Los curas y el país
En su artículo publicado en este medio en su edición del día 15 del corriente mes, el Dr. Elvio Macchia nos pregunta: ¿Cuál será el futuro de los religiosos? ¿Usted tiene opinión al respecto? Mi opinión es la siguiente: Yo comparo a la religión con una pirámide, que tiene una base y su cúpula, que remata en su cúspide. Está integrada por verdaderos religiosos y pseudoreligiosos. Los verdaderos religiosos están en la base y se caracterizan por tener valores morales e ideales elevados, sentimientos nobles, como los inculcados por Jesús, el Cristo, a quien toman como ejemplo de vida, cumpliendo con sus enseñanzas de amar al prójimo como a sí mismos y cultivando virtudes como la humildad, la modestia, la tolerancia, la fraternidad, la justicia, la libertad, la bondad, la veracidad, la honestidad… en su vida diaria. A este grupo pertenecen todos los religiosos mencionados por el Dr. Macchia y muchos otros más, que siempre obran de buena fe. A medida que nos vamos hacia arriba en la pirámide alejándonos de la base, estas virtudes se van diluyendo y transformando en lo contrario, principalmente en hipocresía, mendacidad, soberbia, intolerancia, incomprensión y despotismo. Al llegar a la cúpula nos encontramos con un grupo de pseudo religiosos, sin valores morales ni éticos, cuyos únicos y mezquinos “ideales” son incrementar su poder y su incalculable riqueza, que les confiere impunidad absoluta ante las leyes de los hombres. Esta situación le hace sentirse “superiores”, dueños de “vidas y haciendas” y esta convicción determina sus actuaciones. Para diferenciarse de los “inferiores” (el resto de la humanidad) usan vestiduras tan estrafalarias como costosas y exigen sumisión y pleitesía: arrodillarse ante ellos en señal de sumisión y tratarlos con títulos honoríficos, como “Excelencia”, “Eminencia”, “Santidad”… Jesús, el Cristo, jamás actuó así. Estos pseudoreligiosos son anti-cristianos, pues no sólo no viven según las enseñanzas del Nazareno sino que las contravienen abiertamente, como burlándose de Él haciendo lo contrario. Por ejemplo, Jesús, el Cristo enseñó que a nadie en la Tierra le llamemos “santo”, pues hay un solo Santo, que es Dios que está en los Cielos. Pero los pseudoreligiosos anticristianos han “fabricado” “santos” a granel, y para colmo de su burla y escarnio, el Nº 1 de ellos, el que está sentado en la cúspide, el anti-cristo, se hace llamar “santo padre”, siendo así que él ni es santo ni es padre de nadie. Los pseudoseguidores exigen a los religiosos que cumplan con lo que Ignacio de Loyola, el fundador de la orden de los jesuitas, dijo, entre otras cosas: “Para servir en todo a la verdad, debemos creer que lo que uno considera blanco, es en su lugar negro, si la iglesia jerárquica lo determina así”. Lo que significa que los religiosos cristianos de la base no deben pensar ni actuar por sí mismos, ni mover un dedo sin la orden de los de arriba, los anti-cristianos. Al respecto recordemos lo que pasó con ese grupo de jóvenes cristianos en Santa Lucía, que tuvieron una iniciativa que quisieron poner en práctica, sin haber recibido la orden de los anti-cristianos: a pesar del apoyo del pueblo el curita de buenos sentimientos y de ideales elevados que los apoyó, fue castigado con su traslado a otro lugar, y esa iniciativa abortó. ¿Cuál será el futuro de los religiosos? Creo que eso depende de cada uno: El que insista en seguir a Cristo cumpliendo con sus enseñanzas y trate de que esto se realice en toda la pirámide, entonces será considerado un enemigo de los anti-cristianos que detentan el poder, podría ser expulsado de la pirámide, incluso según sea la “gravedad” de su “culpa”, podría llegar a ser excomulgado y amenazado con ir al infierno (que no existe, sino que ha sido inventado por los anti-cristianos para manipular la vida de los cristianos). Estamos en el siglo XXI. Si estuviéramos en la edad media, el trámite sería otro: el “culpable” sería torturado y asesinado impunemente por “hereje”, como lo fueron millones, sí, millones de personas inocentes por el solo “delito” de no compartir las creencias religiosas de los anti-cristianos. Y el que desee seguir perteneciendo a la pirámide, no tendrá otra alternativa que guardar en el ropero su capacidad de pensar por sí mismo y tener ideas propias, y aceptar ciegamente las órdenes de las autoridades anti-cristianas, por más ridículas, injustas o demoníacas que fueren. Rubén D. Liljeström [i]N. de la R. Esta es una carta en respuesta del artículo del Dr. Macchia titulada de la misma manera, en la cual se invita a la reflexión, publicada en nuestro semanario el pasado 15 de Agosto. Muchas gracias Rubén por su participación y opinión, nos enriquece y nos llena de orgullo que, a partir del medio puedan desplazarse opiniones y respuestas que abran la posibilidad de participación de los lectores.[/i]