Lo confundieron con un Prefecturiano y le robaron todo
Una persona armada sorprendió a un matrimonio mientras dormía y tras confundirlo con un efectivo de prefectura se llevó las pertenencias de valor que había en la casa. El delincuente obligó a su víctima a meter la cabeza en el bidet y luego le pegó varias patadas.
Una familia que se encontraba durmiendo fue sorprendida por un sujeto que los despertó durante la madrugada y les robó los elementos de mayor valor que había en el interior de la vivienda.
El hecho se produjo cerca de las cuatro de la madrugada de ayer martes en una casa de la calle Chivilcoy, donde vive una familia compuesta por un matrimonio joven y su pequeño hijo.
En principio pudieron advertir la presencia de una sola persona, que, armada, los redujo y les llevó diversas pertenencias. Lo particular del caso es que constantemente exigían que se les entregue un supuesto dinero que el hombre debería haber cobrado tras la venta de una moto y decía saber que era empleado de Prefectura Naval, cuando en realidad la víctima trabaja en un club de nuestra ciudad. Evidentemente el hecho no fue casual ya que datos sobre alguien tenían, aunque quedó en claro que se equivocaron de lugar.
“Estábamos durmiendo y en un determinado momento siento que alguien me toca el brazo, medio entre dormido miro a mi mujer y cuando giro la cabeza veo a una persona parada al lado de la cama que me estaba alumbrando con una interna y con la otra mano me apuntaba con un arma”, relató el damnificado a La Opinión.
El malviviente se manejó con mucha soltura pero a la vez con violencia contra la pareja. “Nos obligó a levantarnos, nos llevó al baño, me hizo agachar y me metió la cabeza adentro del bidet, ahí me pegó una terrible patada a la altura de las costillas; cerró la puerta del baño y nos dejó encerrados mientras escuchábamos que revolvía toda la casa”.
El asaltante, que aparentaba ser joven y de contextura física mediana, se tapaba la cara con un cuello y la capucha de un buzo marrón que llevaba puesto. Se ignora cómo hizo para ingresar a la vivienda ya que no había signos de violencia sobre las aberturas, faltaban las llaves de las dos puertas que posee la propiedad, las mismas que horas más tarde fueron halladas tiradas en la calle, a pocos metros de la casa.
Las víctimas vivieron horas de mucho temor y sintieron alivio al recordar que por cuestiones familiares, esa noche, su pequeño hijo se había ido a dormir a la casa de sus abuelos. El ladrón, luego de permanecer varios minutos en el interior de la casa, los amenazó constantemente y les advirtió que no se movieran del baño, rompió los picaportes para que no pudieran salir y les indicó que esperaran veinte minutos porque de otro modo “los quemaba” mientras advertía que ya estaba por llegar un auto que lo recogería. Así, embolsó todas las pertenencias del matrimonio en una sábana, entre ellos un televisor que hacía cinco meses habían comprado, dos celulares y elementos menores y se dieron a la fuga sin que nadie advierta lo que estaba pasando. Además se llevaron la moto que el dueño de casa también guardaba en el interior de la propiedad.
En el mismo momento en el que el delincuente se retiraba, las víctimas pudieron escuchar otras voces como un diálogo entre algunas personas, se escuchó un auto que llegó y a los pocos minutos se fue. Así, y como otras tantas familias ya lo sufrieron, este joven matrimonio observó con impotencia como en cuestión de minutos se esfumó el esfuerzo de toda una vida.