La rubia de la discordia
La realización de la fiesta de San Patricio el próximo fin de semana volvió a dejar al descubierto los desaciertos y las pronunciadas grietas que existen en el Ejecutivo local.
Si bien nadie se animó a confirmarlo, parece que la autorización y realización de la fiesta de San Patricio que se realizará el fin de semana en conmemoración del santo irlandés, “patrono de la cerveza”, ha puesto otra vez de manifiesto las diferencias existentes entre algunos funcionarios del gabinete de Guacone, algo que no es nuevo y se profundiza día a día a pesar de que varios se encargaron de ponerle paños fríos a una situación que aparece insostenible.
Los roces se reproducen incesantemente entre varios sectores al interior del gabinete que aseguran trabajar en conjunto “estratégicamente” pero cuyas divergencias frente a temas coyunturales dan cuenta de que la ausencia de Barbieri, el conductor natural de ese espacio político que sigue siendo “el barbierismo”, mueve la estantería de una alianza que prosperó a fuerza de que el ex Intendente y Diputado Nacional siempre supo darles la razón a todos.
El problema que puso verde a la municipalidad se habría desatado cuando el permiso para la realización de la tradicional fiesta irlandesa en nuestra ciudad partió desde la Secretaría de Gobierno sin que pasara previamente por Inspección General, con el propio municipio en los afiches, auspiciando el evento.
Desde la cartera a cargo de Domingo Bronce labraron de inmediato un escrito que prohibía este evento amparado en las leyes nacional Nº 24.449, de tránsito; y provinciales N° 14.050, la famosa “ley de nocturnidad” y 11.825 y sus modificatorias, que rige la venta de alcohol. Una libre interpretación buscaba ajustar algunos artículos de manera tal que permitiera entender que la fiesta no podía hacerse.
Esa misma habría sido dirigida al departamento de legales y en los pasillos del Palacio Municipal se decía que un alto funcionario ordenó retirar de los escritorios de Inspección General el texto en el que el letrado avalaba las actuaciones de Domingo Bronce. “La fiesta no había sido suspendida, pero sí se prohibía la venta de alcohol”, dicen que habría expresado el Director de Aseoría Letrada Juan Benseny.
Sin embargo, el Asesor Letrado municipal dialogó con La Opinión al respecto y desmintió que algún escrito de esas características haya llegado a su escritorio: “No estaba al tanto de que alguien pretendía prohibir la fiesta”, dijo.
Consultado sobre la legislación sobre la que se habría amparado el intento de frenar el evento, Benseny entendió que “no hay impedimento legal alguno” y opinó que puede haber una interpretación forzada del artículo de la ley de venta de alcohol que habla sobre los eventos masivo: “Eso está hecho para los partidos de fútbol y los grandes recitales de rock”. El concepto “masivo” no es algo que cuadre del todo con el evento que se desarrollará en el vía crucis.
El viernes hubo una reunión de la que participaron el Secretario de Gobierno Juan Almada, los directores de turismo Fabián Bianchi, de Asesoría Letrada Juan Benseny, de Inspección Domingo Bronce y los organizadores de la fiesta.
Allí convinieron que la fiesta se hace y que no hay impedimento alguno para que no sea así, a pesar de los argumentos de Bronce. Comentan que en esa reunión salieron varios trapitos al sol y que la argumentación del Inspector pronto a jubilarse fue poco convincente.
Por lo bajo se escucharon voces a favor y en contra, lo cierto es que a Bronce no le habría caído nada simpática esta situación y no sería nada raro pensar en alguna decisión drástica que podría surgir en los próximas días. La renuncia de Bronce es algo que el funcionario analizaría desde hace tiempo, aunque su cercana jubilación parece persuadirlo cada vez que tiene algún desencuentro con sus superiores, especialmente con el Secretario de Gobierno, que supo desautorizarlo en diversas oportunidades, y teniendo en cuenta la mala relación que tuvo siempre con el ex Asesor Letrado y ahora Juez de Faltas Miguel Adeff.
No falta quien opine que la obstinación de Bronce para con esta fiesta tendría que ver con sus relaciones comerciales con un conocido empresario de la noche sampedrina.
Lo cierto es que las autorizaciones están, no hay impedimento legal alguno, los controles que se hagan tendrán el mismo carácter que los que se desarrollan en otros eventos y la fiesta podrá ser eso, una verdadera fiesta.
Más que Bronce, “Verde”
A pesar de que en esta oportunidad la interpretación legal de Inspección General aparece forzada y rebatida fácilmente con una lectura objetiva de las normas vigentes, es cierto que el área de Domingo Bronce tiene sus complicaciones a la hora de aplicar algunas leyes. También es cierto que anualmente se desarrollan diversos eventos públicos y que la propia cartera que dirige Bronce habilita.
No es la primera vez que salen a luz situaciones como estas. Aún perduran algunas “vistas gordas” o “guiños” que dejaron mal parado al propio Bronce. Uno de ellos fue el desarrollo de un cumpleaños en el club de Gdor. Castro cuando este no había sido habilitado como salón de fiestas y un funcionario dio el visto bueno “puenteando” a Inspección. También se recuerda la decisión del ex Intendente Barbieri de retirar la balanza portátil que pesaba los camiones areneros y el posterior “pacto de caballeros” que Guacone acordó con los empresarios mientras los inspectores debían “atajar” a los camiones que salían excedidos de la ciudad.
A su vez, hay una importante serie de irregularidades que el área de Inspección no controla fehacientemente y donde la relajación de los permisos hasta tanto la población se acostumbre a cierta legislación hace que la obcecada intención de encontrarle una vuelta para trabar esta fiesta despierte en muchos algunas suspicacias que no deberían estar presentes en un área tan sensible.
Los ejemplos abundan y sólo por citar una fiesta cultural característica local como la de las colectividades, donde la cerveza artesanal de los inmigrantes alemanes tiene su importante presencia hace pensar en, por lo menos, una extraña postura respecto de la fiesta irlandesa.