Los nuevos profetas del odio
Hace pocos días se recordó (se recordó?) un nuevo aniversario del golpe de estado de los militares contra YRIGOYEN, aquel fatídico 6 de Septiembre de 1930 cuando desalojaron a un presidente constitucional que había ganado por una aplastante mayoría popular. En aquel entonces, los diarios “LA NACIÓN” y “LA PRENSA” estigmatizaban a los ministerios radicales tipo Julio OYHANARTE, a quien lo acusaban de “corrupto”, “ladrón” etc. etc. Y así con TODOS los funcionarios de jerarquía. Cuando después de años se determinó judicialmente que nada malo habían hecho, la noticia era tardía: habían enlodado el buen nombre y honor de esos funcionarios, y nada ni nadie le sacaba el baldón… Cuando muere YRIGOYEN en 1932, cientos de miles de adeptos y admiradores concurrieron a sus exequias. Tarde, refería ARTURO JAURETCHE, mejor hubiese estado en la plaza aquel 6 de Septiembre de dos años antes para defender a un gobierno legítimo. Con otros nombres las situaciones se fueron repitiendo cada vez: los golpes de estado con más virulencia y sangre. Creo que hoy mucha prensa vernácula y extranjera está en ese camino. Basta ver la tapa de los diarios U$S 4.200.000 más habrían entrado en el mismo avión del “señor” ANTONINI WILSON!!!! Para la campaña de Cristina FERNANDEZ obvio. Nadie dice –no conviene- que ese día llegó el avión presidencial un rato antes y… si querían “entrar” dinero qué mejor que en esa nave, que no recibe ningún control aduanero!!! Qué canallada, si es tan evidente que ésta es sólo una operación armada por la CIA y agentes nacionales (caso LEDESMA, apto para todo “servicio”).- Dicen que uno debe llevar encima una bolsa con desperdicios para ir tirando lo que no sirve, mientras creo se acerca, se avecina una confrontación civil entre dos bandos: los que estamos con la Justicia Social, Soberanía del Pueblo e Independencia y en el otro lado… los de siempre: los que les interesa un pepino el destino de las grandes mayorías populares quienes, siguen para escozor de muchos, siendo radicales o peronistas.