Le quebraron la mandíbula por pedir que dejen de hacer ruido con las contraexplosiones
Un joven de 34 años y propietario de una posada en la zona del nuevo boulevard fue víctima de una brutal golpiza tras pedirle a un grupo de jóvenes que dejen de molestar con los escapes de sus motos ya que los huéspedes de su posada se estaban quejando. Los motociclistas lo golpearon y hasta le quebraron la mandíbula. Desde la Subsecretaría de Protección Ciudadana confirmaron el secuestro cientos de rodados y que los caños de escapes son retenidos y compactados. Vecinos de la zona evalúan una queja conjunta por las molestias constantes.
Con la posada llena de turistas y cansado de realizar denuncias a las que nadie atendió Mauro Pedicini, de 34 años, decidió ser él mismo quien solicite a los motociclistas que provocan contraexplosiones que dejen de hacer ruido en la zona, ya que estaban molestando a mucha gente.
La primera reacción de los jóvenes que impusieron esa moda de los ruidos de los caños de escapes fue retirarse, aunque minutos después volvieron a buscarlo. “Saltaron la tranquera; Mauro escuchó un ruido y salió, lo agarraron de atrás y comenzaron a pegarle”, relató a La Opinión Olga Rasio la madre del joven, que fue derivado a La Plata para continuar con el tratamiento.
La víctima recibió tantos golpes en el rostro que le fracturaron la mandíbula en dos partes. “Tiene desprendida la derecha y hay que alambrar”, explicaron sus familiares a este semanario. La denuncia está hecha, el médico de policía revisó al joven, quien señaló que el agresor no sería menor de edad, y ayer lo operaban en La Plata.
Un problema cotidiano
Los vecinos de la zona del nuevo boulevard coinciden en que “los tiros”, como llaman al sonido que hacen los caños de escape, “se escuchan a las 14.00, a las 18.00, a las 21.00, y durante toda la madrugada” y que pese a que ya presentaron notas en la Municipalidad nunca han recibido una respuesta.
Desde otros puntos de la ciudad notificaron a La Opinión que el paso de estos jóvenes genera caos, en el centro por ejemplo el ruido hace sonar las alarmas de todos los autos que se encuentran estacionados y las de más de un local que muchas veces se encuentra cerrado y queda sonando durante toda la noche.
La “moda” impuesta es recurrente en el centro, incluso los fines de semana, cuando hay mucha gente circulando en las calles de la ciudad. Las quejas de los vecinos se reproducen y en una consulta realizada por este semanario a través de las redes sociales, las motos aparecieron como el principal ruido molesto que padecen los sampedrinos.
¿Qué hace Protección
Ciudadana?
El caso de los motociclistas que se divierten con las contraexplociones se ha vuelto una moda que paulatinamente comienza a ser controlada por la Subsecretaría que hasta ahora dirigía Domingo Bronce (ver aparte).
El control se da de a poco, porque son tantos los jóvenes que usan escapes libres en sus rodados que es imposible secuestrarlos a todos. La pasión por las explosiones no necesita más que una buena combustión en marcha y un corte eléctrico para que se produzca el estampido que tanto molesta.
La Opinión realizó una recorrida por el depósito que la Subsecretaría posee en calle Güemes y allí corroboró lo que dijo Bronce. “Estamos trabajando en ese tema y tenemos varios caños secuestrados”, fue una de las frases que utilizó cuando se lo consultó sobre el tema.
En el depósito puede verse una gran cantidad de caños de escape de motocicletas y ciclomotores que fueron decomisados por no estar dentro de lo contemplado por la Ley. Son los famosos y molestos caños que aumentan el volumen de las contraexplosiones y ocasionan dificultades auditivas en caso de estar en contacto frecuente con ellos, además del riesgo que se corre al utilizarlo ya que en muchas ocasiones son escapes de fabricación casera.
Uno de los trabajadores de la Subsecretaría de Protección Ciudadana explicó que cuando los motociclistas acuden a pagar la multa que se les labró por circular con estos dispositivos metálicos se les facilitan las herramientas necesarias para que lo retiren y lo dejen en el depósito, situación a la que muchos se oponen. Como el uso no está permitido, la autoridad puede proceder a la destrucción total del dispositivo que expulsa los gases de la combustión.
Cómo funciona y qué produce
Los caños de escape producen riesgo auditivo y físico ya que en muchas ocasiones son de fabricación casera a los que se les inserta una bujía lo que produce la salida de llamas de su interior.
En los foros de expertos y fanáticos de las motos, en general, las contraexplosiones son más bien una preocupación que un deseo. Sin embargo, hay algunos donde enseñan paso a paso cómo hacer para que cualquier moto pueda tener su contraexplosión y escupir fuego por el caño de escape.
“No es bueno”, dijo a La Opinión un mecánico de motocicletas, y explicó que el efecto le quita vida útil a los pistones y puede provocar en mediano plazo daños en el carburador. Además, puede provocar daños en la válvula de escape. “Del cable que va de la bobina de alta a la bujía, hay que extender un cable hasta la salida de escape de la moto. Le ponen una bujía haciendo tierra. Así, los gases explotan. El escape produce que los gases salgan más rápido que lo normal, por lo que parte de la explosión alcanza a salir por las válvulas y se encienden esos gases que van saliendo de por el caño de escape”, detalló.