Los cambios en el Gabinete cerca de las elecciones
A poco más de un mes de la presentación de listas y sin confirmar si será precandidato, el intendente removió del gabinete a cuatro funcionarios: dos delegados de localidades que reemplazó por kirchneristas cercanos a Nicolás Macchia, y dos miembros de las “Divinas”, Bianchi y Aguilar. Cómo quedó el organigrama del Gobierno. Una guía práctica para ciudadanos desconcertados.
El intendente Fabio Giovanettoni hizo efectivas entre el sábado y el domingo las expulsiones de cuatro funcionarios de su gabinete, todos con rango de Director: el de Cultura, José Luis Aguilar; el de Prensa Fabián Bianchi; y los delegados de Río Tala y Gobernador Castro, Diego Macenet y Luis Zapata, respectivamente.
Con excepción de Bianchi, que arribó al Gobierno de la mano de Guacone, los otros tres vienen de la era Barbieri y fueron adaptando su cintura política de acuerdo a los tiempos que corrían.
Bianchi fue uno de los que le dijo a Guacone que tenía que renunciar, a pesar de haber sido uno de sus hombres más cercanos y de confianza. Secretario de Coordinación que no coordinaba, cuando asumió Giovanettoni pasó a Director de Prensa sin contacto con la prensa. Todo ello le valió críticas de la oposición.
Su puesto y el de Aguilar no serán cubiertos con designaciones, sino que buscará dentro de la propia planta de empleados los que mejor se ajusten a las necesidades de cada sector. En Prensa ya estaban trabajando Pablo Nouet y Marcela Gastó, y podrían sumarse otros trabajadores del área. En Cultura sucede lo mismo, sobre todo porque hay muchos que pidieron el traslado de área por diferencias con la conducción de la Dirección.
Caras nuevas en las localidades
Diego Macenet ya había comunicado hace más de un mes que no quería seguir al frente de la Delegación y tras una nueva usurpación apuró su salida, por lo que el Ejecutivo se puso a buscar un reemplazo y lo encontró en el dirigente kirchnerista Gustavo Oskoma, hombre cercano a Nicolás Macchia, cuya designación tuvo algunos cuestionamientos en el pueblo (ver página 8).
Luis Zapata tenía los días contados y la visita de Giovanettoni y Baraybar a la localidad terminó por confirmar su desgaste. A su falta de operatividad manifiesta durante la jornada de DNI se le sumó una foto con Guacone en su despacho, todo un gesto político.
Su reemplazo es el dirigente social y deportivo Dante Pérez, también muy cercano a Nicolás Macchia, quien aseguró que tiene “muchas ganas” de trabajar por el pueblo.
El nuevo organigrama
El Gabinete de Giovanettoni quedó conformado con la Asesoría Privada de Victoria Vitale y el Departamento de Prensa vacante desde la expulsión de Bianchi, más las cuatro secretarías: Gobierno; Salud; Economía y Obras Públicas; y Desarrollo Social.
La secretaría de Gobierno de Martín Baraybar tiene bajo su órbita las direcciones de Seguridad, Tránsito y Nocturnidad, con Raúl Manchone; de Producción y Turismo con Pablo Ojea; de Asesoría Letrada con José Ignacio Macchia; de Personal, que está vacante; las delegaciones de Río Tala con Gustavo Oskoma que fue designado en reemplazo de Diego Macenet, de Gobernador Castro con Dante Pérez nombrado en reemplazo de Luis Zapata, de Santa Lucía con Martín Rodríguez y la Subdelegación de Pueblo Doyle con Adalberto Álvarez.
La Secretaría de Economía y Obras Públicas que comanda Roberto Borgo tiene las direcciones de Rentas, con Christian Rial (con reserva de cargo); de Tesorería con Mario Corvalán, que se jubila; de Contaduría con Oscar Corleto; de Fiscalización Tributaria vacante; y de Cómputos con Marcelo Bisi.
De Borgo depende la Subsecretaría de Servicios Públicos que coordina Carlos Codern y que tiene bajo su ala las direcciones de Vivienda y Escuelas, con Adolfo Benincasa; de Planeamiento y Obras con Santiago Barceló; de Servicios Sanitarios con Silvina Penino; y de Servicios Urbanos y Red Vial con Angel Alvarez (reserva de cargo). También funciona aquí la reciente Dirección de Parque Automor que tiene como responsable a Carlos García.
La Secretaría de Desarrollo Social de Nicolás Macchia tiene a su cargo las direcciones de Desarrollo Social con Florencia Cuesta; de Administración de Políticas Sociales con Juan Carlos Mariño (reserva de cargo); de la Juventud, de Comisiones de Fomento y de Cultura, todas vacantes; y la de Deportes, con Gerardo Castón.
