Los acusados del asesinato de Reyna les pidieron disculpas a los Taibo
El martes comenzó el debate, que se extenderá hasta el jueves. Los arrecifeños Facundo Díaz y Mario Dominé, que se someterán a la evaluación de 12 ciudadanos, pidieron perdón ante los hermanos Rodolfo y Jorge Taibo, que fueron a dar testimonio de lo sucedido. La Defensa sostiene que Ates hizo las cosas mal durante la investigación.
El juicio por el asesinato del policía Juan Gabriel Reyna, cometido en noviembre de 2013 cuando dos asaltantes ingresaron armados a la céntrica joyería Taibo, comenzó el martes, cuando, al fin, el Tribunal pudo conformar el jurado ciudadano, el primero que evaluará un hecho ocurrido en San Pedro.
El debate debía empezar el lunes, pero la cantidad de personas citadas que llegó hasta el Palacio de Tribunales de San Nicolás no alcanzó para conformar el jurado y hubo que posponer.
El juicio se extenderá hasta el jueves a última hora. Los 12 vecinos de la región que conforman el grupo decisorio escucharán hasta entonces a más de 60 testigos.
Además, asistirán a los alegatos de la Fiscalía, a cargo del titular de UFI 8 de Baradero, Hernán Granda, quien pedirá la pena máxima, y de la Defensa Oficial, con Pablo Vaccani a la cabeza, que busca probar que la instrucción preparatoria que hizo la exfiscala Gabriela Ates está “viciada” y fue mal hecha.
“Perdón por los daños causados”
El juicio comenzó pasadas las 13.00. Entre los más de 15 testigos citados para la primera audiencia estaban las víctimas del robo. Rodolfo Taibo, propietario de la joyería, y su hermano Jorge, titular del comercio lindero y quien llegó al momento del asalto cuando escuchó ruidos y se encontró con los delincuentes armados.
A ambos les tocó reconstruir aquel martes 26 de noviembre de 2013, cuando alrededor de las 16.00, los arrecifeños Facundo Díaz y Mario Dominé bajaron de un auto que conducía su coterráneo Lucas Balcaza –que será juzgado sólo por el asalto, en otro debate– para robar en la joyería.
Allí, luego de intimidar y reducir a Rodolfo Taibo y antes de hacer lo propio con Jorge, uno de los delincuentes gritó: “La cana”. Eran los policías Juan Gabriel Reyna y Patricia Melgar. Hubo forcejeos y disparos. El agente falleció tras recibir un balazo fatal que lesionó la aorta.
Los Taibo relataron lo sucedido aquella tarde, cada uno a su turno, y respondieron preguntas del Fiscal Granda y del Defensor Vaccani. Cuando Rodolfo brindaba testimonio, la Defensa pidió a la presidenta del Tribunal la palabra para uno de los acusados que se levantó y le pidió “perdón por los daños causados”.
La Defensa cuestiona a Ates
El Fiscal Hernán Granda considera que hay elementos para solicitar la pena máxima para los imputados y el Defensor Oficial Pablo Vaccani sostiene que las pericias ordenadas no permiten establecer con precisión cuál fue el arma homicida.
En ese sentido, la defensa apunta a desmontar la acusación que señala a Facundo Díaz y Mario Dominé como los autores del disparo fatal.
La pericia sobre el cuerpo del fallecido Reyna arrojó que fue ultimado por una bala de “gran calibre”, presumiblemente 9 mm. En el expediente que preparó la Fiscala Ates, sin embargo, hay un proyectil calibre 22. Las diferencias son ostensibles.
El día en que mataron a Reyna, el Fiscal Manso encabezaba una ronda de reconocimiento por la que debían pasar los policías que trabajan en San Pedro para que la víctima de un grupo de efectivos armados y en patrullero que le robaron vacas pudiera señalarlos.
“Todo parece demasiada casualidad”, insinúan en los pasillos judiciales, donde ya nadie se guarda sus sospechas sobre las actuaciones de la suspendida Ates.