Los extremismos
Alexander SOLYENITZIN fue un escritor ruso (desaparecido hace poco) conocido como “la conciencia del país” por sus críticas lapidarias al comunismo soviético, estaba en contra de la “oscuridad” de los extremismos del régimen. En 1945 siendo oficial en el Ejército Rojo criticó duramente al gobierno del dictador STALIN, fue paradójicamente “juzgado” y lo declararon culpable. Por eso fue condenado a ocho años de prisión en un Gulag, una suerte de campos de trabajo forzados situados en la más remota estepa rusa y donde se estima llegaron a morir millones (sí millones) de personas todas no conformes con el régimen. Tras su liberación, se recluyó en un “exilio interno” escribiendo obras como “El primer círculo”, relato sobre prisioneros en el campo; “El pabellón del cáncer” sobre ex prisioneros y funcionarios soviéticos en un hospital y “Archipiélago GULAG” sobre la historia de esos campos de concentración. Fue expulsado, vivió en EEUU, en 1994 con Mijail GORBACHOV volvió a RUSIA pero al poco tiempo se alejó críticamente de YELSTSIN criticando el estilo “desenfrenado de los nuevos capitalistas rusos” como es el caso de ABRAMOVICH el dueño del Chelsea, equipo paradigmático de Inglaterra y tantos otros que hacen furor en el fútbol ruso… Ese ejemplo puede tener su contracara si se observa con detenimiento una biografía sintetizada de Adolfo HITLER que se está dando en el canal BIO de Direct TV. Con imágenes espeluznantes se palpan en ellas claramente la demencia del “Furher” tratando de llevar a su país como rey del mundo, a costa de millones de muertos de todos los credos y, en especial, el exterminio de millones de judíos en…campos de concentración. Derrotado por los aliados, las fuerzas rusas atacaron su “búnker” y antes de caer prisionero, se descerrajó un balazo poniendo el arma en su boca. También hizo “sus noches de terror” matando a miles y miles de opositores. Conclusión: todo extremismo es nefasto por su fanatismo e irracionalidad. La realidad pasa por el JUSTO MEDIO... Por Elvio Macchia