Le robaron dos veces en menos de 15 días
Una mujer que se mudó a mediados de septiembre al barrio Las Malvinas ya sufrió dos robos en su vivienda. Hace dos semanas le rompieron el portón para robarle la moto y la bicicleta, y la semana pasada volvieron a entrar a su casa y le sustrajeron electrodomésticos.
El primer hecho ocurrió entre la noche del viernes 27 y la madrugada del sábado 28 de septiembre. La mujer que habita una vivienda en ese barrio, ubicado en Ayacucho al 1300, denunció que a las 8.00 de la mañana se percató de que desconocidos violentaron el portón de madera de su garage y se llevaron una moto Guerrero 110 roja y dos bicicletas, una de carrera marrón y una de paseo bordó.
El segundo ocurrió la semana pasada, luego de que requiriera la intervención de personal de Inspección de Tránsito por la presencia de caballos sueltos. Según relató a La Opinión, los dueños de los equinos la amenazaron de muerte y con “prender fuego la casa”, por lo que se fue a la Comisaría a radicar la denuncia.
Cuando estaba en la dependencia policial, recibió un llamado telefónico de un vecino que le advertía que le habían entrado a robar por una ventana. “Me robaron la garrafa, el televisor, el minicomponente y el microondas”, contó. Los dos últimos objetos, los recuperó porque los delincuentes los descartaron en la huida.
“Pude ir a hacer la denuncia recién a las 9 de la noche, porque yo no quería dejar la casa sola y a esa hora me vino a buscar un patrullero, mientras otro me custodiaba la casa. Mientras yo hacía la denuncia, se pusieron a cascotear la casa y el patrullero, que se tuvo que poner a hacer rondas”, relató la víctima.
De regreso en su casa, alrededor de las 3.00 de la mañana recibió dos llamadas de un número de Arrecifes. Atendió. Era la Policía Científica. Este jueves por la mañana fue a Fiscalía y su denuncia todavía no había sido remitida desde la Comisaría.
“Mientras estaba ahí, volvió a llamar la Policía Científica, nos encontramos en el camino. La policía me dijo que me busque otra casa. Claro, es tan fácil decirlo. Acá salís afuera y te están espiando los movimientos”, se quejó la vecina.
“Me cagaron a cascotazos, casi me rompen la cabeza. El caballo sigue en la vereda y los inspectores me dijeron que no podían llevárselo. Ahora tengo que poner una reja en la ventana. La garrafa y el televisor seguro que ya lo vendieron para comprar drogas”, relató.