La seguridad de la zona entre el desconcierto y la preocupación
Concluye hoy la recolección de planillas con las firmas que acompañan el petitorio surgido de una iniciativa popular para reclamar mayor seguridad. El bocinazo y cacerolazo propuesto como colofón sólo se sintió en algunos barrios pero estuvo lejos de ser masivo. El lunes, el Jefe Departamental reconoció la gravedad de la situación y confirmó cambios inminentes en la zona pero no dejó conformes a las autoridades políticas con las que se entrevistó. El Intendente viajará el martes a La Plata para plantear ante el Ministro Arslanián las urgencias que tiene la zona. Por las suyas, representantes del Frente para la Victoria también piden apoyo pero dicen que desde el gobierno municipal “no saben gestionar”.
Una sucesión interminable de robos, asaltos y situaciones caracterizadas por la reincidencia de delincuentes archi conocidos se potencia con la falta de medios que como nunca antes siente la policía de la zona.
San Pedro, excluida del mapa del delito provincial como una zona caliente y condenada por las autoridades provinciales a un trato desigual por tener un gobierno de otro color político (que no adhirió a la policía de Arslanián) está al borde de convertirse en una ciudad en la que la seguridad de las personas depende casi exclusivamente del azar o de las precauciones.
La gran mayoría de los vecinos que han modificado sus hábitos de vida esperan una respuesta unificada de quienes gobiernan y encuentran una sucesión de excusas con un tironeo político vergonzante que no hace más que aumentar la indignación.
El lunes, con una adhesión dispar, varios barrios tuvieron a las 21 un toque de sirenas y alarmas que coronó un período de recolección de firmas apoyando un petitorio con mayor simbolismo que contenido.
La iniciativa de una vecina que fue asaltada en su comercio y que como otros tantos no tuvo respuestas esclarecedoras se multiplicó en decenas de planillas que están siendo recolectadas hasta las primeras horas de hoy. Extraoficialmente más de 3.000 personas pusieron sus datos en este petitorio que en el transcurso de la jornada llegará a manos del Intendente.
Según comentó Estela Capozzuca, la responsable de esta campaña, la idea es trasladarle una copia de todas las firmas al jefe comunal para que este la eleve y hacer otras copias para dirigirlas al gobierno provincial, a las cámaras legislativas y a los ministerios de seguridad y justicia.
En cada firma obtenida hay adhesión y en muchas hay desesperación. Están los que firman porque ya les pasó y están los que entienden que en cualquier momento les toca.
Sin embargo, faltan muchas adhesiones que deberían sumarse en el momento oportuno al reclamo de seguridad. La iniciativa vecinal logro esquivar el aprovechamiento político pero por falta de difusión, desacuerdo con los convocantes o simple desinterés, quedaron fuera de estas planillas varios miles que, por ejemplo, sí firmaron el petitorio nacional lanzado por la familia Blumberg hace dos años cuando se recogieron más de 11 mil firmas sólo en nuestra ciudad.
Destapando oídos
Río Tala, Gobernador Castro, Santa Lucía y algunas zonas rurales tuvieron participación en el bocinazo y cacerolazo que se planteó en la noche del lunes. La idea de no movilizar ni concentrar vecinos en algún sitio puntual tuvo como objetivo evitar interferencias políticas y además “cuidar las casas” de un posible aprovechamiento. Algunos en su soledad, salieron a la calle o se asomaron a las ventanas para hacer ruido, simplemente eso. “Para destapar los oídos de los que no nos escuchan”, decían y probablemente el petitorio, el ruido, la repercusión periodística de la crisis y las reuniones que se vienen sucediendo aporten algo.
En los barrios más populosos de la ciudad la adhesión fue menor y hubo zonas castigadas por la inseguridad con ensañamiento, en las que el silencio también fue representativo.
El horario elegido (las 9 de la noche) de una jornada con mal tiempo, tampoco contribuyó con el objetivo pero nadie podrá negarles a quienes encararon la iniciativa, el mérito de haber hecho algo más que quejarse en soledad.
Tiempos distintos
Después de un pedido concreto formulado en reiteradas ocasiones desde la Municipalidad, el Jefe Departamental de San Nicolás, Comisionado Schawb, “bajó” a San Pedro el lunes por la mañana. Lo hizo en el primer día de reingreso a la actividad tras las vacaciones de invierno. “Estamos para tomarnos vacaciones de invierno?”, fue lo primero que se preguntó un funcionario colorado de furia al enterarse de las postergaciones que surgían por ese motivo.
En realidad, en la fuerza policial tanto a nivel provincial, regional y local, todos los jefes se tomaron sus vacaciones mientras los vecinos hacían reventar los teléfonos llenos de angustia ante caminatas en techos, peleas a tiros en las calles y robos a mano armada a cualquier hora con menores listos para ser devueltos a sus padres antes de guardar lo robado la noche anterior.
El Jefe Departamental asumió el papel de víctima más que de responsable y planteó ante el Intendente su preocupación por un tema que tampoco puede elevarse con demasiada energía por los carrilles formales ya que ante la más mínima insubordinación se termina la carrera del funcionario que lo hace.
Después de reconocer las deficiencias que registra San Pedro con menos patrulleros de los que tienen ciudades con la mitad de habitantes y menos recursos tecnológicos comparados con localidades del interior del Gran Buenos Aires, el Jefe Departamental se comprometió a “rediseñar” un plan para San Pedro.
