El intendente brindó la semana pasada su primer y único mensaje anual como reemplazo de Guacone. Al principio, dijo que estará al frente de la Municipalidad el tiempo “que el pueblo considere”, lo que fue tomado por algunos como una señal de candidatura.
En un discurso que mezcló continuidad con proyección, destacó algunas acciones de la gestión del año pasado que hicieron funcionarios que siguen en el gabinete.
Entre los anuncios, destacan la finalización de la obra del Polo de Seguridad frente a la Comisaría y la creación de un Polo de Justicia, donde irán Fiscalías y Juzgado de Paz, en la antigua casona 1830, donde hay un cartel azul con firma que dice que mejor que prometer es cumplir, lo que da cuentas de que a alguien le habrá prometido ponerlo, porque así lo hizo, mientras que de las obras ni noticias.
Dijo ser consciente que no podrá hacer grandes cambios estructurales y aseguró que la crisis político económica hizo de la Municipalidad “uno de los principales empleadores de la ciudad”.
Destacó a Macchia y a Manchone, al tiempo que envió un mensaje al Director de Cultura José Luis Aguilar –quien no fue al acto para quedarse pintando unos atriles– al señalar que quiere una gestión en un área que no esté anclada en el pasado, en lo “estático y lo histórico”, sino articulada con lo social y lo económico, para que sea parte “del día a día”.
Como buen intendente de los últimos años, anunció la escuela de Banfield, que está en construcción y cuyo proyecto se remonta a cuando Américo Quintana cumplía su primer período como concejal.
La tarea de Pablo Ojea tuvo varios párrafos y el intendente dijo que espera que prosperen los agrupamientos industriales. De Salud no dijo mucho, lo que no les gustó a algunos miembros, aunque a decir verdad no tenía demasiado bueno para decir en un área donde se habló mucho pero se hizo poco.
“Sin recursos es imposible la salida de la crisis, sin una administración austera menos aún”, se atajó y llamó a trabajar en conjunto.
Anunció 650 toneladas de rap donadas por Vialidad Nacional, lo que le valió la crítica del presidente del HCD Mario Barbieri, que pidió “un poco más de autocrítica”.
Habló de “fuerzas económicas”, de “comunidad organizada”, y, para cerrar, parafraseó a Kirchner en aquello de “no dejar las convicciones en la puerta”.