy por hoy, beneficia más a los súper y mini mercados que ya poseen el servicio. Sin embargo no se descarta que haya un sistema especial para poder agilizar la llegada de este beneficio a quienes poseen pequeñas bocas de expendio.
Los beneficiaros serán quienes decidan cómo utilizar el dinero, en qué lo invierten y cómo garantizan que el gran aumento que recibirán “se estire” un poco más para tirar los treinta días que separarán a un depósito del otro.
El Gobierno sostiene que el sistema estará funcionando en 60 días, algo que parece difícil de cumplir si se tiene en cuenta que deberán asistir a los 134 municipios.
Por ahora, conviene preparar toda la documentación para la próxima semana ya que es probable que se empiecen a relevar los datos requeridos.
El misterio del tiempo
Quienes observamos mes a mes las entregas de las bolsas del Sistema Alimentrario Familiar, hemos observado que con el corrimiento de las fechas, los pagos se diluyen de modo tal que el año termina teniendo 10 meses. Es decir casi dos partidas completas se evaporan con los retrasos con los que se reciben los depósitos. Hoy una bolsa de mercadería cuesta 28 pesos y contiene muchos menos productos que los que llevaba cuando iniciaron el plan. La inflación ya se comió una botella de aceite, un kilo de harina y parte de la carne que se recibía.
En el caso de los planes destinados a personas de la tercera edad, el plan también prevé la entrega de las nuevas tarjetas y con el mismo monto. Los abuelos deberán aprender algo de electrónica para usarlas.
La intención es buena, el beneficio llegará en moneda contante y sonante al comercio local y los beneficiarios no tendrán que mendigar por aquello que por derecho les corresponde. Eso sí, siempre queda la pregunta: ¿por qué no se pueden resolver las situaciones de los desprotegidos en forma definitiva y se sigue alimentando el sistema clientelar?
Ojalá el padrón de la tarjeta no caiga en manos de inescrupulosos que digan que el vencimiento de las mismas opera justo un mes antes de las elecciones.