En la reunión surgieron planteos relacionados con la desproporción que existe hoy entre la capacidad y la disponibilidad de recursos de la policía distrital a cargo del Inspector Roleri y la Comisaría a cargo del Capitán Peralta. Hay, por momentos, más personal y recursos en la Distrital que en la Comisaría y algunos no logran saber cuál es exactamente el rol de unos y de otros, en un trabajo que debería sumarse a favor de lo mismo: la seguridad.
Las diferencias entre Roleri y Peralta han sido el disparador para el pedido de traslado que este último formuló hace varios días. Las diferencias no sólo de estilo sino también de nivel de compromiso se notan y se comentan en los pasillos de las dependencias, pero con mucho temor. Hay un gran grupo de efectivos que trabaja todos los días y que está preocupado por la responsabilidad que se asume cada vez que se sale a la calle mientras no se ajustan otros parámetros del trabajo diario que harían las cosas más simples.
Las conclusiones de la reunión de Schawb con el Intendente fueron tibias y, como siempre, se quedó en seguir en contacto. Entre la mañana de la reunión y el momento en el que Usted está leyendo esta nota, seguramente ocurrieron robos y asaltos pero eso no es lo más grave. Lo más grave es que aún con los autores detenidos nadie puede garantizar que no vuelvan a salir para continuar.
Con la Justicia, la policía, no se mete. No se quedan porque no pueden interferir. Los políticos tampoco se atreven a mucho y lo que se está analizando flexibiliza aún más la letra que después interpretan los Fiscales y Jueces. Mientras tanto, todo sigue igual o peor.
Movimientos
A nivel regional es fuerte la versión que indica que el actual Jefe Departamental podría ser reemplazado por el Inspector Paez quien estuvo al frente de la comisaría de San Pedro y se alejó dejando una imagen controvertida. En San Pedro, se espera la llegada del Capitán Romano que podría ser el reemplazo de Peralta y se presentó el lunes por la noche el Capitán Ledesma, quien después de resolver cuestiones administrativas (entre ellas una sanción por una fuga de presos en San Nicolás), ocupará el lugar del Capitán Pedro Biain que fue trasladado como Jefe a Ramallo. Ledesma dijo conocer la situación de San Pedro y la preocupación de la población sobre el crecimiento del delito. “Hay que trabajar”, respondió sin titubeos. “He trabajado en pueblos donde los hechos pequeños se hacen grandes”, dijo. Cuando se anunció que Ledesma había sido asignado a la Comisaría San Pedro, trascendió que se demoraría su llegada porque debía cumplir una sanción de 30 días a consecuencia de su supuesta responsabilidad en una fuga de presos ocurrida en la Comisaría Segunda de San Nicolás.
Ledesma confirmó el hecho pero dijo que todavía la superioridad no resolvió la medida. “Yo estaba hasta ahora de licencia anual complementaria, pero la suspensión todavía no está firme. El auditor aconsejó que se me aplicaran 30 días pero todavía se tiene que resolver. Me presenté el viernes en la auditoría en La Plata, pero ahora tengo que esperar”, explicó.
La fuga en cuestión, ocurrió unos meses atrás, una semana antes de la que tuvo lugar en San Pedro. Ledesma estaba a cargo de la dependencia cuando los presos lograron escapar, y por eso la mayor responsabilidad recaería sobre él. “Hicieron un túnel, eran las 5 de la mañana, pero vi cuando escapaban y por eso evitamos que se fugaran todos porque había 11 detenidos”, contó Ledesma.
El policía aclaró que los presos habían logrado hacer un boquete importante en el piso y así salir a un patio, porque el edificio antiguo de esa Comisaría no se encuentra en condiciones, lo que ocurre en la mayoría de las dependencias policiales de la provincia. En total, escaparon cinco presos en esa oportunidad, pero todos fueron recapturados.
Gestiones y respuestas
El Intendente Barbieri confirmó que el Ministro de Seguridad León Arslanián lo recibirá el próximo martes a las 11 de la mañana. La reunión había sido pedida hace dos semanas y la respuesta llega con mucha paciencia. Es probable que para ese encuentro el Intendente convoque a medios periodísticos de la ciudad y a dirigentes institucionales para que lo acompañen y le den mayor fuerza al pedido de atención.
Desde el rincón político opuesto, los concejales del Frente para la Victoria y la Diputada Patricia Roca dicen que Barbieri equivocará el camino si sólo va a pedir y que el Intendente debe hacerse cargo de la seguridad de San Pedro, adhiriendo a la policía comunal.
“Barbieri no entiende nada de seguridad”, dicen y coninciden el concejal Luis Gil y la Diputada Roca, generando una brecha mayor entre unos y otros y alejando así cualquier posibilidad de un trabajo conjunto para resolver una cuestión de Estado. “No saben gestionar” repiten y del otro lado, explotan.
Mientras los políticos se pelean, es probable que para mantener una buena imagen sigan apareciendo en la zona integrantes del grupo GAD (Grupo de Apoyo Departamental) que rastrillan zonas conflictivas por algunos días y después se alejan. Estos operativos que tranquilizan por un par de horas, algunos los piden en forma permanente pero por el momento este equipo que podría considerarse como un “comodín” de la policía es usado para la respuesta inmediata a los que se quejan y San Pedro se viene quejando seguido. Con absoluta razón.