Los 69 años del playón de básquet de Náutico, una batalla ganada por “Pepe” Geoghegan y “Kiko” Keller
El 7 de julio de 1951 el Celeste inauguró en su predio de la costanera la cancha que con el paso del tiempo se volvió histórica y es la sede impostergable de cada Torneo de Verano donde decenas de socios se juntan y compiten con diferentes equipos. Hace casi siete décadas, fueron José y Enrique los que lucharon contra la Comisión Directiva de ese momento que impedía la práctica de otro deporte que no sea náutico. A lo largo de los años, el rectángulo de juego se fue remodelando y actualmente cuenta con tableros de blindex que reemplazaron a los de madera y redes metálicas.
Cada verano en Náutico la cita impostergable de muchos socios es el torneo de básquet que se juega, sí o sí, en el playón que está próximo al ingreso al predio de la costanera inaugurado el 7 de julio de 1951, hace 69 años, por idea, insistencia y mano de obra de José "Pepe" Geoghegan y Enrique "Kiko" Keller quienes ganaron una batalla que día a día disfrutan miles de niños y adultos.
Como su nombre lo indica, la institución nació y tiene apego a las disciplinas acuáticas. Por eso, a principios de la década del 60 la Comisión Directiva no permitía otra actividad, entre ellas la que le gustaba los amigos que se propusieron convencer a los dirigentes y lo lograron. Sin embargo, tuvieron algunas trabas que "Pepe", quien falleció en 2011 a los 80 años, relató en una entrevista que brindó a La Opinión en octubre de 2007: "Primero nos otorgaron el permiso, pero nos dijeron que no había plata. Así fue que conseguimos unos marineros que nos hicieron el cordón y nosotros de noche conseguíamos los escombros, parecíamos los presos picando ladrillos. Volamos un jardín hermoso que había en la entrada frente a la cantina y armamos la cancha, construimos las jirafas y un carpintero del club nos construyó los tableros. Teníamos todo listo, pero para que la asamblea aceptara tuvimos que salir a buscar socios que nos apoyen, sino nunca lo hubiéramos logrado”.
La presentación de la "hermosa cancha construida de mosaicos" fue, según una publicación del periódico El Independiente que replicó la prensa de Náutico, "un sábado a las 14.00 con tres partidos de un campeonato interno en el que participaban siete equipos integrados por socios".
-Un partido en el playón de Náutico. Foto: Gentileza familia Geoghegan.
"Pepe" nació en Santa Lucía y se mudó a San Pedro, por cuestiones de estudio, en 1946. Inmediatamente se hizo socio del Celeste y un lustro después inició el básquet en esa institución en el rectángulo de juego que, a la vera del río Paraná, se convirtió en uno de los escenarios icónicos e intocables de la ciudad cargado de momentos y hechos históricos.
Al playón, una vez armado, le faltaba iluminación artificial pero Geoghegan y Keller se preocuparon por que la tenga y lo lograron. A sabiendas de que en la estación de Depietri había unas columnas, un tío de José de apellido Hernández las pidió y los entusiastas fueron a buscarlas en una camioneta de Hugo Mantovani quien, tal recordó "Pepe", se "escondió" porque le "daba vergüenza" y el trabajo lo hizo sólo con "Kiko".
Con cancha, Náutico tuvo sus primeros equipos de básquet encabezado por Geoghegan y Keller quienes fueron los precursores del deporte de la pelota naranja en esa institución deportiva, la más añeja de San Pedro. En 2011, el club inauguró el piso flotante de su gimnasio al que denominó José "Pepe" Geoghegan en su homenaje. Esa noche, previo a uno de los primeros partidos del plantel superior en la Asociación Zárate-Campana (ABZC), cientos de socios presenciaron el homenaje en vida que recibió acompañado de su familia, sus hijos y nietos quienes casi todos practicaron el deporte que su abuelo impulsó.
Actualmente, la cancha de básquet externa es muy distinta a la que se inauguró en 1951. Los tableros son de blindex y las redes metálicas. Además, el piso baldosas bordó se cambiaron por otro de granito y cada enero, antes del tradicional certamen estival, que desde 2015 lleva el nombre de Horacio "Mono" Morales (uno de los tripulantes del Tunante II que desapareció en aguas del Océano Atlántico en 2014), se pinta de celeste.