Los imputados sólo se reconocen como “consumidores”
Alejandro Zunino dijo ante los tres jueces del Tribunal Federal Nº 1 de Rosario, que “era sólo un consumidor” de marihuana y que no comercializaba. Pero uno de los testigos lo acusó de venderle droga a su hijo, y se enfrentó con él en un careo. El acusado lloró ante el tribunal y ratificó su inocencia. Otro de los testigos, dijo ser adicto y que Natalia Juárez le había indicado el domicilio de Zunino como un lugar de venta de drogas. César Mindurry y Andrés Villacampa declararon que “no le compraban” a Zunino. Hoy se presentarán los alegatos y podría conocerse la sentencia.
El primer juicio oral y público en la ciudad, tuvo ayer su primera jornada dentro del recinto del Salón Dorado de la Municipalidad, y posiblemente hoy podría conocerse ya el veredicto del Tribunal Oral Federal Nº 1 de Rosario.
Si bien el evento resulta histórico, la causa por la que se juzga a tres jóvenes sampedrinos resulta insólita porque sólo apunta a la tenencia y comercialización de drogas, por el hallazgo de un total de unos 80 gramos de marihuana tras un aparatoso operativo realizado el año pasado. Un procedimiento que al menos en esta instancia, no continuó en una investigación más profunda que permita conocer el verdadero circuito de la droga que llega a nuestra ciudad, y que por supuesto no ha desaparecido ni mucho menos con la detención de estos tres jóvenes.
Ayer, unos minutos antes de las cuatro de la tarde, y dos horas más tarde de lo que se había anunciado, el Tribunal Oral Federal Nº 1 de Rosario, compuesto por los Dres. Laura Cosidoy, Santiago Harte, y Osvaldo Paulucci, inició la sesión para juzgar a Alejandro Zunino, y los otros dos procesados en la causa César Mindurry (también detenido en la comisaría pero por otra nueva causa por venta de estupefacientes), y Andrés Nicolás Villacampa.
Un total de 15 testigos fueron citados, y declararon en esta primera jornada. Algunos testimonios fueron contundentes, como el de Abel Medina, quien acusó a Zunino de haberle vendido a su hijo droga en varias oportunidades. El tribunal permitió que se careara con el acusado, quien luego rompió en llanto y dijo “era mi droga, me mandaban gente. Lo mío era consumo, pero nunca vendí. Necesitaba droga para sacarme problemas; ahora quiero la vida. Perdí mucho ya”.
Otro de los testigos, Eduardo Pascual, dijo haber concurrido dos veces a la casa de Zunino a comprar droga por indicación de Natalia Juárez, quien estuvo detenida por utilizar a su beba para ingresar droga al penal. Pero confirmó que Zunino le contestó “que no vendía”.
“Soy consumidor”
Los tres imputados se abstuvieron en principio de ampliar la declaración indagatoria efectuada el año pasado frente al Juez Federal Villafuerte Ruzo, por lo que el Secretario fue encargado entonces de leer sus anteriores declaraciones. En el caso de Zunino, aseguró se dedicaba “a la venta ambulante”, y “que la droga (secuestrada) era para consumo mío”, y que “presumía que lo estaban investigando” por el movimiento que había notado cerca de su domicilio los días previos al operativo. También indicó que esa tarde, Villacampa había ido a su domicilio para realizar ejercicios de metafísica relacionados con los cursos que dicta la madre de éste último, pero dejó en claro que “no vendo droga” y que Mindurry lo frecuentaba porque “venía a fumar” a su domicilio. También dijo que la marihuana que fue hallada en su casa, la había comprado el domingo anterior a ser detenido, en Buenos Aires. Eran 100 grs., que le vendió un joven “en el pasillo del Bajo Flores”, en ese barrio porteño, a un precio de $ 60. Zunino confirmó además que la única droga que consumía era marihuana, y que solía fumar unos cuatro a cinco cigarrillos diarios. Dijo que en su casa usaba un rallador y una balanza –que fueron secuestrados en el operativo- para pesar la droga y “saber si realmente pesaba la cantidad que le habían vendido”.
Las declaraciones de Mindurry y Villacampa, ratifican esta versión. Ambos dijeron que el día del operativo habían ido a la casa de Zunino pero que no habían comprado allí la droga que se les secuestró en su poder. Villacampa dijo haberla adquirido dos días antes, “a media cuadra de la Municipalidad, sobre la calle Pellegrini” porque vio a unos chicos fumando. Uno de ellos, que sería habitante del barrio de las 104 viviendas, se la vendió. Mindurry, por su parte, dijo “ser amigo de Zunino desde chico porque viven a dos cuadras”, y que ambos consumían juntos. Ese día, había ido a la casa del primero para compartir un cigarrillo que sería de mejor calidad y que le había dado un joven de la localidad de Mariano Acosta, partido de Moreno, a quien conocía “de los recitales de rock”. Este joven de 32 años, confesó consumir marihuana desde los 12 años, y haber tenido “problemas con pastillas y merca”, por lo que debió someterse a tratamientos. Por este motivo, también confesó tener antecedentes por hurtos y robos. “Alejandro nunca me vendió, sólo compartíamos”, dijo.
15 testigos
En total, fueron 15 los testigos citados para este juicio, aunque sólo declararon 13. En principio, tres vecinos del barrio donde tuvo lugar la detención de los imputados que fueron convocados por los efectivos como testigos oculares de los procedimientos. La primera en declarar fue una enfermera, Elisa Cantero de 32 años, en segundo lugar lo hizo Salvador Arrieta de 20 años, y por último Juan Carlos Puig, de 48 años. Un cuarto testigo, Jorge Aguilera, debió ser buscado por la fuerza pública. Por último, el mencionado Eduardo Pascual debió ser trasladado a la Comisaría al iniciarse el juicio por presentar “aliento etílico”. Allí el médico de policía constató que se encontraba ebrio y que podría declarar “dentro de unas cuatro a seis horas”, y por eso fue el último testigo en presentarse. El resto fueron los oficiales Di Pierro, Rodríguez, Cordíaco, Olibo, Gorordo, Ferreira y García, integrantes de la Prefectura y la policía, y autores del operativo. En la mañana de hoy, alrededor de las 11, se presentarán los alegatos de la fiscalía y la defensa, y se espera conocer la sentencia del tribunal en la misma jornada.