La sequía…
La sequía está azotando terriblemente a los campos de nuestra ciudad, las pérdidas son casi totales y se estima que cientos de empleados rurales queden sin trabajo. Se viene un invierno complicado para el partido de San Pedro… Ni el brujo nos va a salvar…
La escasa cantidad de agua caída en los últimos meses del 2008, sumada a la falta de grandes precipitaciones en lo que va del 2009 y a la intensa ola de calor que trajo el verano, están dejando huellas difíciles de cicatrizar en nuestros campos, arrasando con las plantaciones, secando todo lo que tiene a su paso, dejando el tendal de animales muertos y abriendo heridas profundas en aquellos pequeños productores que han perdido toda su cosecha por la sequía.
La crisis por la que atraviesa el campo, se ha modificado, ha dejado de ser una lucha de intereses con el Gobierno Nacional. La contienda por las retenciones, la soja, las exportaciones de cereal, ganado y la cuota Hilton, ha quedado de lado y esta vez el sector tiene que afrontar un nuevo desafío, contra el destino y contra el tiempo que le esta jugando una mala pasada.
En nuestra ciudad, gran parte del dinero que circula proviene del campo y una mala campaña afecta directamente a la economía local, haciendo un vacío monetario que no se podrá reparar fácilmente. El sector productivo sampedrino está involucrado directamente o indirectamente con el campo, todos de alguna u otra medida sentiremos el impacto de la caída. Los comercios destinados al agro, los empleados de los campos, los cosecheros, los que juntan fruta y batata, los viveristas, los camioneros que transportan las mercaderías, la gente que trabaja en los galpones de empaque, los que venden las máquinas de siembra, cosecha y fumigación y para lavar las frutas y la batata, más la cantidad de jornales que se pierden por la falta de producción para juntar, ni que cosechar… hacen pensar que el próximo invierno será duro de verdad no sólo para la gente del campo, sino para todos los que vivimos en una ciudad que late al ritmo del campo.
Frente a esta terrible situación, el Gobierno Nacional y también el Provincial han atinado a decretar la “Emergencia Agropecuaria” en todo el territorio nacional y en sesenta y un distritos bonaerenses, donde comprende el ¿beneficio? de la reducción de un 50% de los impuestos a aquellos que hayan perdido una parte de la cosecha y un 75% a los que hayan perdido todo, declarados en situación de desastre. Sin embrago, se siguen esperando las gestiones por los subsidios y créditos destinados por los gobiernos municipal, provincial y nacional para la “salvación” de los productores afectados. Distinta suerte tendrán los “jornaleros”, aquellos que juntan fruta o batata y los trabajadores del empaque, quienes en su mayoría viven todo el año del dinero que ganan en época de cosecha y quienes no tendrán nada ni nadie que los auxilie ni ayude en esta época en la cual será muy escasa la cosecha y cuando aprieten las cuentas y no haya nada para ponerle a la olla.
Crisis. Sol. Tierra. Calor. Miseria. Sequía. Agua. Desesperación. Lluvia. Desesperanza. Abandono. Más sequía, más abandono, pobreza, desidia, más sequía y más abandono…