La “rendición de cuentas” de Jorge Gil lo dejó a un paso de la interpelación
El Ejecutivo entregó la semana pasada la Rendición de Cuentas del período 2012 al Concejo Deliberante, que ya lo analiza. El Secretario de Economía reconoció un déficit de 20 millones de pesos, trazó un diagnóstico de la situación y sostuvo que es necesario “un profundo ajuste”. Aseguró que hay muchas decisiones políticas que contribuyen al gasto excesivo. Bonificaciones, acuerdos políticos, ingresos de personal, gastos sin autorización y un sinfín de irregularidades que cree deben terminarse “porque si no esto será muy triste”. La oposición lo citará al HCD.
La semana pasada, el Gobierno de Pablo Guacone entregó al Concejo Deliberante casi 600 páginas correspondientes a la Rendición de Cuentas del ejercicio 2012. Los ediles tienen dos meses para la lectura y análisis de la gestión del Intendente durante el pasado año. Allí están los gastos y los ingresos. Las decisiones políticas plasmadas en números. La administración y sus caminos.
Tras el primer contacto, desde la oposición pidieron al Presidente del Concejo Deliberante Daniel Monafasani que gestione un acceso irrestricto al sistema financiero Rafam y al Contador municipal Carlos Corleto documentación relacionada con la Secretaría de Desarrollo Humano que conduce Dalmy Butti, uno de los líderes de “Las Divinas”, el sector interno del gabinete que quedó mejor parado luego de las últimas decisiones.
“Datos preliminares indican que las cifras que se manejaban serían ciertas y estaríamos casi en los $ 20.000.000 de déficit y la utilización de la mayor parte de los fondos afectados para otros fines”, informaron el sábado.
El lunes, el Secretario de Economía Jorge Gil ofreció una entrevista a La Radio y La Opinión, en la que recorrió punto por punto el estado financiero municipal, las problemáticas existentes y las medidas necesarias para salir del pozo o al menos no descender más allá. En ese marco, reconoció el déficit de 20 millones y, tal vez a pesar suyo, tuvo consideraciones políticas muy serias que provocaron temblor tanto en el oficialismo como en la oposición, que quiere que diga lo mismo en el Concejo (ver recuadro).
De Guatemala a Guatepeor
Gil dijo que el déficit municipal tiene su historia y que lo precede. En junio de 2011, cuando asumió en reemplazo de Oscar Esperante, se encontró con unos 6 millones abajo, un adelanto de coparticipación de 2,5 millones y compromisos enfrente difíciles de cumplir: había que pagar aguinaldos, una cuota del 8 por ciento del incremento salarial para ese mes y otra del 9 para octubre.
Para cumplir con ello, pidieron un préstamo a la provincia y metieron mano en los fondos afectados para obras, ya que la ley de Presupuesto se lo permitía, como se lo permite en la actualidad, y hasta les da cuatro años para devolverlo, con las consecuencias inflacionarias que ello implica. “No es cierto que hubo que recurrir a un particular”, dijo el funcionario para desmentir un rumor que ganó la calle desde entonces y que persiste.
El Municipio mantiene una deuda muy importante con los proveedores. Con Ashira y la Coopser como los más importantes, hay quienes a diciembre llevaban ocho meses de espera por cobrar.
No hay recursos para cubrir gastos que se incrementan cada vez más. Cuando llegó al Gobierno, el Secretario de Economía y Hacienda diseñó un plan de ajuste que se licuó entre los incrementos salariales y la inflación. Pero no sólo en ello, sino también en un festival de bonificaciones, horas extras, guardias, guiños políticos, incremento de personal y “desobediencias” respecto al programa planteado.
“Esto para mí es una cuestión técnica a resolver. Yo hago un diagnóstico e indico. Después, si el sector político de la Municipalidad acepta lo que yo digo o no, será un problema de ellos y yo veré si continúo con la gestión”, dijo con claridad el funcionario.
Es que considera que el ajuste propuesto “se logró”. Pero hay peros: “Costó mucho, porque en muchos sectores está enquistado el no ajuste, venía la costumbre de muchos años de gastar y gastar, en lo que fuera”, aseguró.
Cuestiones políticas
Ahorrar en el Estado nunca es fácil. Con elecciones cada dos años, la maquinaria de mantenimiento en el poder no cesa y, claro, cuesta dinero. Con tantos sectores internos, el Gobierno de Guacone no sólo no es excepción sino que parece cada vez más un modelo de lo que no debe hacerse si es que se quiere mantener un mínimo funcionamiento.
En ese sentido, Jorge Gil informó que hay un déficit estructural de un millón de pesos mensuales. Es decir que cada mes, el Gobierno gasta esa cifra por encima de los ingresos que percibe.
