“La Opindonga”, el editorial de Lilí Berardi en la edición impresa de La Opinión de esta semana
En plena campaña electoral, la directora de La Opinión hace alusión a "pindonga y cuchuflito", las "segundas marcas" de las que habló Cristina Fernández de Kirchner para advertir que entre los precandidatos no están los temas de agenda que "van de la mano de los verdaderos ejes y acuerdos programáticos que San Pedro necesita para su desarrollo".
Por Lilí Berardi
Ciertamente los últimos editoriales de este medio han indagado hasta los huesos al Poder Judicial. Acostumbrados a repantigarse en la misma mecedora en la que acunan sus sueños, las mafias que conocen bien los recovecos en los que pueden colarse sus actividades despertaron la semana pasada cuando se supo que el delincuente más buscado por la población era el mismo al que ya habían condenado y liberado para que pague con nuevos delitos los honorarios que le corresponden a los abogados privados que los defienden.
Se sabe: es el turno del poder político. El que sigue en campaña y bate el parche sin expresarse sobre estos acontecimientos que son los que verdaderamente importan a la hora de abrazarse a los que les piden el voto. Aquí no se ha escuchado más que la voz del Municipio en oportuna consonancia con el discurso del Ministerio de Seguridad, pero cero manifestaciones de repudio, reproche y denuncia sobre una cuestión que no admite matices ni siquiera ideológicos por parte de los referentes de todas las listas que participarán de las Paso. Se está o no se está con las mafias del abigeato, de los piratas del asfalto, del narcotráfico o de la trata. No son temas de marginales ni desposeídos. No.
Por eso La Opindonga, que vendría a ser la tercera, cuarta o quinta marca del “pudriodismo” nacional intenta poner en agenda algunas cuestiones que están ausentes en esta campaña. Porque en el periodismo tampoco todo es lo mismo. No.
Esos temas que La Opindonga pone agenda van de la mano de los verdaderos ejes y acuerdos programáticos que San Pedro necesita para su desarrollo. La Opindonga dice que en materia de empresas, energía, puerto, planeamiento urbano, desarrollo estratégico e inversiones no hay nada. Nada más que aquello que se decide fronteras afuera de su geografía e indica, por ejemplo, la presencia de una termoeléctrica que sólo conocen unos pocos y que es capaz de generar energía para varias generaciones.
Luego, una planta de Papel Prensa que solo se abrió cuando estuvo en guerra con un gobierno; otra de Arcor que se pone pálida cada vez que se le pregunta algo porque tiene una hermana en Salto que creció exponencialmente a fuerza de empuje propio y respaldo político. La firma líder a la que se le cerró la puerta cuando quiso emprender con 30 millones de dólares su operatoria junto a la mayor agroexportadora de Argentina. Ahora, San Pedro tiene un modesto puesto fluvial empantanado que está a punto de ser concesionado tras el fracaso de su consorcio a capitales privados nacionales o chinos.
No hay candidato que se haya tomado la molestia de revisar qué se hace puertas adentro de ese organismo para tentar oferentes. Todos miran hacia los silos que la empresa de Daniel Grobocopatel explota y lleva invertidos más de 5 millones de dólares tras un acuerdo en el que, afortunadamente, no han podido, “hasta ahora”, meter la cuchara empalagosa como ya lo hicieron con la fruta durante casi dos décadas y con final anunciado; no porque la economía del país se retrase, sino porque su dirigencia no puede desprenderse de su adicción al pote de dulce de leche.
Eso se juega en las elecciones sampedrinas, con muchas más alternativas que los baches con los que ya se transita la Ruta 1001. Allí culpan a los areneros por el sobrepeso o a los que controlan por las coimas, pero ya queda claro que si lo único que transita y da trabajo es la arena, habrá que reforzarla para que sea un acceso que soporte incluso un alto tránsito en caso de que se produzca el milagro de la reactivación. ¿O acaso han pensado en algún otro modo en que quien se dedique al transporte acceda a la ciudad? ¿Qué tipo de paraíso productivo podría crearse sin carreteras que lo atraviesen de manera planificada?
La Opindonga les recuerda a los candidatos olvidadizos que estas son cuestiones que nos han llevado por errores propios o descuidos ajenos a esa postal espantosa que nos muestra agredidos y vencidos por las circunstancias. Es el colmo sorprenderse porque vamos a poder llevar batatas a Inglaterra y luego no tener a alguien que piense cómo podemos llevar más, acumular mejor, alentar el proyecto y, en simultáneo, planificar las obras que hacen falta, por ejemplo, para que se instale una fábrica como las que se dice que hemos perdido en la planta de Maxiconsumo por falta de energía.
También La Opindonga tiene muchas tapas en las que se reporta la apertura de un parque industrial, la llegada de la Universidad Nacional de Buenos Aires y también la de Rosario porque alguna vez peronistas y radicales se disputaron la hazaña y lo lograron. Notas y fotos de los Parques Tecnológicos, la Fundación Pro Sur (que sería la cuchuflita de la Pro Chile), el depósito fiscal que ahora es la tumba de Coplac o la textil de la familia Scazariello que yace en el más cruel de los olvidos porque no hay nadie que siquiera coordine un plan de sostén de las fuentes de trabajo.
La Opindonga estuvo cuando se fue y cuando volvió el tren y en cada uno de los últimos 27 aniversarios de la ciudad con sus versiones de 68 páginas de “suplemento especial”. Lo que La Opindonga no ha podido dejar de ver es a los primeros apellidos fulgurar en listas de candidatos en las que en nombre de la pluralidad o el acuerdo/alianza se disputan las becas de los legisladores locales a razón de 100.000 de costo por cabeza sin detenerse a pensar que cualquiera de los temas que aquí se expresan formen parte del discurso o tan siquiera de las preguntas que los periodistas queremos hacerles sin parecer que somos verdugos porque están acostumbrados al lacayismo al que van domando de manera bien sensible.
La Opindonga que no es primera, segunda ni tercera vía; que no es ancha avenida del medio ni única salida, se propone apuntar a que en el centro del debate estén los que puedan decir qué han planificado en relación al desarrollo de la ciudad que va por su cumpleaños 112, porque todo lo que nos ha pasado y nos pasa es a consecuencia de la combinación de los obtusos con los pícaros.
La Opindonga razona y concluye en que todo lo que acaba de relatar tiene un nexo: para que el Poder Judicial tenga menos trabajo, hace falta todo eso que se llama trabajo y desarrollo. No hay otro modo. No.