Dicen los obispos que las mujeres son malas, malas como las víboras o peor aún: más malas todavía. Ellas y su libertad y su igualdad están trayendo la muerte, que traducido quiere decir que sus embarazos podrían ser psicológicos, como también les pasa a las hembras de los perros, las muy perras, las muy animales no dan a luz nada más que animales, perras y perros psicológicos paren estas hembras nada más, todo es psicológico, y como todo es psicológico ‘hay que animalizar otra vez a la mujer’, dicen los obispos, que traducido viene a decir que las mujeres son muy malas y están muy mal, las mujeres no están buenas y los obispos las prefieren monjas, es decir, mujeres cerradas de trapos hasta los ojos.
Porque de las mu(j)eres los obispos lo saben todo, ellos les quitan la ‘j’ y entonces lo ven todo muy claro: ‘mu(j)eres’ se queda en ‘mueres’. Y esa palabra tiene que ver con la cultura de la muerte, con la sangre derramada o con lo que sea; cuidado, dicen los obispos, cuidado con las mujeres.
Rafael Barbero García
DNI: 75708034-S.
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