“Lo de ‘fiesta’, se puede denominar a lo que sucedió tiempo atrás; desde que estoy, ‘fiesta’ no hay”, sostuvo, aunque disparó: “Salvo algunos pequeños acuerdos que incrementaron gastos en ingreso de personal”. Nada menos.
“La oposición dice que no va a convalidar el despilfarro y en algunas cosas pueden llegar a tener razón, son cuestiones políticas en las que no me quiero meter y no me corresponden. Eso juega en contra de alguna cuestiones económicas”, confesó sin tapujos.
Sabe que las diferencias entre el sector privado y el público son muchas. No le gusta demasiado que todo tenga que ver con “lo político y con cómo caerán en la calle determinadas decisiones” pero ya no puede callar. De hecho, Gil aseguró que no quiere irse, pero alertó: “Yo no puedo seguir tampoco en una situación tan difícil, porque me voy transformando en responsable de la cosa”.
Irregularidades
y desobediencias
“Hay irregularidades con el personal, cuestiones que no son parejas entre una y otra gente”, reconoció el Contador y volvió sobre las cuestiones políticas que afectan la toma de decisiones.
Indicó que, desde hace unos seis meses, en su área analizan una por una las órdenes de pago que emite cada sector, luego de asignar partidas mínimas a cada uno. Sin embargo, hay “desobedientes” que no siguieron las pautas y “han contraído gastos con proveedores en forma digamos ‘irregular’ para prestar determinado servicio que tenían muy reclamado”, con “gastos que no estaban autorizados”. Dijo que mucho de ello provenía de Obras Públicas, que cambió de Secretario recientemente.
Ajuste y aumento
de recaudación
Desde diciembre, los proyectos de ordenanzas fiscal e impositiva son materia de discusión permanente. El Secretario de Economía comparte con sus compañeros de gabinete que es absolutamente necesario un incremento de tasas.
“Necesitamos una fiscal e impositiva razonable, aunque sea con los aumentos menores de lo que se propuso originalmente”, dijo y anticipó que ya diseña el nuevo ajuste que le encomendó Guacone, tarea que comparte con el Subsecretario de Recursos Humanos Daniel Porta, de acuerdo a las órdenes del intendente.
Pidió “una toma de conciencia en la parte política y gremial” que permita “lograr un plan que será de un fuerte impacto negativo en cada uno de los bolsillos”. Reducir los egresos de dinero es su recomendación: “Hay que achicar y ajustar gastos que hasta ahora era prohibido tocarlos desde el punto de vista político, como las bonificaciones, algunos servicios, negociar alumbrado barrido y limpieza”.
“Yo no estoy dispuesto a soportar conflictos laborales”, dijo Gil, que considera que ahí hay un nudo que desatar con ciertas bonificaciones. Sostuvo que el gasto en personal “es el 90 por ciento de los gastos del municipio, con el otro diez por ciento no solucionamos nada, hay que ajustar ahí”, señaló.
Por su parte, Porta fue claro sobre su posición respecto a lo que dijo el responsable de Economía: “El único ajuste con viabilidad debe comenzar necesariamente por el funcionariado, no por el haber de los trabajadores”. De hecho, él le propuso a Guacone el día de su mensaje anual que el aumento quedara sin efecto para el gabinete. Son unos 120.000 pesos mensuales, cerca de 1.500.000 al año que suman al respiro necesario.
Lo quieren en el Concejo
“Yo tenía ganas de explicarle a la comunidad todos estos números”, dijo el Secretario de Economía Jorge Gil al finalizar la entrevista en la que reveló la situación económica de la Municipalidad sin pelos en la lengua.
En el Concejo Deliberante lo escuchaban con atención. Tanta, que la oposición tomó apuntes y decidió que es ese cuerpo donde el funcionario debe dirigirse a la comunidad, puesto que los ediles son quienes los representan políticamente.
Así lo anticipó a La Opinión el concejal opositor Juan Almada: “Estamos analizando la posibilidad de citar al Secretario de Economía al Concejo Deliberante. Ya que dijo lo que dijo en los medios, creemos que es importante que lo diga en el Concejo Deliberante”.
Consultado sobre si se trataría de una interpelación o una convocatoria a, por ejemplo, una reunión de la Comisión de Presupuesto o un plenario de comisiones, Almada sólo repitió: “Evaluamos la posibilidad de citarlo”.
En el Ejecutivo, las palabras de Gil también tuvieron eco, aunque sólo intramuros del Palacio. Por un lado, se quejaron de que repita que no es “político”; por otro, lo acusaron de pretender un ajuste que no contempla el carácter “nacional y popular” que el gabinete quiere.