La Secretaría de Salud de Daniel Creus tiene a Elizabeth Walsh como directora del Hospital de San Pedro; a Luis Oviedo como Director administrativo (sin designación oficial, es empleado de planta); a Enzo Scarponi como Jefe de Personal del Hospital (sin designación oficial, es empleado de planta); a Yamila Marich como Directora del Hospital de Santa Lucía y a Roberto Escalzo al frente del de Gobernador Castro; administrador del Hospital de Santa Lucía, Flavio Capetillo; Dirección de Centros de Salud, vacante; Dirección de Bromatología; Saverio Gutiérrez (Jefe de Departamento a cargo).
Aguilar y los fondos de los museos
José Luis Aguilar fue expulsado, cinco meses después de que el Gobierno de Giovanettoni lo pusiera en la mira por el manejo de los fondos del área, que este semanario reveló en marzo y tras casi ocho años en el cargo.
Aguilar fue un gran Director de Museos y Patrimonio Histórico. Su responsabilidad como coordinador de un equipo que puso en marcha el circuito de museos y revalorizó aspectos relacionados con la historia local es la huella de su gestión, que sin dudas en ese punto será recordada como una de las más efectivas.
Los movimientos artísticos locales fueron año tras año muy críticos de su tarea. No sólo por la remedada “falta de apoyo” que se repite en todos los municipios, sino además por el inocultable retraso en materia de desarrollo cultural acorde a los tiempos que corren en un país que jerarquizó el área con un Ministerio.
Se definía como un gestor “apolítico”, de esos que son capaces de ir hacia adelante y encabezar una conferencia de prensa para anunciar la Fiesta de las Colectividades mientras la Municipalidad está tomada y todo se prende fuego a su alrededor, como si los problemas no lo tocaran.
Aun así, fue un “gestor” que gestionó muy poco. En las dependencias culturales de Provincia y de Nación no tienen recuerdo de expedientes importantes para San Pedro, más allá de los relacionados a los museos o a Vuelta de Obligado.
En los habituales encuentros de Gestión Cultural –una especialización que cada vez produce más y mejor material– nunca se lo vio.
Cultura fue un compartimento estanco que trabajaba por cuenta propia, no rendía cuentas a sus superiores en materia política y de gestión, y hasta dejó de hacerlo con algunos fondos cuya presencia en una caja de zapatos propia sorprendió a todo el gabinete en más de una oportunidad.
Es cierto que hizo lo que pudo con lo que tenía, recortes incluidos, a veces con dinero de su bolsillo y haciéndose cargo personalmente de tareas que hubiesen tenido un costo extra, y que, como se dijo, en aquello que es su pasión y de lo que aprendió mucho en el transcurso de los más de siete años que estuvo a cargo fue eficiente.
Sin embargo, deja una ciudad que, como en tantos otros ámbitos, carece de desarrollo cultural, de impulso a las industrias relacionadas al sector, de experiencias artísticas vinculadas al Estado que permitan profundizar y valorizar un entramado que tiene protagonismo en cada rincón del territorio.
Las iniciativas particulares vencieron la desidia de la última década. Salas de teatro independientes, organizaciones sociales, empredimientos gastronómicos.
También hay de esas iniciativas que quisieron apostar a la ciudad e invirtieron en otro lado, a falta ya no de apoyo sino de siquiera un oído que escuchara.
Aguilar le echó la culpa a la tapa de La Opinión por la baja de sus acciones en la estima y consideración del intendente, que prácticamente lo ignoró durante esos últimos meses, sobre todo desde que tuvo en sus manos los detalles de la falta de rendición del ingreso a Cultura del dinero de los bonos contribución de los museos, algo que sucedió en diciembre. Lo mismo le sucedió con su superior directo, el Secretario de Desarrollo Social Nicolás Macchia, a quien le colmó la paciencia la decisión unilateral del funcionario de Cultura de organizar un “festival de videos Dubsmash”.
No fue La Opinión la que le dijo al intendente que no existía instrumento administrativo alguno que permitiera dejar asentada la legalidad del ingreso del dinero de los museos a las arcas municipales, donde no existen, lo que es una irregularidad a toda vista.
En la edición 1197 puede leerse con exhaustivo y exclusivo detalle la problemática que suscitó ese expediente. El fin de semana Giovanettoni finalmente le comunicó la decisión que ya había tomado antes de que La Opinión revelara el caso y cuya puesta en marcha se retrasó por esa tapa primero y por la difusión de que Leonardo Pascual, de La Kultural, sería el reemplazo, después.