Lo primero que surgió en mi mente cuando decidí escribir esto fue el título de un libro de Truman Capote, “A sangre fría”.
Porque es un horror lo sucedido, está impregnado de horror pegajoso y cobarde. Me refiero a los perros, indefensos, ellos tan nobles, alguien los mató. Yo hace un año que le doy de comer a uno, es un perro que tiene bastantes años, manso, buenísimo, se llama Charly. El sábado pasado a la mañana no estaba, como tengo unos gatos no lo puedo dejar entrar, lo busqué todo el día; a las cinco de la tarde apareció con las patas embarradas, me imaginé adonde había estado.
No se puede vivir llena de angustia pensando que lo van a matar como hicieron con uno negro que apreció muerto en la esquina de Pardo. En el barrio hay unos cuantos quisquillosos que evidentemente no los quieren a los animales y se ocupan de hacerlos llevar. Pero a Charly no le van a tocar un pelo y voy a hacer todo lo posible para combatir este horror, de gente que se maneja con la hipocresía. Me acordé en estos momentos de lo que cantaba Figueroa Reyes, “Del corralero”, que lo dejarán morir de viejo… a los perros también.
Juana Barbarito
L.C. 4.470.676
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