Leyendo el diario
Como todos los miércoles por la mañanita, mientras desayunamos, ya está sobre nuestra mesa La Opinión Semanario. Paso los clasificados a mi marido y el resto comienzo a hojearlo y en la página comunicándonos entre otros, un título “Grandes valores de un pueblo”. Leo, es un a carta enviada por María, una vecina de San Pedro, que estuvo entre la gente el día del acto inaugural de la escuela del Centenario Nº 48, barrio Los Aromos. Al leer reviví lo que aconteció en esta fiesta, pese al frío, pese al viento todos estuvimos allí y nos permitimos emocionarnos, porque el solo hecho de participar en la inauguración de la escuela es inclusive en la historia de San Pedro. Es como vivir un sueño, un sueño cumplido, como lo escribe María, por tantas personas que deseaban desde hace tantísimo tiempo la escuela para el barrio y por el municipio que logró hacerlo realidad. Agradezco de corazón a la Sra. María Cortés, por sus emotivas palabras hacia mi persona, me dan fuerza para continuar con mi quehacer cotidiano reafirmando que una escuela es aquella que puede soñar nuevas inclusiones y permitirse el lujo de discutir con lo establecido porque está segura de que las formas de acceder al conocimiento son múltiples y es bueno probarlas todas. Es la que piensa que el disfrute no es malo y que también vale sentarse a leer hasta entender, aunque no sea divertido. Es la que cree que no se puede enseñar si no que tenemos en los chicos, si no superamos la certeza de que tenemos algo para decirles a los que vienen, si no recuperamos la alegría de enseñar. Está la escuela ideal y la escuela posible y todos los días hay que hacer que la ideal sea parte de la posible. Un poquito más arriba de esta misma página hay una foto: un profesor de San Pedro, visitó una escuelita en una lejana aldea de la Provincia de Misiones, con miles de carencias, no tienen nada, ni siquiera una Bandera Argentina. Son aborígenes sufriendo aún el genocidio. “El olvido, dice el poder, es el precio de la paz, mientras nos impone una paz fundada en la aceptación de injusticia como normalidad cotidiana. Nos han acostumbrado al desprecio de la vida y a la prohibición de recordar…” Eduardo Galeano. Esto también es un sueño a cumplir, no sólo la llegada de la colaboración de la gente, como dice el Profesor Enrique, sino mejorar la calidad de vida, recuperar su identidad. Acompañemos a las voces y luchas de los pueblos originarios. Lucía Corvino - Directora de la EPB Nº 48.