Los adolescentes y el alcohol
Con el tiempo, el uso del alcohol se ha ido transformando. Años atrás, era solo considerado un aperitivo, una bebida que acompañaba a las comidas y se compartía en familia. Ahora pasó a ser más apreciado por su valor farmacológico, comparado a un condimento o especia. En lugar de dar marco al encuentro social, pasó a acompañar la desinhibición y el descontrol. Los adolescentes somos inducidos a consumirlo, por los medios masivos o simplemente por nuestros pares. Estamos en una sociedad, en la que si no tomás, no tenés el estereotipo necesario para estar dentro de un grupo. El mundo de hoy es mucho más difícil que el de hace 30 años. Los chicos no disponemos de la capacidad de discernir y actuar con plena conciencia y libertad. En la actualidad, los jóvenes se juntan para beber, tomando la actitud de un grupo de ¨solitarios¨, que no se reúnen para compartir, sino para adecuarse a la demanda social. Además, si el joven se niega a consumir, llega la frustración. Si podemos cuestionarnos, analizar y pensar que la felicidad no pasa por el alcohol, nos ayudaría a no frustrarnos. Más allá de la presión social existe otra cuestión: este tan preciado elemento etílico satisface a algunos la necesidad de aliviarse del tedio, la pena y la desesperanza. Los chicos somos el reflejo de la sociedad que no resuelve los conflictos, sino que los calla y ante un problema, recurre a la utilización de psicotrópicos, como por ejemplo las pastillas para dormir o los calmantes. El problema del alcoholismo encierra todo esto, el adolescente vive el abuso de esta sustancia como ocasional, ignorando que es un trastorno, que es el inicio de una dependencia mucho más grave; que produce severos trastornos, tanto a nivel orgánico como psicológico, disminuye el poder de concentración, se instala el desgano, el desinterés en las actividades libres de alcohol. La relación con los amigos y la familia se ve afectada e induce a la violencia, generalmente afuera de los boliches o dentro. Personalmente, creo que la sociedad debe hacerse cargo, porque es un problema de todos, que perjudica no solo al que consume sino a los que lo rodean. Creemos que como grupo debemos concientizarnos y concientizar a la gente para que el problema disminuya. Fiona Giacometti - D.N.I: 35.452.173 Instituto Nuestra Señora del Socorro.