Las dietas de los Concejales se llevan la mayor parte del presupuesto del Concejo Deliberante
El Jueves, un interesantísimo debate sobre el reparto de la recaudación de los fondos públicos desde el Gobierno Nacional a las Provincias, dejó en claro la desventaja y la arbitrariedad con la que los bonaerenses reciben una paupérrima Coparticipación si se toma como base lo que produce el territorio más poblado de la Argentina. Pocos minutos antes, y sin discusión alguna, se aprobó el Presupuesto del Concejo Deliberante fijando nuevamente las dietas en el máximo nivel.
Las paradojas siempre se presentan en los momentos menos oportunos. El jueves, en la sesión ordinaria del Concejo Deliberante, ingresó un proyecto del Concejal Abel González (UCR) que tenía como propósito repudiar el sistema de distribución del Régimen de Coparticipación Federal de Impuestos. En un brillante texto, redactado al compás de la inequidad con la que los ciudadanos bonaerenses son tratados por el poder central, durante todas las gestiones gubernamentales, se realizaron severas objeciones citando como ejemplos los montos percibidos por provincias que apenas superan en habitantes a poblaciones como las de nuestra ciudad y perciben cuantiosos fondos para su administración.
Según lo consignado en el texto presentado por el Bloque de la UCR, la actual administración de los fondos coparticipables repercute desfavorablemente sobre los más de 14.500.000 habitantes bonaerenses que padecen la falta de recursos para seguridad, educación, salud, infraestructura básica y viviendas.
Entre los argumentos más valiosos, se recuerda que en Buenos Aires vive el 40% de la población del país y es allí donde se genera el 38% del total de la recaudación que se percibe a nivel nacional. Pese a ello, sólo se recibe el 21% del dinero que se distribuye para las provincias.
Y agrega: “Mientras que el conjunto de provincias recibe anualmente por habitante un promedio de $ 547 en concepto de transferencias monetarias, para Buenos Aires la suma se limita a $ 321. Es decir que cada bonaerense recibe del gobierno nacional $ 226 menos que los habitantes de otras provincias”.
El proyecto cita textualmente a Felipe Solá cuando en Octubre de 2002, dijo: “Los bonaerenses somos los kelpers argentinos. Estamos condenados a ser considerados ciudadanos de segunda categoría por una injusta distribución de los recursos del Estado nacional”.
El mundo del revés
Poco antes del debate del Proyecto de Resolución que reclama la urgente modificación del sistema de reparto a las Provincias, el Concejo por UNANIMIDAD, aprobó la solicitud de una partida de más de 1.200.000 pesos para su funcionamiento durante el próximo ejercicio.
Si se utilizara el mismo criterio que el propio bloque de la UCR, esgrime para mostrar una mala distribución de fondos, podrían haber puesto en marcha la mayoría que tienen en el cuerpo, para analizar qué porcentajes del presupuesto del Concejo se llevan las dietas de los 18 ediles. Para que el lector tenga una idea clara, transcribimos los números que harán que el HCD, obtenga del Presupuesto General del Municipio de San Pedro que aún no ha sido presentado, UN MILLON DOSCIENTOS VEINTISEIS MIL CUATROCIENTOS CINCUENTA con CINCUENTA Y OCHO CENTAVOS. De ese dinero y a razón de 2.978,27 por cada Concejal, a los que hay que sumarle aguinaldos, obra social, jubilación y “riesgos de trabajo”, el cuerpo destina casi el 70% del total a sus propias dietas. El resto, debe dividirse para los gastos en personal administrativo y político, insumos, mantenimiento, viáticos protocolares, etc. Nadie recordó en la sesión que no se está obligado a cobrar el máximo previsto por ley (tres sueldos y medio de un empleado municipal), y que para tener un criterio razonable o al menos digerible para la población deberían demostrar mas esmero en su labor, puesto que así como hay concejales que trabajan con gran dedicación hay otros que ni aparecen por el edificio hasta el día de la sesión.
Es bueno también saber que el concepto de “dieta” o “indemnización”, no es lo mismo que sueldo, ya que en el caso de los legisladores comunales se destina un dinero para “indemnizarlos” por el tiempo que deben “restarle” a sus respectivos trabajos.
Es llamativo, que mientras se abre un profundo debate con el poder central por la mala distribución de los recursos, en pleno 2006, quienes tienen como misión controlar los dineros del pueblo voten tan dispendiosamente a favor de su bolsillo.