Las pequeñas manos que blanden los arcos
La Orquesta Juvenil de cuerdas Amadeus, integrada por niños y jóvenes de los barrios marplatenses, ofreció su espectáculo en San Pedro. Más de doscientas personas disfrutaron de una experiencia única que contribuye a la integración social a través del arte.
La Iglesia Nuestra Señora del Socorro estaba llena. Más de doscientas personas llegaron hasta el imponente edificio para presenciar el concierto que brindó la Orquesta Amadeus, resultado de un proyecto cultural que puso en marcha el Maestro Guillermo Sotello, Violín Principal de la Sinfónica de Mar del Plata.
Más de treinta jóvenes conforman esta orquesta de cuerdas con violines, violoncellos, violas y contrabajos. El Maestro Sotello se sentó entre ellos como uno más, con su violín, y dejó la dirección en manos de la Maestra Marta Ruiz, eximia pianista, violinista, directora y docente argentina.
Ellos de camisa blanca, ellas de vestido negro, los integrantes de Amadeus son en su mayoría niños y niñas que provienen de hogares con recursos económicos escasos. Una de las mamás que los acompañó es “huertera”, como ella misma se definió. Trabaja en una huerta comunitaria en Mar del Plata, cuyos frutos se venden en una plaza: “Verdura fresca, el mismo día que se corta”, dijo con orgullo. Su hijo toca el violín, estudia piano y sueña con ser Director de Orquesta. “El proyecto permite que muchos chicos que de otra manera nunca se acercarían a la música clásica, lo hagan”, relató esta mamá, quien consideró que el arte les cambió la vida, “no sólo a mi hijo, sino también a mí y, claro, a todos los que estamos en este proyecto”.
Con la elección de un repertorio preciso, que incluyó obras de Sibelius, Mozart y Elgar, emocionaron a la multitud sampedrina que presenció el concierto. Para el final, los organizadores de la velada, los profesores y guitarristas del Conservatorio Provincial de Música de San Pedro Félix Cámara y Laura Torrillo, ejecutaron un concierto de Vivaldi para dos mandolinas con transcripción para guitarras junto a los pequeños músicos, que se llevaron los aplausos más encendidos de la noche.
Marta Ruiz, Directora invitada para la ocasión, expresó a La Opinión: “La orquesta demuestra que la juventud puede hacer otras cosas, que no sólo estar en ninguna cosa insustancial. Son chicos que trabajan, estudian, juegan, cantan, bailan y hacen música. Son excelentes personas, porque la disciplina de la música los hace respetuosos del otro; a veces son protagonistas, a veces acompañan, a veces deben permanecer en silencio, y esa formación los prepara también para la vida en sociedad”.